Alerta inundaciones. El Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), advirtió que 1,365,310 peruanos y peruanas a nivel nacional se encontrarían en riesgo muy alto por movimientos de masa, deslizamientos, huaicos, etc, producto de las fuertes lluvias que acontecerán desde abril hasta junio de este año.
A tráves de un comunicado, el Centro Nacional presentó los “Escenarios de Riesgos de Lluvias para el periodo de abril - junio 2024″; el mismo que logró identificar un total de 1,130,361 personas a nivel nacional que viven en 18,395 centros poblados distribuídos en 24 departamentos, que estarían en riesgo muy alto ante la ocurrencia de deslizamientos, huaicos o desprendimientos de rocas, entre otros tipos de eventos de la naturaleza.
¿Qué regiones serán las más afectadas?
Así, el Cenepred señaló que las regiones con mayor cantidad de población expuesta a riesgo muy alto son Huánuco (147,234), Amazonas (146,774), Áncash (135,873), Cusco (105,556) y Piura (90,403).
“Por si fuera poco, la institución informó que un total de 501,515 viviendas, 1,105 establecimientos de salud y 7,453 instituciones educativas se encontrarían en la misma situación de riesgo”, agregó Cenepred.
Por otro lado, a través del documento técnico se detalló que un total 234,949 personas de 1,148 centros poblados estarían expuestos a un riesgo muy alto frente a la ocurrencia de inundaciones, los mismos que están comprendidos en 5 departamentos del país.
Las regiones con mayor cantidad de personas expuestas a riesgo muy alto son: Loreto (116 028), San Martín (93 683), Amazonas (20 281), Huánuco (3 216) y Cajamarca (1 741). “Se calcula que un total 66,730 viviendas estarían en este nivel de riesgo de presentarse inundaciones; así como 210 establecimientos de salud y 1,551 instituciones educativas”, alertó.
Por tal motivo, Cenepred exhortó a las autoridades de los tres niveles de gobierno a trabajar la Gestión del Riesgo de Desastres (GRD) de manera integral y permanentemente en sus jurisdicciones y hace un llamado a la población en general y autoridades a participar e involucrarse en implementar las medidas correctivas y de protección que correspondan según el caso.
“Los escenarios de riesgo que elabora el Cenepred -a partir de los pronósticos realizados por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi)- tienen por objetivo informar a las instituciones competentes, especialmente a las autoridades regionales y locales, para que identifiquen las áreas con mayor riesgo en su jurisdicción”, remarcó.
¿Lima y Callao seguirán con días de calor?
El Senamhi informó que el otoño se inició la noche del 19 de marzo, marcando el comienzo de una transición climática en Lima Metropolitana y el Callao, donde, a pesar de las mañanas frías, aún se disfruta del brillo solar a mediodía. Este fenómeno ha generado cierta confusión entre los limeños, quienes esperan un descenso más notorio de las temperaturas.
Patricio Valderrama, doctor en Ciencias de la Tierra y exjefe del Senamhi, anticipa que “recién pasando la quincena de abril se empezaría a tener días un poco más fríos”, con cielos grises, nublados y presencia de lloviznas ligeras, especialmente en las primeras horas del día. Este cambio implicaría una atmósfera más húmeda, característica de los otoños en Lima, pero sin llegar a ser extremadamente frío. Valderrama señaló a RPP que es común esperar para este período un cielo con el clásico color ‘panza de burro’, indicativo de un nublado permanente.
Matt Nieto, meteorólogo de la Universidad Nacional Agraria La Molina, coincide con Valderrama en que la llegada del otoño no trae consigo un enfriamiento inmediato. Ambos especialistas sugieren que esta transición climática es parte de un proceso natural, que se ve afectado por distintos factores, incluyendo eventos climáticos mayores como El Niño.
En las calles y redes sociales, surge la pregunta sobre cuándo cesará el calor en la capital. Aunque los expertos no pueden ofrecer una fecha exacta, las proyecciones señalan que los cambios más notorios en el clima se empezarán a sentir pasada la segunda quincena de abril.