Cerca de la orilla del mar de Ancón, decenas de vehículos transitan por el malecón Ferreyros a una velocidad menor a la habitual en las calles del distrito. Las llantas de estas unidades friccionan contra las baldosas estratégicamente dispuestas para crear un efecto visual de ondas. Sus conductores parecen no tener prisa al momento en que el sol se posiciona en el horizonte.
Pedalean incansablemente, y en ocasiones desvían la mirada hacia el mar, donde algunos veraneantes se resisten a abandonar la playa. Quienes realmente se detienen a admirar el paisaje por más tiempo son sus pasajeros, sean peruanos o turistas, atraídos a este paraje por el encanto de sus playas y la gastronomía local.
El vehículo que transporta a nuestros compatriotas o ciudadanos extranjeros se llama anconetas, una unidad que, según el historiador Juan Luis Orrego Penagos, es el antecedente del ‘taxicholo’. “Son la atracción del malecón, preludio de los taxi-cholos que comenzaron a aparecer en los alrededores de los mercados de Lima”, escribió el académico en el blog de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Antes de que aparecieran en los mercados de la capital, las anconetas hicieron su primera aparición en el balneario de Ancón. De acuerdo con Orrego Penagos, a mediados de la década de los noventa ya circulaban por el malecón de Ancón. Personas de distintas edades se subían a este medio de transporte con el fin de pasar un momento agradable. Los niños eran los que más disfrutaban del paseo.
Han transcurrido cerca de 30 años y las anconetas continúan transportando personas a lo largo del malecón Ferreyros. La costumbre de movilizarse de un punto a otro mediante este vehículo no solo ha perdurado, sino que también se ha extendido a otras localidades del Perú. Fuera de Ancón, estos vehículos tienen un uso más práctico que turístico, facilitando el desplazamiento rápido hacia destinos específicos en el tumulto urbano.
El ‘taxicholo’, el vehículo que se convirtió en una fuente de ingreso
Antes de abordar el tema de los ‘taxicholos’, es importante contextualizar el escenario histórico en el que este vehículo apareció en los mercados peruanos. Durante el gobierno de Alberto Fujimori en los años 90, la economía peruana estaba sumida en una hiperinflación devastadora y enfrentaba graves problemas de deuda externa. El otrora presidente implementó un conjunto de reformas neoliberales drásticas, conocidas como el ‘Fujishock’, para estabilizar la economía; estas incluyeron la liberalización del mercado, privatizaciones y medidas de austeridad.
A pesar de lograr cierta estabilización económica y reducir la inflación, estas políticas también resultaron en descontento social debido a los impactos negativos en los sectores más vulnerables. En medio de ese contexto adverso, se instalaron los ‘taxicholos’ en los mercados de Lima. Es sabido que también llegó a provincia, ya que la crisis se extendió por el vasto territorio del Perú.
Puente Piedra fue uno de los primeros distritos de Lima donde se introdujo el ‘taxicholo’. Aquí, los peruanos adoptaron estos vehículos como herramientas de trabajo con la consigna de generar ingresos económicos para sus familias que enfrentaban una crisis económica en plena década del 90.
La unidad ya no era tan colorido como las anconetas, pero mantenía su estructura. En cuanto a sus conductores, se les podía ver preocupados y estresados en medio del caos de la ciudad. En lugar de mar había puestos de abarrotes, verduras, frutas, restaurantes, entre otros.
Manejar el ‘taxicholo’ se volvía desafiante, especialmente durante los momentos de mayor tráfico. Adicionalmente, los conductores enfrentaban dificultades al tener que transportar a más de una persona, situación en la que debían ejercer mayor esfuerzo físico al depender exclusivamente del impulso generado por sus piernas, debido a la ausencia de motor.
El ‘taxicholo’: lugares donde se utiliza este vehículo
El ‘taxicholo’ no está limitado solo al distrito limeño de Puente Piedra; su presencia se extiende a lugares como Huaral y hasta el departamento de Puno, donde este peculiar vehículo es frecuente en mercados y plazas. En estas áreas, los peruanos optan por utilizar estas unidades para desplazarse de manera rápida a sus destinos sin incurrir en grandes gastos.
Estos vehículos suelen emplearse para cubrir distancias cortas, alrededor de seis cuadras. Para trayectos más extensos, se prefieren otros medios de transporte como mototaxis o taxis, aunque estos últimos contaminan el medio ambiente.
En el departamento de Puno, hay dos ciudades que utilizan más el ‘taxicholo’. Se trata de Juliaca y Puno. En el primero, los conductores no realizan mucho esfuerzo para manejar estos medios de transporte debido a que tiene una geografía plana; en cambio en el otro lugar, sí se requiere hacer mucho esfuerzo para conducir.
En Juliaca y en Puno se observa una peculiaridad en la oferta de transporte. Mientras que en el primero predomina el uso de triciclos y mototaxis, en la segunda locación es más común encontrar taxis convencionales. Si viajas a Juliaca, podrás ver algunos triciclos personalizados por sus dueños.
Por ejemplo, tienen sistemas de sonido de alto volumen, decorados con colores vivos y nombres de bandas musicales favoritas en alguna parte de su estructura. Estas unidades no solo se destacan por su aspecto llamativo, sino también por su multifuncionalidad, sirviendo incluso como vehículos de celebración para eventos como matrimonios, donde se decoran de blanco imitando el servicio que ofrecen las limusinas a los recién casados.
Respecto a su capacidad, el ‘taxicholo’ permite el traslado de hasta tres personas, sin contar al conductor. Además, es importante destacar que, basándose en estas unidades, personas ingeniosas han desarrollado otros vehículos utilizando los motores de motos. Esta transformación puede considerarse una evolución, aunque conlleva el consumo de combustible y la consiguiente contaminación medioambiental.