Viringo: el perro sin pelo peruano que existe desde antes de los incas y es patrimonio cultural

Este compañero de cuatro patas es mucho más antiguo de lo que parece y ha pasado por muchas confusiones antes de tener el debido reconocimiento que merece

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El perro peruano sin un
El perro peruano sin un pelo de 'chusco'. (Wikipedia / Soy Ecológico Perú / El Peruano)

Desde siempre se ha dicho que el perro es el mejor amigo del hombre, y se ha demostrado a lo largo de la historia que, definitivamente, esto se cumple en muchos casos.

Estos animales son bastante fieles y han desempeñado diferentes roles según la cultura en la que se les encuentre. En algunos casos han sido partícipes de ciertos trabajos e incluso los han facilitado, mientras que en otros se les apreció como acompañantes y mascotas cercanas a sus amos.

Aterrizando esta realidad a la cultura peruana, vale la pena mencionar a nuestro exponente nacional, el ahora famoso viringo, o popularmente conocido como perro sin pelo o perro chimú. Antiguamente también fueron llamados de forma despectiva como ‘perros chinos’, sin embargo, hoy se sabe que estos canes han sido parte de nuestra historia desde tiempos prehispánicos y fueron compañeros sumamente apreciados y valiosos.

El acompañante de los peruanos

Conoce más sobre el origen
Conoce más sobre el origen del perro peruano sin pelo. (Foto: Difusión)

Está comprobado que esta raza ―el viringo― es oriunda del Perú, así lo avalan muchas investigaciones, que además remontan su existencia en los Andes, incluso hace 7000 u 8000 años, según precisa el diario El Peruano.

En primera instancia, la presencia de este can se pudo apreciar en muestras culturales como huacos o cerámicas de las culturas Chavín, Moche, Wari, Vicus, y Chimú. Estos animales, de porte elegante, tamaño perfecto, color oscuro y con escasa presencia de pelo, eran muy probablemente considerados como mascotas e incluso eran sacrificados para acompañar a sus amos en su viaje al otro mundo.

Por otro lado, este animalito también tenía fines curativos y los pueblos originarios los usaban para ayudar en enfermedades como el reumatismo. Esto se debe a que, al no tener pelo, su cuerpo tiene una temperatura mayor a la de los seres humanos.

Según menciona el citado diario, ya en épocas más actuales el doctor Hermilio Valdizán en su libro La medicina popular en el Perú, había hecho notar otras propiedades de esta mascota, como que su saliva ayudaba con el asma, su lamedura era usada para cicatrizar heridas o incluso que se le ponía en la espalda para tratar la neumonía.
Cerámica de la cultura Mochica.
Cerámica de la cultura Mochica. (Museo Larco)

Volviendo a los inicios de la historia, los españoles a su llegada se quedaron asombrados por la presencia del imponente perro sin pelo. En una crónica se le menciona de la siguiente forma: “Verdaderos perros no los había en las indias, sino unos semejantes a perrillos que los indios llaman alccos. Y por su semejanza con los que han llegado de España también a estos llaman ahora alccos”.

Desafortunadamente, el miedo a lo desconocido, mezclado con el afán de eliminar cualquier símbolo de idolatría en las recién conquistadas tierras peruanas, dieron como resultado que los invasores mataran a los viringos para evitar cualquier uso ritual.

Así, su crianza se redujo a fines medicinales incluso hasta fines del siglo XX.

Finalmente reconocido

Foto perro sin pelo /
Foto perro sin pelo / Andina

Este hermoso can de origen nacional permaneció por mucho tiempo sin tener el reconocimiento que merecía debido a su milenario origen. No fue sino hasta el año 1985 que la Federación Cinológica Internacional (FCI) reconoció y registró al viringo en su nomenclatura de razas. Aquí también se le clasificó como un perro primitivo, es decir, una raza pura que conserva sus características morfológicas.

Ya en 2001 el acompañante de las culturas peruanas fue declarado Patrimonio Nacional y su raza reconocida como oriunda del Perú, según la Ley 27537.

Vale mencionar que en países como China y México también hay variedades de perro sin pelo, sin embargo, estas mantienen ciertas diferencias con el viringo, por lo que no deben ser confundidas.

Finalmente, hoy se sabe que hay tres tamaños de perro sin pelo peruano. Los más pequeños pueden medir entre 25 a 40 centímetros de estatura, mientras que los grandes pueden ostentar hasta 65 centímetros. Sin duda alguna, un milenario ejemplar que de ‘chusco’ no tiene ni un pelo.

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