Damián Ísmodes y una dura travesía: del fichaje millonario a España, la sufrida plaga de lesiones hasta su calvario económico en Universitario

En una época en el que el fútbol peruano había dejado de producir grandes talentos, emergió desde la privilegiada cantera de Sporting Cristal un habilidoso extremo llamado Damián Ísmodes. ‘Damichón’, como fue apodado, tuvo tal irrupción que con 16 años ya había sido campeón nacional con los ‘celestes’ y recién cumplida la mayoría de edad disputó una Copa América con la selección peruana. Esto desencadenó en una transferencia a Racing de Santander de la primera división de España en 2008. Pero el sueño europeo se desvaneció de golpe debido a una serie de lesiones que no le permitieron seguir con su progresión. Los constantes problemas físicos hicieron que se decante por volver al fútbol nacional. Para conocer más de su historia, Infobae Perú se contactó con el ‘Robinho peruano’, con quien recordamos episodios de sus casi dos décadas de trayectoria.

- ¿Qué planes trae este 2024 para ti?

La verdad es que este 2024 tengo muchas expectativas, mucha ilusión con el equipo. Entiendo que tenemos un gran plantel y me ilusiona mucho conseguir el ascenso con San Martín. Es un equipo de buenas personas y profesionales. Me encantaría subir con ellos.

- Firmaste por Llacuabamba, pero decidiste volver a San Martín. ¿Cómo lo tomó tu hermano ‘Kike’ Ísmodes, dirigente del equipo norteño?

Hace tres semanas, casi un mes, regresé a San Martín. Hablé con él y gracias a Dios pudimos quedar bien, llegar a un acuerdo. Él quería lo mejor para mí, donde yo estuviera tranquilo y al final fue una decisión que tomamos los dos.

- San Martín se ha reforzado muy bien... La meta es ascender, sin duda alguna...

Sí, sin duda alguna. La meta es ascender a primera división. Se ha armado un gran plantel de jugadores, de mucha calidad, así que hay que aprovecharlo para a fin de año conseguir un ascenso a la Liga 1 que es lo que todos queremos.

- ¿Te sorprendió ver a Raziel García en San Martín este año? ¿Has conversado con él?

Sí, la verdad es que me sorprendió porque hace poco estuvo jugando en Colombia, en la selección peruana y en la Liga 1. No es habitual ver un jugador así en la Liga 2, pero definitivamente él debe tener sus motivos para estar aquí con nosotros y ya depende de nosotros aprovecharlo y sacarle el máximo para que nos ayude a lograr el objetivo.

- Tu último paso en primera fue en 2022 con Carlos Stein. ¿No has vuelto a recibir ofertas para jugar en la máxima categoría?

El año pasado sí recibí algunas ofertas antes del cierre de libro de pases, en los últimos días, pero yo ya estaba en San Martín y había tomado la decisión de quedarme en Lima. Ese fue uno de los motivos por los cuales me mantuve aquí (romper contrato con Llacuabamba). Además, el año pasado fue uno muy lindo, que disfruté bastante y me siento cómodo en la ciudad, con mi familia. En USMP la gente me ha hecho sentir mucho cariño y eso es importante para mí.

- En Carlos Stein pasaron momentos insólitos como ser amenazados en un entrenamiento, concentrar y cenar sin luz, entre otros malos tratos. ¿Cómo afrontaste todo ello?

Es cierto lo que dicen, y ese fue uno de los motivos principales por los que en 2023 decidí jugar en San Martín. La Universidad es una gran institución, cuenta con lo necesario para sentirte un jugador profesional y las cosas ideales para trabajar como se debe. El 2022 en Stein habíamos pasado cosas terribles para un jugador profesional y el trato no fue el adecuado. El día a día fue muy duro. Hay cosas que los equipos del fútbol peruano tienen que mejorar para que esta liga crezca mucho más.

- Este 2024 se cumplen 16 años de tu venta a Racing de Santander desde Sporting Cristal. Ya maduro y experimentado, lejos de lo que pudiste jugar, ¿cómo catalogas la experiencia?

Fue una linda experiencia, más allá de que no pude jugar lo que quería, fue una vivencia muy bonita. Me trataron muy bien. Yo era muy chico, iba a un fútbol desconocido para mí, pero me crucé con grandes personas. Lamentablemente, no pude jugar por situaciones de lesiones y cosas así que han sido parte de mi carrera por muchos años. No me dejaron jugar al nivel o tener la continuidad que hubiera querido, pero fue lo que me tocó vivir.

- Allí coincidiste con un joven Sergio Canales, que luego sería traspasado al Real Madrid y haría una destacada carrera en Betis. ¿Cómo lo recuerdas?

Un grandísimo jugador, se le notaba desde muy chico, cuando lo ascendieron al primer equipo yo estaba ahí y él tenía 16 años, pero se notaba que era futbolista con mucha calidad. Con el correr de los años lo demostró, hizo grandes temporadas en Racing y después fue vendido a Real Madrid. Hoy por hoy sigue siendo muy importante. También era una gran persona, gran chico, respetuoso y me alegra que haya tenido esa carrera.

- Luego está el técnico que te hizo debutar en España, Marcelino García Toral, que con el paso de los años se convirtió en uno de los más importantes de su país...

Tuve la suerte de llegar y conocer a Marcelino, que desde el día uno me di cuenta de que era un entrenador distinto y me trató muy bien. Me hizo sentir cómodo, trataba de meterme al grupo y si no fuera por mis problemas de lesión, hubiera jugado mucho más con él. Tenía un estilo que iba con mi forma de jugar y estaba con ganas de que yo juegue, pero estuve mucho tiempo parado, cinco meses, y no pude tener las oportunidades. Pero cuando me recupero, me hace debutar y me saca algunos partidos en lista. Los mejores recuerdos de él, es un gran entrenador, que a muchos equipos lo hizo jugar a un nivel superior.

