La escasez de lluvias en Colombia y Ecuador por causa al fenómeno climático de El Niño, viene generado preocupación por una potencial crisis del agua en la región, afectando no solo la disponibilidad de recursos hídricos, sino también la producción agrícola y energética. A medida que los embalses se agotan y las plantas hidroeléctricas reducen su producción, el impacto se extiende a través de las fronteras, planteando interrogantes sobre el futuro del suministro de agua en Perú.
Nuestro país monitorea de cerca la creciente preocupación por el suministro de agua, derivada de la situación crítica que enfrentan las naciones vecinas debido a la escasez de lluvias. Mientras que en Colombia se implementó el racionamiento de agua potable en varias zonas, en Ecuador se limitará la producción de las plantas hidroeléctricas debido a su dependencia de Colombia, la cual ha reducido las ventas de electricidad hacia este país.
En este contexto, Perú se enfrenta a desafíos similares, especialmente en su industria agrícola. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el sector agrícola experimentó una contracción significativa en el primer trimestre de 2024, principalmente debido a la disminución en la producción de cultivos clave como uva, mango, espárrago, arroz cáscara, café, cacao, palma aceitera, melocotón y alcachofa. Esta disminución se atribuye a condiciones climáticas adversas, incluyendo la falta de lluvias y temperaturas elevadas.
Impacto en la agricultura y el abastecimiento de agua
El déficit de lluvias también generó preocupaciones sobre el abastecimiento de agua en varias regiones, especialmente en la costa norte y centro. El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) proyectó anomalías climáticas persistentes hasta junio, lo que podría agravar aún más la situación. La falta de lluvias es especialmente preocupante en regiones clave para la agricultura, como la costa norte, la sierra sur y el altiplano. Además, el sistema de monitoreo de sequías hidrológicas OASIS prevé una disminución en los caudales de ríos vitales para la irrigación de cultivos, lo que podría poner en riesgo la seguridad alimentaria y el bienestar social de millones de habitantes.
El informe City Water Index, desarrollado por The Economist y Dupont, sitúa a Trujillo entre las ciudades latinoamericanas con altos niveles de estrés hídrico. Esto se debe al uso excesivo del recurso, según el estudio. Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), previamente, había advertido que para el 2030, el 60% de la población peruana vivirá en zonas con escasez de agua, como resultado de la crisis mundial del recurso.
Mientras que el Ceplan destaca que en La Libertad, muchas personas carecen de acceso adecuado al agua potable y su disponibilidad es limitada para numerosas familias. Perú, posicionado en el puesto 66 de los países con mayor riesgo de escasez de agua para el 2040, enfrenta desafíos similares en ciudades como Lima, Cusco y Arequipa.
En Lima, la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) alerta sobre la capacidad de tratamiento limitada, pozos subterráneos y deficiencias en la gestión del agua por parte del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal). En Cusco, la dependencia de una sola fuente de abastecimiento, la laguna de Piuray, y en Arequipa, los desabastecimientos continuos reportados por Sedapar, evidencian la vulnerabilidad ante la escasez de agua en estas ciudades.
Esto aseguró el ministro de Agricultura
En respuesta a esta situación, el ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Angel Manero, aseguró que si bien existe preocupación por el déficit de agua en algunas regiones, Lima no enfrenta problemas de abastecimiento gracias a las reservas adecuadas. Además, el titular de la cartera expresó su confianza en que las lluvias esperadas a finales de abril ayudarán a compensar el déficit en los principales ríos de la costa central y norte del país.
“Ciertamente, en los últimos días existe preocupación debido a un déficit de agua. Algunos reservorios se encuentran al 40%, otros al 60% y algunos al 70%. Lo primero que debemos mencionar es que Lima no enfrenta problemas de abastecimiento de agua. Las reservas existentes son suficientes para la ciudad”, dijo Manero.
Adicionalmente, destacó que en el norte del país existe cierto riesgo debido al exceso de siembra de arroz, lo que podría generar escasez de agua. Sin embargo, expresó confianza en que las lluvias esperadas a finales de abril compensarán este déficit. Como experto en el sector, señaló que históricamente, durante los últimos días de abril, se registrarán precipitaciones regulares o ligeramente superiores a lo habitual, lo que beneficiará los principales ríos, especialmente en la costa central y norte. Por lo tanto, llamó a la calma y recordó que el año hidrológico del Perú se extiende desde enero hasta finales de abril.