Lima se caracteriza por su gran tradición a lo largo de los años, pero también porque tuvo un crecimiento demográfico bastante acelerado que con el tiempo desbordó las expectativas de aquellos que ocupaban las altas esferas de poder y tenían la capacidad para tomar decisiones.
Pese a que se planeó hacer de la ciudad un lugar verde y moderno, lo cierto es que tenemos muchos distritos que no estuvieron precisamente dentro de los planos arquitectónicos iniciales.
Un caso conocido es El Agustino, un espacio que alberga a miles de peruanos que hicieron de la zona su hogar y han logrado que este sitio se convierta en uno de los distritos más icónicos de la capital.
¿Cómo nació el distrito?
Lima de hoy no es ni de cerca lo que solía ser en tiempos de antaño. Son muchas las personas que cuentan historias sobre el siglo pasado, evidenciando que antes de que el concreto invadiera las principales áreas urbanas, la ciudad tenía mucho espacio verde, flores, árboles, huacas y enormes terrenos deshabitados que más tarde se convertirían en verdaderos centros urbanos.
Así, la historia de El Agustino se remonta, como muchas, a la época virreinal. Se dice que un grupo de frailes fueron los primeros en habitar la margen izquierda del río Rímac hacia 1551. Más tarde, familias criollas, indígenas y limeñas establecieron sus haciendas a los pies del cerro El Pino, donde se cosechaba alfalfa y maíz, pero también se hacían ladrillos, adobes y hasta loza.
Según destaca el diario El Comercio, las tierras de esa zona fueron más tarde vendidas a Simón Díaz de Rávago y con el paso del tiempo terminaron en manos de Enrique de la Riva Agüero, como parte de una herencia de su tía. Los terrenos fueron arrendados a ciudadanos chinos y pequeños agricultores durante muchos años.
Por supuesto, Lima fue creciendo y tras instalarse el Gran Mercado Mayorista y Minorista de Lima en 1945, conocido también como La Parada, la ciudad manifestó una explosión demográfica caracterizada por la llegada de grupos de migrantes desde el interior del país.
Aunque ya existían barriadas en la zona, no fue sino hasta la noche del 15 de abril de 1947 cuando se llevó a cabo la invasión de una zona del cerro El Agustino, dando origen a barrios tradicionales.
Gracias a ello, un 6 de enero de 1965, el distrito nacería oficialmente mediante la Ley 15353.
¿Por qué se llama El Agustino?
Como se ha mencionado, los primeros en establecerse en la zona fueron un grupo de frailes. Ellos pertenecían a la Orden de San Agustín, es decir, eran frailes ‘agustinos’.
Precisamente por ser ellos los habitantes iniciales de la zona es que el distrito adoptó ese nombre. Vale decir que esta denominación la tuvo desde sus orígenes y antes de convertirse en distrito oficialmente, por lo tanto, el nombre de El Agustino es en realidad mucho más antiguo de lo que se sabe.
Hoy en el lugar cuenta parte de la historia del Perú a través de sitios tan emblemáticos como el Cuartel de Los Barbones o de La Pólvora, ambos con memorias invaluables para la ciudad.
Por otro lado también se encuentran allí dos de los camposantos más conocidos: el Cementerio Museo Presbítero Matías Maestro, patrimonio histórico y una verdadera joya muy concurrida, y el Cementerio El Ángel, que es un poco más moderno pero tiene gran importancia dentro de la cultura popular.
También es posible encontrar en el distrito vestigios de la gran muralla que rodeó Lima por muchos años, retrasando su inevitable expansión. En suma, El Agustino no solo es sinónimo de tradición, sino también de lucha, esfuerzo y memoria viva de la capital.