En la historia educativa de América Latina, existe un capítulo cautivante cuyas páginas parecen haberse desvanecido en el tiempo. Se trata del Colegio Real de San Felipe y San Marcos, una emblemática institución fundada con el propósito de educar a los descendientes de los conquistadores españoles. Este colegio, dotado de un profundo significado histórico y cultural, jugó un papel crucial en la educación de la élite durante el período colonial, pero hoy, sus ecos resuenan débilmente en el conocimiento colectivo.
Los misterios que rodean al Colegio Real de San Marcos suscita numerosas preguntas: ¿Cómo una institución tan fundamental en su tiempo parece haberse desvanecido de la memoria colectiva? ¿Qué legado dejó tras de sí y por qué es importante redescubrir su historia en el contexto actual? Este enigma histórico no solo despierta la curiosidad por entender el destino de la institución, sino que también invita a reflexionar sobre cómo las narrativas educativas y culturales se transforman a lo largo del tiempo.
¿Cuál es la historia del Colegio Real de San Felipe y San Marcos?
La historia del Colegio Real de San Felipe y San Marcos se inicia hacia el final del siglo XVI, específicamente en el año 1592, gracias a la iniciativa promovida por el virrey Francisco Álvarez de Toledo.
Este colegio fue concebido como un centro de estudios superiores especializado en cánones y leyes, estando dedicado principalmente a la formación académica de los hijos, nietos y otros descendientes de los conquistadores españoles y de aquellos pobladores del reino distinguidos por sus méritos.
La gestión y la vida académica del Colegio Real estaban vinculadas a la Universidad de San Marcos, hasta el punto de que el rector del colegio asumía, de igual forma, el rol de rector de la Universidad. Esta dualidad de roles evidenciaba la estrecha relación entre ambas instituciones, reforzando el prestigio y la importancia del colegio dentro de la estructura educativa de la época.
El vicerrector, por otro lado, se encargaba de la administración diaria del colegio y tenía su residencia dentro del mismo claustro, garantizando así una supervisión continua de las actividades y el bienestar de los estudiantes.
Según el historiador Martínez Laya, en el colegio vivían los colegiales con sus familiares, para ingresar a este centro de estudio debía comprobarse el origen noble y legitimo de los jóvenes:
”La educación era gratuita y los requisitos para ser alumno fueron: ser pobres y tener méritos de sangre y honestidad, existiendo dos categorías los familiares y los colegiales. Los familiares eran una especie de criados que servían a la comunidad con acceso a algunas materias.Los colegiales mantenían una vida regulada por horarios específicos, llevando las clases en el local de la Universidad y solo efectuaban repaso y estudio en el local del Colegio”, describió.
¿Qué pasó con el Colegio Real de San Marcos?
A lo largo de su existencia, el Colegio Real de San Marcos ha sido escenario de numerosos episodios que han marcado su historia con cambios profundos. Desde su fundación orientada a la instrucción de los descendientes de los conquistadores españoles, esta entidad educativa se ha visto sujeta a transformaciones significativas, moldeadas por el devenir histórico de su entorno.
Las reformas borbónicas, que determinaron la expulsión de los jesuitas, marcaron el inicio de una serie de metamorfosis que lo llevaron a fusionarse con el Convictorio de San Carlos. Posteriormente, a finales del siglo XVIII, bajo las influencias políticas y sociales del momento, se transformó en cuartel del Regimiento Real de Lima, según instrucciones del Inspector de Guerra Gabriel de Avilés y del Fierro. Este periodo culminó con su asignación como sede del Estado Mayor del Ejército durante la inauguración de la era republicana.
Sin embargo, fue un evento trágico reciente el que capturó la atención mediática y puso de nuevo al Colegio Real de San Marcos bajo el foco público. Según El Comercio en 2015, un devastador incendio consumió parte del segundo nivel del histórico edificio, revelando ante los ojos de la comunidad el vulnerable estado del patrimonio. El fuego, iniciado en las horas tempranas de la madrugada en la cuadra 6 del jirón Áncash, en el corazón del Centro Histórico de Lima, fue combatido por una docena de unidades de bomberos.
Contrario a los temores iniciales, la UNMSM aseguró que, afortunadamente, el incendio no afectó el depósito que resguarda valiosa documentación histórica, un rayo de esperanza en medio del lamento causado por el siniestro.
¿Qué proyecciones se tiene con este lugar?
El Colegio Real de San Marcos se encuentra en un punto de inflexión notable en su historia milenaria, marcado por un renovado interés y una visión de futuro prometedor. Desde fines del siglo XX, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, institución a la que pertenece, le ha infundido una nueva vida, transformándolo en un vibrante Centro Cultural y Archivo Histórico. Este enfoque contemporáneo ha abierto las puertas del complejo a una gama variada de eventos culturales, incluyendo exposiciones pictóricas, muestras fotográficas y proyecciones de cine, invocando tanto a la comunidad universitaria como al público en general a participar y disfrutar de sus riquezas.
La proyección hacia el futuro tuvo un momento decisivo en el año 2019, cuando se anunció la declaración de interés nacional para la recuperación del Colegio Real.
“Se ha dado un paso importante para su recuperación al aprobarse el proyecto de ley 02553-2017 que declara de interés nacional y necesidad publica la recuperación, conservación y puesta en valor de este lugar”. comentó la rectora Jerí Ramón.
Este momento crucial no solo subraya su valor histórico y cultural incalculable, sino que también establece un firme compromiso con la revitalización del espacio. La rectora Jerí Ramón, durante la presentación de momias de niños en el centro arqueológico de Cajamarquilla, dio a conocer los planes de reconfigurar este espacio con un propósito ambicioso: la creación de un museo arqueológico.