Hoy en día recordamos muchos locales de antaño donde las familias pasaron grandes momentos de entretenimiento y diversión. Algunos de ellos permanecen y han logrado sobreponerse a las crisis que hemos afrontado como país, sin embargo, otros no pudieron seguir brindando sus servicios al público y cerraron sus puertas.
Un caso relevante es el de Divercity, conocido por ser más que un simple espacio de juegos, ya que se estableció como un lugar donde los niños podían experimentar el mundo de los adultos a través de roles y profesiones varias, en un entorno seguro y educativo.
Su propuesta única e innovadora contribuyó a su éxito y popularidad entre las familias peruanas, convirtiéndose en un referente no solo de diversión sino también de aprendizaje. Pese a esto, desapareció sin dejar rastro.
Recordando a Divercity
Este parque temático abrió sus puertas por primera vez en 2006, en Colombia, gracias a la empresa Eduparques S.A.S. Su éxito fue rotundo durante los primeros años de operaciones. El concepto de ciudad a escala donde los niños podían aprender las tareas de la vida adulta mientras que se entretenían y jugaban cautivó a más de uno.
Por ello, en 2011 inició su expansión y llegó hasta Perú. El lugar elegido para la inauguración fue el Jockey Plaza, donde ubicaron su local de 7.200 metros cuadrados.
Este tenía 45 atracciones donde los niños podían desempeñar hasta 60 roles, entre oficios y profesiones de la manera más realista posible para ellos bajo el lema ‘¡Ven a Divercity, una ciudad divertida!’.
También se podían encontrar recreaciones de agencias de gas, cajeros automáticos, una clínica, bancos, entre otros. No podían faltar las entidades como la librería, comisaría o incluso una estación de bomberos que llamaba la atención a los más pequeños de casa.
Un punto llamativo eran también los lugares donde se podían desempeñar oficios como la construcción, o profesional como chef, veterinario, e incluso contaban con una suerte de escuela de pilotos de la aerolínea LAN, hoy Latam.
Por otro lado, no pasaban desapercibidas las zonas de entretenimiento donde los niños podían disfrutar de una granja, salón de fiestas, patio de comidas, muro de escalar, entre otras actividades diseñadas para ellos, siempre bajo supervisión.
En suma, Divercity logró una recreación del ecosistema de la ciudad, pero adaptada para el público objetivo, que era niños entre 3 y 13 años, quienes aprendían algunos valores como la colaboración ciudadana, el respeto, los deberes, derechos, entre otros.
¿Cuándo y por qué cerró?
Hoy en día sabemos que el mundo nunca vio venir la crisis provocada por la pandemia de la COVID-19. Los estragos que generó la emergencia se vieron reflejados en las millones de vidas que se perdieron, pero también por la gran cantidad de negocios que no pudieron afrontar el cierre temporal de sus puertas.
Así, como ocurrió con muchos emprendimientos y negocios en muchos lugares alrededor del mundo, la compañía que operaba Divercity dejó de percibir ingresos por la visita de las familias, su principal motor.
Esto, adicional al elevado costo del alquiler en un centro comercial como el Jockey Plaza, dio malos resultados. Por ello, y a solo seis meses de iniciada la pandemia en el año 2020, Eduparques anunciaba el cierre de sus parques temáticos en Lima debido a falta de recursos.
Vale mencionar que Divercity tenían planes para expandirse a otras regiones, pero todo esto quedó en el olvido.
Un dato no menor es que el éxito de este formato fue tal, que según indica el diario La República, el parque habría facturado $8 millones de dólares en su primer año de operaciones en nuestro país, además de generar la visita de casi medio millón de personas. Cifras que hablan de lo rentable que fue el negocio en su momento y la gran pérdida que significó su cierre.