Lima es la ciudad que concentra la mayor cantidad de casos detectados de trata de personas, según alertó recientemente el Coronel Jan Bergerot Castro, jefe de la División de Trata de Personas. El jefe policial también informó que el norte del país es la ruta más utilizada por los criminales para cometer este delito.
“Pero debemos tener en claro algo. Estas organizaciones criminales están bien estructuradas. Son una criminalidad nueva en nuestro país. Estamos conociendo esas estructuras. Estamos conociendo cómo se desenvuelven. Ya hemos establecido que tienen plazas no solo en Lima, sino también en provincias. Y las víctimas son rotadas cada cierto tiempo a diferentes plazas”, alertó recientemente durante una entrevista con Existosa Noticias.
A la par de esta grave denuncia, la autoridad policial también informó que el tráfico de inmigrantes es otro problema que vienen investigando, ya que la frontera sur está siendo utilizada por la mafia de Coyotes para transportar ilegalmente personas de todas las edades.
“Ahorita tenemos identificadas dos bandas criminales: El tristemente famoso Tren de Aragua, pero que todos sus líderes ya están detenidos. Y los rebeldes que quedaban, han huido, porque saben que la policía los tiene identificados. Están yéndose a otros países vecinos a seguir cometiendo sus delitos. Tenemos también acá la Mega banda de Koki, que recientemente está también tratando de posisionarse (en el Perú).
Trata de personas envuelve caso de niño asesinado en SJL
El alarmante anuncio del coronel Jan Bergerot llega después que se descubirera el caso de un niño de tres años que fue asesinado a manos de una mujer, que formaría parte de una organización criminal dedicada a la trata de personas. Aunque la cuidadora aun no ha sido localizada por las autoridades, se presume que ella se encargaba de cuidar a los hijos de las mujeres explotadas sexualmente en varias regiones del país.
En un inicio, se conoció que esta persona estaba a cargo de cuidar al niño por unos días; sin embargo, las autoridades pudieron descubrir que iba a estar a sucargo por, al menos, cuatro meses, mientras que su madre estaba siendo, presuntamente, explotada sexualmente en Nazca (Ica).
“En este caso específico, hemos podido establecer que la madre está trabajando en Nazca. Que tengamos un indicio razonable que nos haga presumir la trata de personas, eso está en investigación. Eso estamos coordinando con el Ministerio Público a fin de establecerse que hay un delito de trata de personas o hay un ejercicio del meretricio, ¿no? Lo que se llama ahora trabajadoras sexuales”, aclaró el jefe policial al mencionado medio.
Pero, cómo las autoridades logran determinar la diferencia entre trabajadoras sexuales o victimas de trata de personas. “La trata de personas es un delito muy gravoso y está sancionado con muchos años de cárcel en nuestra legislación. Lo que es el trabajo sexual no está sancionado; o sea, ejercer un trabajo de prostitución no es un delito, pero la trata de personas sí”, agregó el coronel Bergerot.
“Con esta delincuencia extranjera que ha venido a nuestro país se ha acrecentado todo lo que es el delito de trata de personas. Porque estas organizaciones criminales son como unas lacras que absorben todos los delitos que hay alrededor de ellos y se aprovechan. No les interesa la conducción de la persona. No les interesa si es hombre, si es mujer. No les interesa nada, solo ganar dinero”, agregó.
Modalidades de captación
Según el jefe policial, muchas trabajadoras sexuales inicialmente fueron de nacionalidad venezolana. “Teniendo en consideración la situación económica que vivía su país, fueron abordadas por personas, mujeres, sobre todo, bien vestidas, bien producidas, quienes les ofrecían un trabajo bien remunerado en nuestro país”, resalta.
Los cabecillas de las organizaciones criminales vieron en nuestro país una oportunidad de “crecimiento” debido a la bonanza económica. “Una vez que llegan al Perú, son recogidas en el aeropuerto por una persona venezolana bien vestida, varón, la suben a una combi, dentro de la combi, les quitan el celular, las agreden físicamente y le dicen que a partir de ese momento están multadas”, alerta Bergerot.
El término multar es una palabra utilizada por los criminales para decirle a esta persona captada que cometió una falta, por lo que deberá pagar entre 12 mil a 15 mil dólares y la forma de pagarles es abonando 500 soles semanales del trabajo de la porstitución. “Y esta persona extranjera, al no conocer el lugar donde está, en este caso hablemos de Perú, no conocen las calles, no conocen a nadie, son llevadas a unas casas de acogida”.
“Las encierran, las mantienen en cautiverio, les compran prendas diminutas y son obligadas a ejercer el mereticio clandestino y pagarle a estos grupos criminales durante semanas. Si en caso ellas no llegaran a la cuota, no cumplieran con pagarle, son agredidas y muchas veces hasta asesinadas”, lamentó.