Una preocupante situación de salud pública fue denunciada en la región Cusco, específicamente en Quillabamba, donde una adolescente de 15 años no ha recibido tratamiento para la leishmaniasis, también conocida como Mal de uta, desde agosto del año pasado. La madre de la joven, Yolanda Becerra, aseguró que hay una falta de disponibilidad del medicamento necesario para tratar esta enfermedad.
En una entrevista con RPP, la madre de la menor compartió la angustia que vive su hija, quien presenta graves lesiones cutáneas a causa de la uta. Según relató la mujer, la situación se ha vuelto desesperante para la adolescente, quien sufre física y emocionalmente debido al avanzado estado de sus heridas.
“El año pasado en agosto ella tuvo la heridita, solamente le curaba. Yo dije será algo leve, no me había fijado cómo era la herida. Se curaba con agua y jabón y algunos medicamentos que hay siempre en casa, pero nada, no cerraba (la herida). Pasó agosto, septiembre y nada. Esto no es normal, dije”, explicó.
La travesía de Yolanda por medicamentos
La falta de tratamiento adecuado para la leishmaniasis llevó a Yolanda a realizar múltiples gestiones en busca de ayuda médica para su hija. Sin embargo, la escasez del medicamento necesario ha sido una constante barrera en su lucha por la salud de su hija.
“Me fui a Cusco al hospital regional, busqué a la enfermera encargada, he ido al lugar de los hechos, ella me mostró su cabina. ‘No señora Yolanda, tengo solo para estos dos tratamientos para unas personas, mire usted en qué estado están’. Entré y casi me caí de espaldas. En el transcurso del tiempo que venía a Quillabamba no había”, lamentó.
Ni siquiera los hospitales del Ministerio de Salud le proporcionaron una fecha exacta para la llegada de los medicamentos tan necesarios para el tratamiento de la uta. “El año pasado me dijeron primero octubre, de repente yo voy cada mes porque estoy desesperada por el tratamiento que haga mi hija. Septiembre, no; noviembre, no hay. Les he fastidiado. Al cierre del año, por favor pidan, ustedes son los que tienen que hacer esas cosas. Y Quillabamba es una zona endémica donde hay estas enfermedades y nos podemos descuidar”, expresó con preocupación Yolanda.
Ante esta situación, el viceministro de Salud Pública, Ricardo Peña, confirmó el 23 de marzo la llegada al país de 90 mil ampollas de antimoniato de meglumina, medicamento indicado para el tratamiento contra la leishmaniasis. Según sus declaraciones, las regiones prioritarias para recibir estos medicamentos son Cusco, Madre de Dios, Junín, Piura, Cajamarca y Amazonas.
Además, se constató que un lote de 20 unidades estaba próximo a ser enviado al Cusco desde el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), lo que debería aliviar en parte la escasez de medicamentos en la región.
¿De qué trata la uta y cómo se contagia?
La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria transmitida por la picadura de mosquitos del género Phlebotomus, y se caracteriza por causar úlceras cutáneas que, de no ser tratadas a tiempo, pueden llevar a complicaciones graves e incluso la muerte. La falta de acceso a tratamientos adecuados agrava la situación, ya que el medicamento necesario, Glucantime, es escaso y su distribución, insuficiente.
Los síntomas de la uta varían considerablemente y dependen del tipo de enfermedad: la forma cutánea se caracteriza por úlceras en la piel que pueden dejar cicatrices significativas, mientras que la forma mucocutánea puede causar lesiones en las membranas mucosas de la boca, la nariz y la garganta. La forma visceral, conocida como kala-azar, es particularmente peligrosa y puede ser fatal si no se trata a tiempo. Esta última afecta a órganos vitales como el hígado, el bazo y la médula ósea, provocando fiebre, pérdida de peso y anemia.
El tratamiento de la leishmaniasis requiere atención médica especializada y varía según el tipo y gravedad de la enfermedad. Los medicamentos antiparasitarios son el pilar del tratamiento, aunque en muchos casos, especialmente en la cutánea, las lesiones pueden cicatrizar solas sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, los expertos enfatizan la importancia de acudir a consulta médica ante los primeros síntomas para evitar complicaciones mayores.
Medidas como el uso de repelentes, mosquiteros y ropa protectora pueden disminuir significativamente el riesgo de picaduras de mosquitos. Además, controlar las poblaciones de mosquitos y los reservorios animales de la enfermedad en áreas endémicas es fundamental para prevenir brotes. “Aplicar medidas de control vectorial y promover prácticas de higiene personal son esenciales para prevenir la leishmaniasis”, recalcan los especialistas.