En este mundo tan competitivo, se exige mucho a los profesionales mostrar buenos resultados y alta productividad. Sin embargo, esa misma presión puede llevarlos a descuidar su bienestar personal. Asimismo, al vivir en una sociedad hiperconectada, puede resultarles difícil despegarse de los correos electrónicos u otros canales digitales relacionados con su trabajo, incluso fuera de su jornada laboral.
Otro problema a tomar en consideración es que las expectativas del profesional sobre sí mismo pueden llevarlo a tratar de cumplir sus metas a costa del tiempo que podría o debería dedicar a sí mismo y a su familia. Por todo esto, es necesario lograr un balance entre la vida personal y la vida profesional, pues ello derivará en un verdadero aumento de la productividad, la felicidad y, por consiguiente, un mejor servicio al cliente.
Una problemática habitual
En el mundo empresarial, todavía persiste la creencia errónea de que ser competitivos es sinónimo de trabajar muchas horas, pese a los perjuicios de la sobrecarga laboral en la salud de los colaboradores. También suele pensarse que un modelo híbrido es más efectivo que el teletrabajo, pues permite a los gerentes o supervisores controlar in situ al personal a su cargo.
Por el lado de los colaboradores, un problema habitual es que, pese a ser muy organizados en su trabajo, son bastante desordenados en el hogar. Este problema, sumado a la creencia de que aceptar carga laboral excesiva es positivo para su imagen, los lleva a seguir con la mente enfocada en las tareas y preocupaciones de su organización en casa, cuando lo ideal sería desconectarse y descansar. El autocuidado es fundamental: hay que definir con claridad los límites entre la vida laboral y personal.
Desafíos empresariales
Uno de los principales retos para las organizaciones consiste en la atracción y retención de talento, sobre todo el perteneciente a las generaciones más jóvenes. Estas personas no solo valoran aspectos como el salario o las oportunidades de crecimiento profesional que les ofrece una empresa, sino también que cuente con un ambiente laboral donde se sientan cómodos y una política que les permita equilibrar su vida personal y laboral.
A pesar de este desafío, muchas organizaciones aún no cuentan con programas o políticas internas que permitan a su personal balancear el tiempo laboral y personal. Es necesario revertir esta situación, pues el primer cliente de toda empresa siempre es su propio colaborador. Ofrecerle un ambiente en el que se sientan escuchados y se les trate como si fueran familia aumentará su compromiso hacia la empresa y los clientes externos también se sentirán más satisfechos.
Pautas para el personal
Es importante que los profesionales aprendan a establecer metas a corto, mediano y largo plazo, a fin de tener claro el camino a seguir. Cumplir estos objetivos los mantendrá motivados para dar lo mejor de sí mismos en su labor diaria. Asimismo, les permitirá ordenar mejor sus tiempos en el trabajo y el hogar y así impulsar su carrera. Ello, a la vez que se preocupan por su bienestar y el de sus seres queridos. No obstante, también deben ser flexibles, pues los planes cambian cuando menos uno lo espera.
En ese sentido, también es importante que cada trabajador tenga muy claros sus límites y no acepte una carga laboral excesiva. En su lugar, debe establecer aquellas actividades prioritarias de las cuales debe encargarse con mayor urgencia y delegar otras al resto del personal. Asimismo, debe conversar con su jefe si considera que está afrontando esta dificultad. De lo contrario, la sobrecarga puede aumentar su nivel de estrés y afectar su salud.