Lucky es un perrito que vive en el distrito de San Martín de Porres. Cuando tenía apenas 2 meses, fue abandonado en uno de los parques que conforman dicha jurisdicción. Desde ese momento, los vecinos se organizaron y encontraron la forma de ofrecerle un hogar. Él, como su mismo nombre lo indica, fue afortunado.
En el Perú, 1.129 animales, entre domésticos y silvestres, fueron víctimas de algún tipo de abandono o acto cruel durante el 2023. Y estas son solo las denuncias que llegaron a ser admitidas por la Policía Nacional del Perú (PNP). A diario, muchos perros, gatos y otras especies son abandonados, agredidos y hasta asesinados pese a que dichos actos son delitos que ya se encuentran penados por la ley.
Milagros Tovar, abogada animalista y presidenta de la Federación Nacional de Organizaciones y Activistas, Animalistas y Ambientalistas (FENOAAA), indica que no solamente existe una ley que regula la protección y bienestar animal, sino que el Perú cuenta con cuatro normas de aplicación nacional que tienen que ver con la salud de esta población.
“La más antigua es el régimen jurídico, que siempre suelen citar todas las municipalidades. Viene también la Ley 4 Patas. Y la última es de junio del año pasado (Ley N.° 31807), que habla sobre el tema del seguimiento de las adopciones y la promoción de las adopciones a través de las municipalidades. Son cuatro normas, además de toda la cantidad de ordenanzas de todos los municipios”, acota.
Sin embargo, entre todas, la que más resalta es la Ley 30407 (Ley de Protección y Bienestar Animal), la cual fue promulgada en el 2016 y que sirve de “marco general”, ya que considera este delito de forma más amplia y regula diferentes actos de crueldad.
“Contempla todos los derechos y obligaciones de los que tenemos animales, así como la protección que les corresponde a las autoridades respecto a los animales que no tienen dueño, las garantías de protección, el tema de la denuncia, cómo hacer la posibilidad de hacer las denuncias. Incorpora dentro del Código Penal algo muy importante, que son los los tipos penales de abandono y crueldad”, argumenta.
Por su parte, Sonia Córdova, abogada animalista desde hace muchos años, recuerda la Ley N.º 27265 (Ley de Protección a los Animales Domésticos y a los Animales Silvestres mantenidos en Cautiverio), publicada en mayo del 2000, como uno de los primeros intentos por legislar y garantizar la protección de esta población. De acuerdo a la especialista, su particularidad estaba en que, lamentablemente, sancionaba al maltrato animal solo como una falta, pero no como delito.
“Fueron entre 10 y 20 años de vigencia, pero obviamente no conseguíamos nada porque, aunque se hacían las denuncias, todo era resuelto ante los juzgados de paz letrados. Las sanciones eran trabajos comunitarios o una multa y nada más. De allí no pasaba. Posteriormente, a raíz de organizaciones de activistas y que era un grito a voces de que se penalizara el maltrato animal porque no era posible que solamente se considerara como una falta, que no es falta: el maltrato animal no puede ser considerado como falta, pero así estaba en nuestra legislación durante muchos años. Luego se dio y ahora tenemos la Ley N.° 30407, que no es perfecta porque se exceptúa la corrida de toros ni la pelea de gallos, pero se dio”, cuenta.
El resultado es una ley que, si bien no es perfecta, aborda un espectro más amplio a fin de hacer frente al maltrato animal en el Perú: desde su tenencia y protección hasta las pautas para las asociaciones que los protegen. Su publicación fue necesaria por el incremento de casos de maltrato animal que experimenta el Perú; no obstante, la especialista refiere que la idea es que más adelante se pueda modificar y cubrir los vacíos que aparezcan.
De acuerdo a información del Ministerio Público a la que accedió Infobae Perú, a nivel nacional, a lo largo del 2023, se registraron 1.686 denuncias por abandono y actos de crueldad contra animales domésticos y silvestres; sin embargo, el 58% de ellas (982) fueron archivadas, de forma preliminar o calificada.
Además, otro dato relevante en torno a esta realidad es que Lima (478), Arequipa (140), Lambayeque (128), La Libertad (80) y Áncash (63) se perfilan como las regiones donde ser reportaron mayor incidencia de estos actos.
Sin embargo, la información que más llamó la atención fue la brindada por el Poder Judicial, que reveló que, durante el último año, solo fueron 12 las sentencias dictadas por el delito de maltrato cruel de animales, tipificado en el artículo 450-A del Código Penal.
“El que comete actos de crueldad contra un animal, lo somete a trabajos manifiestamente excesivos o lo maltrata será sancionado hasta con 60 días - multa. Si el animal muriera a consecuencia de los maltratos sufridos, la pena será de 120 a 360 días - multa. El juez podrá en estos casos prohibir al infractor la tenencia de animales bajo cualquier modalidad”, precisa la norma.
