La tradición de la decoración del anda del Cristo de Pascua, una emblemática procesión del domingo de resurrección, ha sido custodiada durante 52 años por la familia Hurtado. Este ritual implica meticulosidad y devoción, pues el anda es engalanada con velas y figuras de cera de maíz y pantiwatay, una flor autóctona.
Durante tres días intensos, desde el Jueves Santo hasta el Sábado de Gloria, alrededor de 30 personas se reúnen para llevar a cabo esta laboriosa tarea. Pero es la propia familia Hurtado quien, con un profundo sentido de compromiso, ingresa dentro de la estructura del anda para erguir la figura del Cristo. Es así como cada año, en este proceso de fe y tradición, se renueva el vínculo entre la comunidad y su devoción religiosa.
Ayer, en Ayacucho, la Municipalidad Distrital de Carmen Alto llevó a cabo por tercer año consecutivo el Pascua Toro, un evento que congrega a miles de personas para celebrar el Sábado de Gloria durante la Semana Santa.
El festejo es caracterizado por la liberación secuencial de toros al ritmo de bandas musicales, atrayendo principalmente a jóvenes que visten camisetas rojas y se dan cita en la comunidad de Quicapata para ser parte de la tradición.
Al este de la Cordillera de los Andes, se desarrolla La Fiesta de Pascua en Uripa, Apurímac, —reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación—.
Este evento se realiza en conmemoración a la resurrección de Jesús y la fertilidad de la tierra y marca el fin de una temporada productiva e inicia la siguiente, con la cosecha de maíz, el nacimiento del ganado y el fin de las lluvias.
Más allá de su significado ritual, esta festividad promueve la integración de las comunidades del distrito, congregando a los habitantes en Uripa, su capital, para celebrar con procesiones, ferias y liturgias.
En tanto, en el centro histórico de Lima, las calles que rodean la Plaza de Armas se han visto adornadas con alfombras de flores, una manifestación artística y religiosa que atrae a numerosos turistas y fieles.
Estas creaciones, caracterizadas por su detalle y colorido, rodean el lugar mientras se lleva a cabo la misa en la catedral, un evento central de la celebración por Semana Santa.
En Ayacucho, específicamente en el cerro Acuchimay, antiguamente, por Semana Santa, se hacían dos peregrinaciones: a Quinuapata y a este cerro.
Hoy en día, la población ayacuchana sigue viniendo a rezar, pero en un número mucho más reducido desde que cambiaron al Cristo de piedra por el de lata.
Cabe resaltar que, en este lugar, fue la batalla de Acuchimay de 1882 entre las fuerzas de Andrés Avelino Cáceres y las fuerzas chilenas.
En Ayacucho, más temprano, los fieles se congregaron en la Plaza de Armas para escuchar la misa presidida por el obispo Salvador Piñeiro. Esto luego de que el anda del señor de Pascua y Resurrección —o también llamado Trono Watay—recorriera toda la
Durante duro recorrido, específicamente, cuando el anda se dispuso a salir hacia la Basílica Catedral, tambaleó y se inclinó, pero la misma población ayudó a impedir este accidente.
En Ayacucho, los castillos ubicados en la Plaza de Armas anunciaron la salida de la majestuosa anda, que es cargada cada año por más de 400 personas.
Cada diez pasos hicieron un alto para descansar, ya que esta pesa alrededor de 15 toneladas. De acuerdo a la tradición, si una persona carga por primera vez el anda lo tiene que hacer por siete años consecutivos.
Ayer, sábado 30 de marzo, en la ciudad de Ayacucho, la procesión del Señor de la Resurrección volvió a ser multitudinaria. Miles de fieles asistieron a la celebración.
De madrugada, el anda salió desde la histórica basílica catedral de Huamanga cargada por cientos de personas motivados por su fe. La misa de Pascua de Resurrección inició a las cuatro de la mañana.
Hoy, 31 de marzo, se conmemora un nuevo Domingo de Resurrección, fecha central de la celebración de la Semana Santa, que rememora la resurrección de Jesús de Nazaret, después de su crucifixión, marcando el cierre del Triduo Pascual que simboliza la pasión, muerte y la aparición de Cristo resucitado, según el relato bíblico.
En Perú, la jornada del Domingo Santo inició muy temprano con la tradición de las procesiones y misas especiales, entre las que se destaca el encendido del cirio pascual, simbolizando a Jesucristo como la luz del mundo que, según los creyentes, refleja la solemnidad y el profundo significado religioso de la fecha para la comunidad cristiana.
Además, resalta la cultura de compartir huevos de Pascua, una costumbre con raíces en la simbología de la fertilidad y esperanza, que con el paso del tiempo ha evolucionado hacia la producción de huevos de chocolate, popularizando así el aspecto festivo del periodo de Cuaresma.
Por otro lado, durante la Semana Santa, más de 1.4 millones de peruanos se han movilizado hacia distintas regiones del país por esta fiesta católica, que inició el 28 de marzo.
Dentro de la lista de principales destinos están las regiones de Ayacucho, Arequipa, Moquegua, Tarma, Cajamarca y Cusco, conocidas por sus profundas raíces en la celebración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
No obstante, las festividades, que han sido categorizadas como Patrimonio Cultural de la Nación, no solo atraen a los visitantes por sus ceremonias religiosas, sino también la oportunidad de explorar la riqueza cultural, natural y gastronómica que ofrecen otros lugares como Áncash, Piura, Amazonas y San Martín.
Además de las procesiones y misas, los turistas tanto locales como internacionales se ven seducidos por esta fusión de fe y cultura.
Pues, este fervor religioso y cultural abarca desde la elaboración de alfombras de flores hasta la realización de actos litúrgicos, cumpliendo un rol vital en la dinámica económica y turística del país. Tal es el caso de Ayacucho, donde se registró, en el marco de estas fechas, cerca de 45 mil turistas.