El ingeniero informático Alain Dongo, alto funcionario de la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), ha sido denunciado por al menos cinco servidoras públicas, a quienes acosó sexual y laboralmente, según un informe difundido este martes por la Unidad de Investigación de Canal N.
De acuerdo con el reportaje, Dongo mantiene un vínculo amical de antaño con la jefa de Estado: nació en la misma región, fue socio del Club Apurímac y trabajó en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) al igual que Boluarte, quien lo nombró Jefe de la oficina general de tecnologías de la información cuando dirigía la cartera de Desarrollo e Inclusión Social.
Cuando ella llegó al sillón presidencial, él obtuvo un alto cargo en la PCM que preside el premier Gustavo Adrianzén. Hace donde una trabajadora, de ese despacho lo denunció por hostigamiento sexual. Según Canal N, la acusación detalla “actitudes sexistas y denigrantes”. Para conocer si había más víctimas, el pasado 7 de marzo todas las servidoras bajo subordinación de Dongo recibieron un documento.
“Asunto: se solicita su colaboración para esclarecer denuncia por actos de presunto hostigamiento sexual en la Secretaria de Gobierno y Transformación Digital de la PCM [...] Si usted ha sido víctima, se resguardará su identidad o si usted ha presenciado algún acto de tal naturaleza, es posible guardar la reserva de identidad de solicitarlo, de ser así le agradeceremos pueda escribirnos”, se lee en el oficio divulgado en el informe.
A esa denuncia original se sumaron, por lo menos, cuatro mujeres más que detallan haberse enfrentado a acoso sexual y laboral. Hay testigos que sustentan las acusaciones. Una de las denunciantes testificó que las intimidaciones ocurrieron en la oficina que preside Dongo “y en la sala de reuniones ubicada en el piso 10 de la sede Schell”.
El informe precisa, además, que “se buscó sancionar con la no renovación de su contrato a quienes consideran las posibles denunciantes”. Consultado por la televisora, el implicado indicó que “no puede declarar por estar inmerso en un proceso sumario”, mientras que “la institución está esperando las denuncias” para tomar eventuales decisiones.
El hostigamiento sexual es una conducta de naturaleza o connotación sexual o sexista no deseada por la persona contra la que se dirige, que puede crear un ambiente intimidatorio, hostil y humillante; y afectar su actividad o situación laboral.
“Para hablar de hostigamiento no es necesario que la conducta de quien hostiga sea reiterada o que el rechazo de la víctima sea expreso. En algunos casos basta que la conducta ocurra una sola vez, en otras circunstancias sí se puede configurar como hostigamiento sexual a partir de su reiteración”, se lee en la web del Gobierno, que cuenta con una plataforma llamada Estado sin acoso.
Esa plataforma, administrada por la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir), adscrita a la PCM, permite a las entidades públicas realizar el reporte semestral de las denuncias recibidas por hostigamiento sexual, así como las acciones implementadas para su prevención, investigación y sanción.
Según el Reporte de Espacios Laborales Sin Acoso (ELSA) de GenderLab, en Perú un 34% de trabajadores o trabajadoras ha atravesado alguna situación de hostigamiento sexual, pero solo el 10% decide denunciar. Del número total de casos, el 91% las víctimas son mujeres.
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