La recta final de un largo camino de 24 años de denuncias en contra del Sodalicio de Vida Cristiana. En el boletín de noticias del Vaticano de este 2 de abril del 2024 se detalla la renuncia al cargo del arzobispo José Antonio Eguren Anselmi. Este personaje ha sido señalado de no solo ser uno de los principales miembros de la iglesia acusados de haber establecido el sistema de abusos físicos y psicológicos dentro de la institución religiosa; sino que también tomó relevancia por las denuncias judiciales que emprendió contra los periodistas que investigaban al Sodalicio.
Según lo revelado por el portal especializado Infovaticana, la salida anticipada de Eguren fue impulsada por la investigación emprendida desde la misma Ciudad del Vaticano hacia Perú, a fin de resolver las múltiples acusaciones de abuso no solo psicológico sino sexual y físico que se alertaron desde exintegrantes y jóvenes inscritos en la institución. Además, a raíz de estas denuncias y otras más provenientes de los campesinos de Piura que denunciaron intentos de apropiación de sus terrenos por parte de Eguren en favor del Sodalicio.
Todos estos casos fueron recogidos por diferentes periodistas con el transcurso de los años, y a raíz de las revelaciones, Eguren emprendió denuncias contra quienes lo expusieron ante el Sodalicio. En el caso de los abusos psicológicos, sexuales y físicos, que fueron publicados por los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz, el renunciante arzobispo de Piura inició una serie de denuncias por querellas; mientras que por las denuncias de los campesinos dueños de terrenos que el Sodalicio buscaba obtener, y cuyas demandas fueron recogidas por Daniel Yovera, Eguren también buscó deslegitimarlas mediante denuncias por difamación.
La misión de Scicluna y Bertomeu que propicia la caída de Eguren
En el marco de estas pesquisas, el Papa Francisco dispuso la llegada de los investigadores Charles Scicluna y Jordi Bertomeu al Perú. Ambos estaban encargados de reunirse con denunciantes y acusados a fin de elaborar un informe en el que se puedan plasmar los abusos cometidos y las acciones emprendidas por parte del Sodalicio de Vida Cristiana para acallar las imputaciones que se cernían contra la institución. Estas visitas se dieron en el transcurso del año pasado y una vez elaborado el informe de Scicluna y Bertomeu, este fue remitido a Francisco I en Roma.
Las consecuencias de la elaboración de este informe no se habrían hecho esperar, pues la renuncia aceptada por el Papa Francisco a José Eguren apunta a que este sería una más de las acciones emprendidas desde la Santa Sede para buscar presionar al Sodalicio a fin de que, voluntariamente, tome acciones ante el escándalo.
En conversación con Infobae Perú, el periodista Pedro Salinas detalló que esta decisión final constituye el tercer golpe emprendido por la Iglesia Católica en contra de los altos mandos ubicados en la dirección del Sodalicio. El periodista señaló que esta misión enviada por el Vaticano es la que finalmente logra dar un resultado, luego de 10 años existiendo misiones enviadas en las que no se lograban avances en el caso.
Los tres momentos importantes de las consecuencias del informe
El primer golpe atestado que daba indicios de acciones en contra de los abusos del Sodalicio corresponde con la salida de José Rodriguez Carvallo del vicasterio.
“De las que yo he seguido, esa es para mí la salida más impactante; y luego, el portal web Crux, un portal que cubre noticias del Vaticano, publicó un informe de investigación, a propósito de la visita de Bertomeu, que tenía que ver con el Sodalicio. Ahí se da cuenta de que el Vaticano había enviado ocho cartas que acusaban a ocho Sodálites de alto perfil; y de las ocho cartas, seis le pedían a la institución que sancionara”, detalló el periodista en exclusiva para este medio.
Asimismo, Salinas aclaró que estos ocho miembros “no eran cualquier tipo de sodálites”, pues exponía a muchos de ellos, quienes llegaban a ocupar cargos muy altos y que eran señalados de encubrimiento de abusos, según la investigación de Crux. “Y tiene que ser encubrimientos sexuales, porque José Ambrosic, uno de los que ha recibido las cartas, me reconoció que había encubierto por lo menos doce denuncias de abuso”, aseveró.
¿Qué le depara a José Eguren, tras su renuncia?
La salida de Eguren, definitivamente, es un hecho poco usual, pues usualmente las renuncias de los sacerdotes se aceptan en un rango de edad usual que se da entre los 70 y 75; mientras que la edad del renunciante sodálite es de los 67 años. Asimismo, Pedro Salinas aclaró para este medio que, lo que sigue tras la renuncia de Eguren ni siquiera es la asignación a un arzobispado distinto; sino que, con la autorización del Papa Francisco, deja de pertenecer a cualquier tipo de diócesis, se queda solo.
“Que alguien renuncie a los 67, o 68 años, y sin destino, no es que salga del Arzobispado de Piura y Tumbes y se vaya a Arequipa, no; sin destino. O sea, se va para su casa. Eso es fuerte. Va a seguir siendo arzobispo emérito, y punto. Podrá celebrar misas donde lo inviten para casar a alguien, para bautizar a alguien, pero ya no va a tener diócesis”, explica el periodista, que reveló los abusos y ha seguido el caso desde el 2015.
Este hecho es importante también para las víctimas, pues fue Jose Enrique Escardó quien, hace 24 años denunció por primera vez los abusos y, coincidentemente, el primero en ser expuesto, fue el mismo José Antonio Eguren. Con esta salida se espera que sigan las acciones por parte del Vaticano para limpiar desde dentro la institución que hasta la fecha se encuentra enfrascada en un proceso por lo penal que no avanza.