La Gerencia Regional de Comercio Exterior, Turismo y Artesanía del Cusco (Gercetur) solicitó este martes a la Cancillería que reconsidere la imposición del visado obligatorio para los ciudadanos de México que decidan visitar Machu Picchu, ya que la decisión impediría que unos 80,000 turistas de esa nación lleguen al santuario histórico este 2024.
“Esto definitivamente es un retroceso. Si nosotros nos vamos a poner a cerrar nuestras fronteras, estamos también cerrando el desarrollo de esta actividad como es el turismo, la cual necesita estabilidad y paz”, dijo en una rueda de prensa el titular de Gercetur, Saul Caipani.
El funcionario mencionó que se comunicó con el Ministerio de Relaciones Exteriores para demandar “mejores decisiones sobre un tema bastante delicado”, pues en 2023 arribaron al Cusco un total de 76,300 turistas mexicanos, 10,793 de los cuales lo hicieron solo en los dos primeros meses del año.
De igual modo, invocó un pronunciamiento oficial de la recientemente juramentada ministra de Comercio Exterior, Elizabeth Galdo, y confió en que la medida gubernamental se pueda absolver “en un tiempo prudente” para que no afecte el turismo receptivo, la actividad que mueve esta región sureña.
El fin de semana, el despacho del canciller Javier González Olaechea anunció que, a partir del 23 de abril, Perú impondrá visa a los mexicanos en aplicación del “principio de reciprocidad” tras una medida similar tomada de manera “unilateral” por la administración del presidente Andrés López Obrador.
En una nota oficial, la Cancillería lamentó la “decisión que menoscaba los esfuerzos por mejorar las relaciones bilaterales y afecta los compromisos programáticos asumidos en la Alianza del Pacífico (AP) para facilitar el libre movimiento de personas entre ambos países”.
“Al igual que México, Perú hará algunas excepciones que serán precisadas en un próximo decreto supremo”, acotó antes de decir que no requerirán el visado los mexicanos que cuenten con la visa Schengen, al Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, Australia y Japón, ni
a quienes posean residencia permanente en los países mencionados y en los miembros de la AP, conformada por Chile, Colombia, México y Perú.
México había eliminado en noviembre de 2012 el visado para los peruanos en condición de visitantes sin permiso para realizar actividades remuneradas, con el objetivo de agilizar el flujo de personas y el comercio. Las relaciones diplomáticas entre ambos países se mantienen a nivel de encargados de negocios tras el rechazo abierto de AMLO a la presidenta Dina Boluarte, a la que incluso calificó de “usurpadora”.
Además del retiro de ambos embajadores, este enfrentamiento generó que el mandatario mexicano se negara a entregar en 2023 a Perú la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico, en una situación que solo se logró resolver tras la intermediación de Chile.
Precisamente, González Olaechea deslizó en la víspera que la imposición de visas a peruanos responde a las tensiones bilaterales. “No lo descarto, (pero) no estoy en condiciones de afirmarlo”, dijo en una entrevista con RPP, pese a que el gobierno de AMLO informó que la decisión tiene origen en el incremento de la migración irregular hacia los países de Norteamérica.
Por su parte, el jefe de Asuntos Políticos de la Embajada de México en Perú, Adolfo Cepeda, indicó que, en función de que se pueda “regularizar este fenómeno migratorio irregular” que enfrenta su país, “y en diálogo abierto y directo con las autoridades peruanas, en conjunto generando acciones de cooperación que permitan disminuir estos números, entonces la medida eventualmente se eliminará”.
“Es una medida que el Gobierno mexicano se ve en la necesidad de implementar en el ánimo de poder fomentar, promover, una migración más regular, y ante un evidente incremento de nacionales de Perú que estaban llegando a México con el objetivo de poder transitar por el país y llegar a un destino en países del norte”, acotó.