En enero de este 2024, la economía peruana inició con buen pie al crecer 1,37% en el Producto Bruto Interno (PBI), un aliciente para lo que significó la producción nacional al cierre del 2023 tras caer -0,5%, la peor cifra en 30 años. Por ello, la salida de la recesión es una tarea prioritaria para la cartera del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que junto con el Banco Central de Reserva (BCR), proyectan un rebote de 3% para este año.
Uno de los sectores golpeados ha sido el sistema financiero, el cual agrupa a entidades como bancos, financieras y cajas municipales de ahorro y crédito. Estas últimas abrieron el 2024 con una caída en sus ganancias al registrar un total de S/3,8 millones, lo que significa una contracción del 80% en comparación con las utilidades del 2023, según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
“Estos resultados nos muestran la foto actual del sistema financiero, donde aún se percibe rezagos de la recesión y los golpes que han recibido las cajas municipales y la economía”, explicó el economista Ronald Casana.
Ello se explica porque el sector pyme es el más golpeado y se ve reflejado en una reducción de créditos y un aumento de la tasa de morosidad.
Febrero registra la mayor tasa de morosidad en dos décadas
De acuerdo con la SBS, el mes de febrero marca un récord negativo en la tasa de morosidad del sistema financiero en el Perú tras alcanzar un 4,84%, el nivel más elevado en casi dos décadas. Ello se ha ido incrementando con el pasar de los últimos años. Solo en 2007, la tasa de morosidad era un mínimo de 1,4% y hasta fines del 2022 trepó a 4,3%.
De acuerdo con el Instituto Peruano de Economía (IPE), el aumento de la morosidad ha estado asociado principalmente con la diversificación de la oferta de créditos y el incremento de la base de deudores atendidos, especialmente dirigida a pequeñas y medianas empresas (Pyme).
Así, en febrero de 2024, el incremento de la morosidad, que se traduce en una mayor proporción de créditos impagados, varía entre tipos de instituciones financieras.
Por ejemplo, los bancos registraron una tasa del 4,43%, la más alta en cerca de dos décadas. Por su parte, las cajas municipales, con un 6,39%, demostraron ser uno de los sectores con mayor incidencia de impagos, una cifra no vista en más de tres años y medio. En cuanto a las financieras (7,9%), las empresas de créditos (7,5%) y las cajas rurales (7,0%) presentaron los ratios más altos de morosidad.
Morosidad por sectores económicos y departamentos
Respecto a la morosidad por sector económico, el sector de construcción (10,9%), comercio (8,1%) y agropecuario (6,7%) fueron los más afectados por acumular las mayores tasas de morosidad en febrero.
Por otro lado, Lambayeque lidera la lista de regiones con la mayor tasa de morosidad, con un 8,81%, situación preocupante que se extiende a otras áreas como San Martín (8.79%), , Áncash (8.63%),, Loreto (8.45%), y Ucayali.(8.38%). Al otro lado, Lima (4.1%), Huancavelica (4.14%) y Apurímac (5.2%) reportan los niveles más bajos.
Se observa un patrón de aumento en regiones específicamente vulnerables a El Niño, indicando una posible correlación entre los desafíos climáticos y las dificultades económicas.
“Las regiones más expuestas al FEN, según el mapa de riesgos del FEN 2024, son: Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Áncash, Lima e Ica. Estas regiones experimentaron un aumento en sus tasas de morosidad en enero en comparación con el mismo mes del año anterior. Piura registró la mayor variación en puntos porcentuales”, explicó el economista César Antúnez.
La proyección para el resto del 2024
De acuerdo con el economista César Antúnez, para el resto del 2024, se anticipa una recuperación económica con un alza en la producción y el empleo, y un crecimiento del PBI alrededor del 2,5%.
“Se anticipa una mejora en el otorgamiento de créditos, con un aumento estimado del 4% al 6%, dependiendo de los efectos climáticos”, indicó.
Aunque exista debilitamiento en el Fenómeno de El Niño, hizo hincapié en las altas probabilidades de la llegada de La Niña en el segundo semestre de 2024, lo que podría provocar intensas lluvias, inundaciones, deslizamientos de tierra, que afectarían la infraestructura y la capacidad productiva del Perú.
De acuerdo con el IPE, entre diciembre de 2010 y enero de 2023, el número de pequeñas y medianas empresas con préstamos activos se triplicó, pasando de 242.000 a 820.000.