La preocupación por la seguridad ciudadana sigue en aumento, ya que la delincuencia continúa su accionar sin dar tregua. Cada día, personas de todas las edades y estratos sociales se ven afectadas por actos delictivos que van desde robos hasta secuestros y asesinatos, dejando un rastro de angustia y dolor en sus seres queridos. Esta realidad genera un clima de constante temor entre los peruanos, que vive con la incertidumbre de ser víctima de la violencia tanto en las calles como en la intimidad de sus hogares.
Incluso en distritos considerados privilegiados, como San Isidro, la presencia de la delincuencia se hace evidente, desafiando la percepción de seguridad que históricamente se ha asociado a estas zonas. A pesar de tener el título del ‘distrito más seguro de Lima’, enfrenta un incremento preocupante en los índices delictivos, desatando alarmas en la comunidad y cuestionando la efectividad de las medidas de seguridad implementadas.
Incluso Gisela Valcárcel se convirtió en una más de las estadísticas que reflejan el preocupante aumento de los asaltos a ciudadanos peruanos en pleno día en Lima. La exconductora de televisión del Perú salió a dar su habitual paseo matutino por las calles de San Isidro, cuando un individuo en una moto le arrebató su teléfono celular.
San Isidro y sus patrulleros sin ser utilizados
Una visita realizada por Panorama reveló una situación preocupante en el distrito. A pesar del aumento de la criminalidad, se encontraron nueve patrulleros y seis motos municipales estacionadas, sin utilizar. Al consultar a los serenos presentes en el lugar, se negaron a brindar declaraciones ante las cámaras, limitándose a asegurar que las unidades se encuentran operativas. Sin embargo, esta aparente inactividad de los recursos destinados a la seguridad contrasta con la realidad que enfrenta la comunidad.
La Contraloría General de la República también ha puesto de manifiesto la situación, señalando que más de 55 vehículos, entre patrulleros, motos y cuatrimotos, se encuentran fuera de servicio en el distrito. Este panorama es inquietante, considerando que San Isidro es una zona con un alto índice de recursos y generación de ingresos, lo que plantea interrogantes sobre la eficiencia en la gestión de los recursos destinados a la seguridad ciudadana.
En el Centro de Seguridad Ciudadana de San Isidro, se constató la presencia de al menos 11 camionetas, cuyo estado operativo no fue confirmado. Esta falta de claridad sobre el funcionamiento de los recursos asignados para garantizar la seguridad de los ciudadanos es motivo de preocupación y genera dudas sobre la capacidad de respuesta frente a la delincuencia.
Las cámaras tampoco funcionan
Otro aspecto relevante es el estado de las cámaras de seguridad instaladas en el distrito. Según el informe de la Contraloría, al menos ocho de estas cámaras no están operativas, lo que limita la capacidad de vigilancia y monitoreo de las autoridades. Ante estas deficiencias, la Municipalidad de San Isidro mandó un comunicado señalando que se están implementando acciones correctivas a nivel administrativo y operativo para garantizar el mantenimiento de las unidades del Serenazgo, especialmente en la explanada del Óvalo Quiñones.
Asimismo, destacaron que la inseguridad en el distrito no es un problema aislado, sino que responde a un contexto más amplio de falta de medidas contundentes por parte del Gobierno Central para enfrentar la delincuencia a nivel nacional. Sin embargo, cabe destacar que, según el último informe del Sistema de Registro de Denuncias Policiales (SIDPOL PNP), San Isidro figura como uno de los distritos con menos reportes de asaltos.
Esta discrepancia entre la percepción de inseguridad y los datos estadísticos plantea un desafío en la evaluación de la situación delictiva en San Isidro. Si bien es cierto que se han identificado deficiencias en el funcionamiento de los recursos destinados a la seguridad ciudadana, también es importante considerar que la sensación de inseguridad puede estar influida por factores subjetivos y contextuales.