Según Córdova, el panorama en torno al maltrato animal no ha cambiado como se quisiera, pero sí detecta una mayor conciencia por parte de la población, quien muchas veces denuncia públicamente estos casos o ejerce presión para que puedan resolverse de la mejor manera.
Sin embargo, esto debería traducirse en el mismo personal del Poder Judicial, Ministerio Público y Policía, quienes inicialmente han sido renuentes a tomar interés en el tema. “Desconocían que existía una ley de protección animal y muchas veces tuve que lidiar hasta con burlas. (...) Es necesario que se informe, que se capacite”, precisa. Pese a ello, explica cuáles serían las medidas a considerar en adelante para avanzar en la defensa de los derechos de esta población.
“Considero que, gracias a muchas organizaciones y muchas personas que estuvieron trabajando en el tema, se ha podido tener un avance un poco lento, pero por lo menos hay un avance. Yo creo que este es un trabajo en conjunto y comprende a toda la sociedad en general y a todas las instituciones —llámese Poder Judicial, Ministerio Público, Policía, alcaldías, gobiernos regionales y obviamente el propio Legislativo y Ejecutivo— para que haya un compromiso mayor”, concluye.
Estefanía Rojas fundó el albergue Peludos Sentimientos hace tres años con el firme propósito de establecer un espacio seguro para los animales que más lo necesitan. Actualmente, su aporte es reconocido en el distrito del Rímac, cuyos vecinos han formado una red de apoyo para respaldar su lucha; sin embargo, aunque ya lleva dedicando mucho tiempo a esta ardua labor, los pedidos de ayuda no parecen terminar.
Pese a todo el esfuerzo en defensa de los derechos de los animales, la activista solo ha optado por iniciar dos procesos legales por casos de maltrato y crueldad de los que fue testigo. En ambos, ella narra que tuvo que pasar horas en las comisarías a las que acudió para lograr que aceptaran sus denuncias.
“No querían, preguntaban cuáles eran los argumentos, decían que no había maltrato. Y yo le digo que sí hay porque ellos vieron a la perrita que cayó del cuarto piso y no hicieron nada, cuando la ley habla de asistencia. Fue eso lo que usamos al final”, acota.
Pese a ello, el tema no prosperó. Hoy, ella considera que uno de los grandes obstáculos consiste en que los propios policías no te reciben las denuncias, de ningún tipo. “Yo también ya voy con otra actitud y tengo amigos que son abogados que me asesoran, pero igual te dicen cosas que al final te asustan”, afirma.
“Cuando hay tema de maltrato animal, te dicen que si no tienes pruebas, te pueden contrademandar. La última denuncia que quise hacer fui con mil pruebas de por medio, pero me dijeron que no porque el abandono no había sido en esa jurisdicción y la perrita no estaba conmigo”, expone.
Por su parte, Tovar explica que, si bien la Policía tiene la obligación de aceptar las denuncias, se suelen dar ciertas irregularidades que van en contra del inicio de un proceso legal. Para hacer frente a esta situación, la especialista recomienda tener en cuenta:
Para Rojas, quien saca adelante un albergue con 8 perros y más de 10 gatos, el tema de las adopciones es especialmente relevante para hacer frente al maltrato animal. Debido a ello, a lo largo de los años, ha aprendido a identificar señales de alerta que la ayudan a determinar si las personas interesadas que la contactan serán capaces de cumplir con el compromiso de este tipo.
“Tengo no sé cuántas conversaciones en las que me preguntan: ‘¿No tienes otro? ¿No tendrás uno así peluchito o de racita?’. Y te lo dicen con miedo y yo: ‘No, aquí no tenemos perros de raza’. La gente busca eso y los que son más ‘criollitos’, de ellos nada y ellos son los que terminan en la calle”, detalla.
La rescatista cuenta con experiencias lamentables, en las que los nuevos cuidadores de algunos de los animales que ella acogió regresaban para ‘devolverlos’, incluso recuerda aquella vez en que una pareja volvió para contarle que había decidido ‘regalar’ a la perrita que habían adoptado. En ese momento, tuvo que coordinar los arreglos en casa para, finalmente, poder embarcarse en un viaje fuera de Lima con el objetivo de dar de nuevo con el can que pensó que estaría seguro con su nueva familia.
Las anécdotas son muchas, aunque los finales felices no tanto. Por ello, Rojas recomienda tener en cuenta la responsabilidad gigantesca que conlleva hacerse cargo de un animal doméstico, tanto en términos económicos como de tiempo.
Estos son los tres puntos claves a considerar antes de asumir este compromiso:
Adoptar un animal es una decisión que debe ser debidamente evaluada y que, finalmente, tendrá sus recompensas. Si te consideras listo para asumir esta responsabilidad o si simplemente deseas ayudar, puedes contactarte con Peludos Sentimientos por medio de sus redes sociales para pedir más información.