En las cálidas aguas de Punta Sal, Tumbes, un acontecimiento extraordinario ha capturado la atención de los habitantes locales y de la comunidad científica, el avistamiento de una ballena azul, el gigante de los mares. Este majestuoso espécimen, el animal vivo más grande del planeta, viene sorprendiendo a propios y extraños con su presencia inusual en la región.
Juan Pablo Testino, director de North Shore Perú Expeditions, compartió su perspectiva sobre este avistamiento sin precedentes. En palabras del especialista, el período comprendido entre julio y octubre suele ser testigo de la llegada de las ballenas jorobadas a estas aguas. Sin embargo, la presencia de la ballena azul generó un interés particular debido a su rareza en estas latitudes.
“Normalmente, durante esta temporada, recibimos la visita de las ballenas jorobadas, un espectáculo que atrae a turistas y estudiosos por igual”, explicó Testino. “Pero esta vez, nos encontramos con una sorpresa excepcional. Después de más de una década en esta área, nunca había contemplado la presencia de una ballena azul”.
Este avistamiento abrió la puerta a nuevas investigaciones sobre la presencia y el comportamiento de la ballena azul en aguas peruanas. “Aunque se sabe que estas criaturas visitan nuestras aguas de manera esporádica, aún queda mucho por descubrir”, señaló el experto. “Este encuentro proporciona una oportunidad invaluable para estudiar su distribución, hábitos migratorios y necesidades alimenticias”.
La experiencia a unos centímetros de distancia
La proximidad inusual de la ballena azul a la costa de Punta Sal desconcertó a los científicos. “Generalmente, avistamos estas especies más hacia el interior del mar”, comentó el experto. “Pero en esta ocasión, la ballena estaba bastante cerca de la costa, lo cual es poco común”.
Aunque se han propuesto varias teorías sobre la presencia de esta especie en esta zona, su comportamiento y hábitos migratorios siguen siendo un misterio. “No sabemos si viajan solas o en grupos, cuál es su dieta preferida o cuándo es su temporada de apareamiento”, admitió el especialista. “Estas incógnitas podrían arrojar luz sobre las razones detrás de su presencia aquí”.
En última instancia, el avistamiento de la ballena azul en Punta Sal representa una oportunidad para expandir nuestro conocimiento sobre estas fascinantes criaturas marinas. “Esperamos que este encuentro nos brinde información valiosa que nos permita comprender mejor la vida y los movimientos de la ballena azul en nuestras aguas”, concluyó Testino.
La preocupante situación de la ballena azul
Un estudio reveló que la ballena azul es uno de los mayores consumidores de plástico en la Tierra. Investigadores estiman que estos gigantes del océano pueden ingerir hasta 43,5 kilogramos de microplásticos en un solo día, equivalente al peso medio de un adolescente.
Los microplásticos, pequeños fragmentos de plástico de menos de cinco milímetros, se forman gradualmente debido a la descomposición de la contaminación plástica en la superficie del océano, gracias a la acción de las olas y la radiación ultravioleta. Estos fragmentos se han encontrado en el sistema digestivo de diversas especies marinas en todos los niveles de la cadena alimentaria, aunque determinar la cantidad exacta que consumen sigue siendo un desafío.
La revista Nature Communications, investigadores utilizaron modelos informáticos para predecir la ingesta de plástico por parte de tres especies de ballenas barbadas en el Ecosistema de la Corriente de California, conocido por ser un área rica en cetáceos en el Pacífico oriental.
Los resultados revelaron que las ballenas azules son las que más plástico ingieren. Durante su temporada de alimentación, que dura entre 90 y 120 días durante los meses de verano, una sola ballena azul puede consumir hasta 10 millones de trozos de microplástico al día, mientras que una ballena jorobada, en comparación, puede ingerir hasta 200 mil trozos diarios.
Según los investigadores, el 1% de los plásticos ingeridos por las ballenas proviene directamente del agua filtrada, mientras que el 99% restante se encuentra en los alimentos que consumen. Esto sugiere que la cantidad de plástico en sus intestinos está relacionada con la cantidad de comida que ingieren.