La Plaza de Armas de Lima ha sido cerrada al público por medidas de seguridad implementadas por el gobierno de Dina Boluarte. Esta decisión afecta principalmente al Centro Histórico de Lima, y a los comercios aledaños, ya que el acceso a la emblemática plaza está restringido por cercas. La entrada de vehículos ha sido limitada, siendo el jirón Junín una de las pocas vías de acceso habilitadas. Esta medida de seguridad, que ha sido aplicada durante todo el día, y ha provocado el cierre de todos los ingresos provenientes del Jirón de la Unión, Jirón Huallaga, Jirón Carabaya, y Jirón Junín.
La presencia policial se observa en cada acceso cerrado, custodiando las entradas para evitar el paso. Esta restricción impide el movimiento de los turistas y también del comercio local, ya que los visitantes no pueden acceder a la plaza, un popular punto de interés para aquellos que desean fotografiarse en este lugar histórico. Los negocios alrededor de la Plaza de Armas han visto disminuir sus ventas debido a estas circunstancias. De manera similar, la residencia de Dina Boluarte también ha sido custodiada por agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP), con cercas colocadas alrededor de las cuadras.
Para aquellos que intentan transitar desde el Jirón de la Unión hasta el Jirón Carabaya, solo es posible seguir un camino específico a lo largo de la acera por debajo de los arcos de la municipalidad. Esta ha sido la indicación general para los peatones, evidenciando las restricciones de movimiento en esta zona clave de la ciudad.
¿Qué está pasando dentro de Palacio de Gobierno?
El expremier Alberto Otárola sostuvo un encuentro con la presidenta Dina Boluarte en el Palacio de Gobierno, aproximadamente un mes después de su renuncia y tras ser indicado por autoridades del ejecutivo como responsable de divulgar información relacionada con el caso denominado Rolexgate. Este acontecimiento se desarrolló luego de que Otárola ingresara a la sede gubernamental cerca de las 12:40 horas por la entrada conocida como Desamparados, donde, a pesar de su saludo efusivo hacia los medios de comunicación presentes, optó por no emitir declaraciones.
El Rolexgate, que implica a relojes de lujo no declarados por la mandataria Boluarte, desencadenó investigaciones por presunto enriquecimiento ilícito. La visita de Otárola al Palacio acontece en un contexto donde la fiscalía y fuerzas policiales intensifican las pesquisas en contra de la presidenta, incluyendo allanamientos a su residencia y a la sede del gobierno. Según medios de prensa, el exjefe de Gabinete partió del Palacio aproximadamente a las 14:00 horas, dejando atrás el espacio gubernamental un poco antes de la llegada del fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena, al Congreso para abordar las investigaciones en curso que pesan sobre Boluarte.
Las acusaciones sobre Otárola emergen en medio de señalamientos por parte de la ministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuellar, quien sugería que el exfuncionario había ventilado detalles del Rolexgate “por venganza” tras ser destituido de su posición al frente del Consejo de Ministros. Esta afirmación fue categóricamente negada por Otárola, quien expresó su decepción y reiteró su respeto hacia la presidenta mediante declaraciones públicas y redes sociales, negando cualquier vinculación con el escándalo y calificando las acusaciones de “chisme absurdo”.