El museo más humilde del mundo está en Perú: ¿cuál es y dónde se encuentra?

En un ambiente modesto y con ausencia de servicios básicos, descubre cómo Enrique Niquín Castillo financia este invaluable tesoro cultural mediante la educación y la comunidad

Enrique Niquín es curador y director del Museo de los Colli. Autogestiona este lugar, siendo el guía y difusor de una cultura que sería originaria del norte de Lima.

En un rincón poco conocido del Perú existe una joya oculta que rompe con las convenciones sobre cómo debería ser un museo. Alejada de las majestuosas estructuras y las aclamadas colecciones reconocidas internacionalmente, esta singular entidad brinda una experiencia inigualable marcada por ser simple y genuino. Ha recibido la distinción de ser el museo más humilde del mundo, pero, ¿conoces su nombre o sabes dónde se ubica este precioso hallazgo?

Situado a poco más de una hora del centro de la ciudad de Lima, específicamente en la tercera zona de Collique en el distrito de Comas, nos topamos con una fachada amarilla. Aquí, un cartel que anuncia ‘Museo de Los Colli’ da la bienvenida. Este lugar redefine el concepto de espacio cultural, colocándose lejos de los circuitos turísticos habituales. Su humildad y peculiar encanto invitan a explorar la riqueza que reside en la simplicidad y en el valor de lo cotidiano. Este perfil inicial busca despertar la curiosidad: ¿Qué secretos alberga este museo? ¿Qué historias y aprendizajes esperan ser descubiertos dentro de sus modestas paredes?

¿Quién es el impulsor de este Patrimonio Cultural de Lima Norte?

La historia del Museo de Los Colli, reconocido por su inigualable humildad, se encuentra profundamente ligada a la vida y obra de Enrique Niquín Castillo. Desde que se estableció en Collique, Castillo ha sido la fuerza impulsora y el espíritu viviente de esta institución cultural. Utilizando su gran habilidad para el dibujo y el conjunto de conocimientos adquiridos durante sus años de formación, ha dado origen a un proyecto verdaderamente único.

Durante más de tres décadas, Enrique se ha dedicado incansablemente a la búsqueda y estudio de sitios arqueológicos a lo largo de la zona norte de Lima, comenzando su labor en Collique para luego expandirse a través del amplio valle del río Chillón, alcanzando hasta Ancón y Ventanilla.

En una entrevista realizada, hace algún tiempo, a Infobae Perú, Enrique compartió cómo, tras su llegada a Collique, se dedicó a estudiar las lomas y la geografía del área, embarcándose en una investigación que pronto tomaría un giro inesperado. Un diagnóstico de tuberculosis lo obligó a pausar sus trabajos y someterse a un tratamiento en el hospital Sergio Bernales, un período de dos años que puso a prueba su resiliencia y determinación.

Superada esta etapa desafiante, Castillo no perdió tiempo y retomó su oficio de dibujante, además de comercializar artesanías de su creación. A lo largo de los años, los recuerdos de sus investigaciones iniciales, especialmente aquellos relacionados con el valle del río Chillón y sus descubrimientos culturales, siguieron presentes en su memoria. Fue este cúmulo de experiencias, aprendizajes y el deseo de compartirlos lo que finalmente cristalizó en la creación del Museo de Los Colli.

Museo de los Colli: la historia detrás del investigador autodidacta que promueve una cultura poco conocida en el Perú. (Infobae / María Elena Mamani)

¿Cuáles fueron los desafíos que enfrentó este proyecto?

El 15 de septiembre de 1989, Enrique dio a conocer su propuesta denominada Proyecto Cultural Collique Monumental, proponiendo la colocación de un monolito en la entrada del área mencionada. Sin embargo, dicha iniciativa no consiguió el apoyo necesario.

Manteniéndose firme en su propósito, el 15 de enero de 2003, Enrique finalmente cumplió su sueño inaugurando el Museo de los Colli, también conocido como Centro Cultural Proyecto Collique Monumental. Para dar vida a su sueño, Enrique tuvo que acondicionar un sector de su casa, convirtiéndolo en un recinto que acoge maquetas minuciosas, cerámicas y una colección de huacos. Mediante estas piezas, revela a los visitantes la historia de las culturas preincas.

Un hito destacado durante los inicios de este proyecto fue su interacción con la prestigiosa historiadora María Rostworowski, quien expresó su admiración por el vasto y meticuloso trabajo de Enrique. Rostworowski le recomendó que organizara su estudio para presentarlo siguiendo un formato académico riguroso. Lamentablemente, justo cuando Enrique se encontraba listo para exponer sus descubrimientos, se enteró del deceso de la historiadora.

Interior del Museo de los Colli en Comas. (Infobae/Paula Elizalde)

¿Cómo se logra financiar este museo?

Ubicado en un entorno modesto, privado de servicios elementales como el agua potable y la electricidad, este museo se convierte en un santuario para los restos de una civilización ancestral que logró resistir la expansión del Imperio Inca durante extensos períodos. La supervivencia financiera de este proyecto, que no cuenta con apoyo económico institucional o gubernamental, se basa en una estrategia modesta pero efectiva.

Enrique Niquín, en diálogo con Infobae Perú, reveló el mecanismo a través del cual logra sustentar y progresivamente mejorar este espacio: “Para cubrir los costos mínimos necesarios en el mantenimiento y enriquecimiento de este lugar, me veo en la necesidad de reunir alrededor de S/150.00 mensuales, lo que incluye los gastos de servicios básicos. Por esta razón, establecí una tarifa de entrada de S/2 [...] La temporada alta para nosotros coincide con el periodo escolar. Durante estos meses, recibimos una mayor cantidad de visitantes, principalmente grupos de estudiantes que vienen de visita guiada con sus profesoras para explorar y aprender sobre la historia de los Colli”.
Museo de los Colli: la historia detrás del investigador autodidacta que promueve una cultura poco conocida en el Perú. (Infobae / María Elena Mamani)