- Tras una corta cesión a Eibar volviste a Sporting Cristal. ¿En su momento lo consideraste como un retroceso?

Entré en una racha de lesiones que no me dejaban tener continuidad, uno era joven, se sentía mal porque no podía entrenar. En Eibar también estuve dos meses lesionado, uno tenía ganas de alternar y cuando llega la posibilidad de volver a Cristal, lo vi como una chance para seguir teniendo ritmo y retornar a España. Llegué a Cristal y también tuve algunas lesiones que no me dejaron trabajar por mucho tiempo. Ese fue uno de los puntos cruciales para que no pueda tener una carrera constante desde el inicio.

- Mencionaste varias veces el tema de las lesiones, ¿cuáles fueron las que te aquejaban y no te permitieron desarrollarte como esperabas?

Al principio tenía un tema con los tendones que me complicaba mucho la rodilla e hicieron que parara por bastante tiempo. En Santander me pasó por primera vez y fue por cuatro meses, cuando volví a Cristal me lesioné de la otra rodilla por cinco meses. Después tuve un desgarro muy grande, pubalgia y lumbalgia, lo que me llevaba consecutivamente a no tener continuidad. Tuve mal curadas las lesiones, lo que provocaba que cada cierto tiempo me moleste. Ya con los años uno fue conviviendo con ello, fortaleciendo y gracias a Dios tuve buenos momentos donde pude jugar sin lesión y otros donde me afectaba mucho. Hoy por hoy no me está molestando y puedo disfrutar de mi profesión.

- Luego del retorno a Cristal, en 2011 firmaste por Universitario en un año donde habían formado un gran equipo, pero que se desmoronó por deudas. ¿Cómo fue ese año nefasto por la gestión administrativa?

Triste, porque parecía que iba a ser un gran año por las contrataciones y el manejo, pero terminó siendo todo lo contrario. Tengo un lindo recuerdo porque la gente, los empleados y mis compañeros me trataron muy bien, pero en lo extrafutbolístico se manejó de muy mala manera, tanto así que terminamos el año con ocho meses sin cobrar. Era un tema de tener problemas día a día por esas situaciones. Se había armado un lindo plantel, pero lastimosamente los temas externos hicieron que fuera más pesado de lo que debía ser.

- ¿Consideras que fue el año más duro de tu carrera?

En el tema extradeportivo y dirigencial lo fue, fue muy duro y con muchos problemas por los pagos, de incumplimiento, las planillas. Tuve otros años duros en otras situaciones, pero nunca me había tocado estar en un equipo con tantos meses sin cobrar. Fue una situación supercomplicada.

- ¿Recuerdas tu gol a Brasil en un Sudamericano sub 20?

Claro, fue un centro de Orlando Allende, pase en primera de Carlos Elías, llegué y la puntee al arco. Terminamos perdiendo ese partido por 2-1 sobre el final en nuestro primer partido del Sudamericano. Son memorias que te quedan.

- Con 18 años ya habías debutado en la selección peruana absoluta, en un país donde no se suele dar muchas oportunidades a jóvenes de esa edad. ¿Qué tal fue la experiencia?

Lindo, con buenos recuerdos. Más allá de que estaba jugando en la selección muy joven, lo estaba haciendo con jugadores de gran calidad en ese momento, que estaban en ligas importantes de Europa o Sudamérica, otros que tenían una gran carrera en el fútbol peruano. Siempre es algo especial, distinto, vestir la camiseta de la selección. Al final, uno de los sueños, más allá de jugar en el extranjero, también es defender a tu país, por los muchos motivos que conlleva.

- ¿Cuánto significó Fernando Mellán para Damián Ísmodes?

Muchísimo, para el profesor Mellán solo hay palabras de agradecimiento y cariño, tanto yo como la mayoría de personas que pasaron por las categorías menores en Sporting Cristal, que son cientos de chicos que pasaron por sus manos. Es un gran formador, un entrenador que más allá de enseñarte a jugar al fútbol era una imagen paternal. Te enseñaba los valores, cómo comportarte fuera y dentro del campo. Lo importante era ser buena persona y después futbolista. Un padre para muchos de nosotros y lo recordamos con el corazón.

- Militaste en el exterior, en equipos grandes y otros históricos del país como Cienciano, Sport Boys y Deportivo Municipal. Ya llegando a la recta final de tu carrera, ¿cómo la englobas?

Mira, estoy feliz de mirar atrás y ver que pude jugar muchos años en el fútbol profesional, siendo esto algo que siempre me apasionó y me gustó. Poder llevar tantos años haciéndolo a nivel profesional, me llena de orgullo. Efectivamente, hay cosas que uno hubiese querido que fueran distintas. Me encantaría haberme quedado a jugar en Europa por muchos años, pero hay factores que no te lo permiten. Yo estoy tranquilo conmigo mismo porque siempre hice todo lo necesario para poder lograrlo, pero las lesiones me cortaron mi mejor momento. En otros donde pude repuntar mi carrera, me volvió a pasar. Ha sido una constante y no me quejo, me tocó. Estoy feliz de seguir jugando porque todavía lo disfruto y espero que sea así por algún tiempo más.

- Para terminar, ¿tienes planeado seguir ligado al fútbol una vez cuelgues los botines?

No lo sé, me estoy preparando por las dudas para cuando llegue ese momento. Uno como hombre de fútbol siempre quiere estar ligado a este deporte y aportar desde donde pueda, pero vamos a ver. Todavía no lo tengo definido, pero sí, me gustaría seguir de alguna manera. Ya veremos lo que pasa de aquí a un par de años.