Yolanda Pinares: Warmy resiliente y creadora del Andean Pop, una figura clave en la difusión de la cultura peruana

Desde el corazón del histórico Cusco hasta los escenarios más grandiosos alrededor del mundo, la voz de Yolanda Pinares ha vibrado, cargada con un abanico de emociones, relatos y sueños que han cruzado todas las fronteras. Su camino artístico es mucho más que un conjunto de presentaciones; es el espejo de una lucha sin tregua contra todo tipo de prejuicios, un paso firme hacia la afirmación de su ser y un compromiso que trasciende la esfera de lo artístico. Yolanda Pinares se ha posicionado, no solo como una figura destacada dentro de la música peruana contemporánea, sino también como un símbolo de tenacidad y renovación.

En una entrevista exclusiva concedida a Infobae Perú, Yolanda Pinares compartió las emociones personales y universales que su música busca transmitir, desvelando las historias y los sueños que la han llevado a recorrer el mundo con sus melodías. Desde los escenarios más modestos hasta los auditorios internacionales más prestigiosos, su arte ha servido no solo como una expresión de su identidad peruana, sino también como un vehículo para el cambio, la reflexión y la conexión humana.

Desde una edad temprana, Yolanda encontró en la música un refugio, una voz propia en medio de las adversidades. Lo que comenzó como un susurro en el corazón de una niña resiliente se ha convertido en un grito de libertad y esperanza que resuena en cada rincón donde se presenta. Según compartió en Infobae Perú, su trayecto no solo ha sido de crecimiento artístico, sino también de superación personal, enfrentándose a la discriminación y los estigmas, no solo como artista, sino también como mujer en un entorno marcado por los prejuicios.

”Existe el machismo, incluso de mujer a mujer. Estas batallas las he tenido que afrontar y con la música, he encontrado la manera de ser la voz de aquellos que no la tienen”. Su voz se pierde en la emoción, pero su mensaje es claro: su música aboga por la libertad, la libertad de ser uno mismo y de seguir los propios deseos, un eco que inspira a quienes lo perciben.

Yolanda Pinares, nacida en el histórico Cusco, encontró en la música un refugio reconfortante frente a las adversidades de la vida. Con apenas 7 años, descubrió en las melodías un medio para sobreponerse a los retos que enfrentaba.

Sus inicios están marcados por una conexión profunda y transformadora con la música, que no solo le brindó consuelo, sino también un lenguaje propio para expresar su esencia. Las raíces musicales de Yolanda se sumergen en la rica tradición del mundo andino, tejiendo las complejas texturas y el profundo sentido de comunidad y pertenencia inherentes a esta cultura. Sin embargo, su espíritu inquieto y su ansia incesante de explorar y expresarse de manera única la llevaron más allá de lo convencional.

La trayectoria de Yolanda no ha estado exenta de obstáculos. Ha enfrentado desafíos personales significativos, entre ellos, el machismo tanto dentro de la industria musical como en la sociedad en general.

A través de sus letras, Yolanda lucha por la libertad, la igualdad y la justicia, valores que considera fundamentales no solo en su vida sino en la sociedad. Su arte es, en muchos sentidos, un reflejo de su batalla personal y profesional contra las barreras impuestas por prejuicios anticuados.

Es importante destacar que Yolanda ha roto moldes en la escena musical peruana, siendo la primera en realizar un sinfónico andino en el país. A sus 19 años, tuvo un rol destacado en el Primer Festival Iberoamericano en Ecuador, un momento significativo no solo para su carrera sino para la representación peruana en el extranjero, particularmente en un contexto posguerra con Ecuador. Fue ahí donde capturó la esencia de su tierra con la canción ‘Maíz’.

Yolanda Pinares encarna aquello que muy pocos logran expresar: “La música no conoce fronteras, no necesita de pasaportes. Solo ingresa a tu corazón, te invade y se apropia de ti”. Su carrera es un testimonio del poder unificador y transformador de la música, un vehículo que trasciende barreras y se convierte en un lenguaje universal.

Yolanda Pinares, una pionera de la música peruana, ha logrado entrelazar magistralmente los sonidos tradicionales de la música andina con ritmos contemporáneos, dando vida a una fusión única que cautiva a todo aquel que la escucha: Andean Pop. Sin embargo, su trayectoria en la industria musical está marcada por desafíos significativos, donde la discriminación y las barreras para los géneros culturalmente marginados, como el suyo, son una constante. A pesar de estas dificultades, Yolanda ha optado por enfrentar estos obstáculos de frente, convirtiéndolos en el motor de su misión artística y personal.

Esta determinación no es solo una convicción personal de Yolanda, sino también una percepción compartida por aquellos que la rodean.

La reconocida intérprete de música andina contemporánea, Yolanda Pinares, se encuentra en los preparativos para lo que será su emblemática actuación final en tierras peruanas, antes de embarcarse en una esperada gira por Asia. Esta presentación, denominado “Q’Pop Raymi”, se anticipa como una celebración inolvidable, colmada de melodías, cultura y festividad.

El concierto está programado para el viernes 31 de mayo de 2024, en el emblemático Teatro Municipal de Cusco. En esta ocasión especial, Yolanda Pinares y Lenin Tamayo unirán sus talentos en un concierto único, prometiendo una fusión excepcional de sus estilos musicales singulares. Destacándose como la atracción principal del espectáculo, Yolanda Pinares, con su característico amor por la música andina peruana y su estilo único, actuará como embajadora. El “Peru Fest” 2024 está concebido como una grandiosa plataforma para celebrar la música y la cultura, uniendo a dos naciones que, a pesar de la distancia geográfica, comparten una profunda admiración por la belleza y la diversidad cultural.

A través de su arte y su presencia, Yolanda busca llevar el vibrante espíritu del Perú a Corea, China, Japón y Vietnam, creando memorias perdurables y construyendo puentes de entendimiento y aprecio mutuo.

Para Yolanda, la música va más allá de ser simplemente una forma de expresión; es un vehículo para llevar esperanza y visibilidad a aquellas mujeres y hombres cuyas voces no encuentran eco en la sociedad como las de otros artistas. “Yo creo en hacer lo que uno desea. Pretendo que mi música sea eterna, que lleve esperanza”, reflexionó.