En un país como el Perú, en donde a la comida se le brinda un trato especial, hay un elemento que se encuentra en el mismo corazón de nuestra cultura gastronómica.
Ese es el pan y juega un rol insustituible, más allá de ser un simple acompañante en las mesas, representa un legado ancestral y un lazo social que une a comunidades enteras.
Es en este contexto que surge la celebración del “Día del Panificador Peruano”, instaurada el 9 de abril de 1987 por la Ley N.º 24655, durante el gobierno del presidente Alan García Pérez.
Homenaje a los héroes del pan
Esta fecha no solo rinde homenaje al esfuerzo y dedicación de los panaderos en el país, sino que también conmemora el primer centenario de la Federación de Obreros Panaderos “Estrella del Perú”, marcando un hito significativo en la historia sindical peruana.
Durante milenios, el pan ha sido símbolo de alimentación y sustento económico. En Perú, la elaboración de este alimento es una práctica que se ha transmitido de generación en generación, una tradición que, aunque se ha visto facilitada por los avances tecnológicos y la modernización de los procesos, no ha perdido su esencia.
Las familias de panaderos inician su laboriosa jornada antes del amanecer, garantizando así que el pan fresco y crujiente esté listo para acompañar los desayunos en todo el país.
La Ley N.º 24655, que declara el 10 de abril “Día del Panificador Peruano”, no solo es un reconocimiento a estas incansables jornadas de trabajo, sino que también establece medidas concretas para honrar y beneficiar a estos artesanos del sabor.
¿Qué dice esta ley?
Entre las disposiciones más destacadas se encuentra la autorización para emitir una estampilla conmemorativa, celebrando los 100 años de la fundación de la Federación de Panaderos “Estrella del Perú”. Los fondos recaudados por este medio fueron destinados a la creación del Primer Instituto Tecnológico de Panificadores del Perú, una iniciativa que buscaba fortalecer el sector mediante la formación y especialización de futuros panaderos.
Además, se instituyó una bonificación especial por el centenario, beneficiando a los obreros panaderos con un incentivo económico. Esta fue una muestra de aprecio por su labor y un estímulo para seguir manteniendo la calidad y tradición en la elaboración del pan.
Otro aspecto relevante de la ley es la creación de una Comisión Multisectorial, integrada por representantes de varios ministerios y delegados de los industriales y trabajadores de la panificación.
Esta comisión tenía la tarea de abordar de manera integral los desafíos del sector, desde la mejora en los procesos de elaboración hasta el régimen salarial de los trabajadores, garantizando así el desarrollo armónico y sostenido de esta importante industria.
Una cuestión cultural
El Día del Panificador Peruano no solo es una celebración de la labor de quienes elaboran el pan, sino también un reconocimiento a la importancia cultural, económica y social de este alimento básico en la vida diaria de la población.
Es un día para reflexionar sobre el valor del trabajo manual, la tradición y la herencia cultural que se transmite a través de cada pan que llega a la mesa de las familias peruanas.
El “Día del Panificador Peruano” pone en valor estas contribuciones y destaca la importancia de preservar las raíces culinarias, al tiempo que se abren caminos hacia la innovación y mejoras en el sector.
En suma, este día especial va más allá de ser una fecha en el calendario, es un recordatorio de la relevancia del pan en la vida cotidiana peruana, una celebración del sabor y el esfuerzo que se esconde tras cada miga.