La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) anunció recientemente que durante sus operativos de fiscalización contra el transporte formal e ilegal de pasajeros realizados en lo que va del año, hasta el 12 de abril, se han enviado al depósito un total de 233 vehículos dedicados al servicio denominado ‘taxi colectivo’.
A través de un comunicado, la entidad fiscalizadora detalló que, con el apoyo de los agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP), en el mencionado periodo se ha intervenido a un total de 2,049 unidades dedicadas a este servicio, entre los que se encuentran principalmente automóviles y minivans.
Las intervenciones de los fiscalizadores de la ATU se realizaron por todas las rutas donde circulan los buses de los corredores Rojo, Azul y Morado, en las avenidas Javier Prado, Arequipa, Garcilaso de la Vega, La Marina, Abancay, entre otros.
Cabe destacar que, los conductores de estos vehículos intervenidos cometieron la infracción N01 (brindar el servicio de transporte sin contar con autorización), por lo que se les impuso una multa de S/ 20,600. Además, durante el presente año, la ATU ha realizado un total de 5,277 operativos de fiscalización en las que ha impuesto 12,911 actas de informalidad a combis, automóviles, cústers, minivans y buses.
Casi 4 mil infracciones en transporte informal
De otro lado, la ATU ha revelado cifras preocupantes sobre el transporte público no oficial en la ciudad capital, reportando 3,929 infracciones en un lapso que va desde el inicio del año hasta mediados de abril. Este seguimiento, realizado a través de cámaras de seguridad colocadas en diversas avenidas significativas de Lima y en el aeropuerto Jorge Chávez, pone de manifiesto la magnitud del problema que enfrentan las autoridades en su lucha contra la informalidad vehicular.
Esta ofensiva contra el transporte no autorizado ha sido posible gracias a la colaboración entre la ATU y varios distritos de la capital, incluidos Lima, Jesús María, La Molina, San Borja, Santiago de Surco, San Miguel, y Santa Anita, así como el apoyo de Lima Airport Partners (LAP), empresa que opera el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.
El desglose de las estadísticas muestra un escenario desafiante en distintos sectores de Lima. Por ejemplo, en las avenidas Abancay, Garcilaso de la Vega, Nicolás de Piérola, y Grau, se capturó a 860 vehículos implicados en 1,792 infracciones a las regulaciones de tránsito.
De manera similar, la av. Javier Prado en La Molina, se convirtió en escenario de 772 infracciones atribuidas a 590 vehículos. En una situación similar, San Borja reportó 566 transgresiones gracias al monitoreo de 486 móviles.
Asimismo, en el distrito de Santiago de Surco, a través de las cámaras en las arteras viales Alfredo Benavides, Ayacucho y Los Ingenieros, se captaron 479 contravenciones causadas por 402 autos. En San Miguel, específicamente en la avenida La Marina, 48 transportes fueron sorprendidos cometiendo 54 desobediencias. En tanto, en Santa Anita y Jesús María, se registraron 116 y nueve irregularidades, respectivamente.
ATU implementa medidas para optimizar Metropolitano
La ATU inició una serie de medidas para mejorar el servicio del Metropolitano, tras enfrentar críticas por las fallas mecánicas en sus unidades, que han interrumpido el servicio y afectado a miles de usuarios.
Estas iniciativas buscan optimizar la distribución de los vehículos y la eficiencia en el manejo de las emergencias, con el objetivo de ofrecer una experiencia de viaje más satisfactoria para los ciudadanos que dependen de este sistema de transporte.
Las estrategias presentadas por la ATU incluyen el perfeccionamiento de cómo se distribuyen los autobuses en las estaciones con mayor afluencia de pasajeros y la modificación del inicio de los servicios en áreas específicas para evitar la saturación.
Una de las soluciones propuestas es la introducción de llegadas escalonadas de buses alimentadores en estaciones clave como Belaunde y Los Incas. Adicionalmente, se habilitarán salidas de emergencia en ciertos tramos de la vía exclusiva del Metropolitano para facilitar la rápida evacuación de las unidades en caso de fallo, comenzando la instalación en tres puntos críticos.