La Semana Santa es una época que muchos esperan con ansias. Algunos, por ser un momento idóneo para reconectar con la fe y creencias más profundas, además de reflexionar sobre la vida y otros temas importantes; mientras que otros la anhelan por los días de descanso que trae y que forman un feriado largo muy apreciado por la población, especialmente por los trabajadores, quienes usan estos días para visitar a la familia en el interior del país, realizar viajes a diferentes destinos, pasear por la ciudad o tomar un momento de calma de las actividades diarias.
Así, lo cierto es que estas fechas toman diferentes significados para cada persona. No obstante, al mencionarlas también se recuerda casi automáticamente la Pascua como un momento que también está ligado a Semana Santa y que es mencionado, por ejemplo, en la dinámica de los Huevos de Pascua que ha ganado popularidad entre los más pequeños con el paso del tiempo.
En tal sentido, es fácil preguntarse si ambos conceptos son lo mismo, si se trata de festividades diferentes o cuál es su conexión.
¿Qué significa cada una?
Por supuesto, vale en primera instancia aclarar que, aunque están profundamente conectadas y ambas celebran momentos sumamente importantes de la vida de Jesucristo, las celebraciones de Pascua y Semana Santa tienen diferentes significados.
Por un lado tenemos a la Semana Santa, una época que constituye un tiempo de profunda reflexión en el panorama cristiano y cuyo principal objetivo es conmemorar los últimos momentos del paso de Jesús por este mundo, es decir, su pasión, muerte y resurrección; eventos que ocurren desde su llegada triunfal a Jerusalén, hasta el instante en que es aprehendido, procesado, muerto y enterrado, hasta su gloriosa resurrección.
Esta temporada empieza la última semana de la cuaresma, entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección, pasando por los días Jueves y Viernes Santo. En memoria de ello los fieles suelen hacer diferentes rituales que varían de acuerdo al lugar donde se encuentren, pero con la similitud de que casi siempre se asiste a las iglesias.
En tanto, al hablar de la Pascua podríamos encontrar hasta dos significados. En primer lugar, según la tradición cristiana se celebra el día en que Jesús resucitó, es decir, el domingo luego de tres días de su fallecimiento. También se le conoce como el Domingo de Pascua o Día de Pascua. Con ella finaliza la Semana Santa y viene el tiempo pascual, que culmina luego de 50 días recordado el Pentecostés.
Sin embargo, la Pascua para los judíos toma un significado diferente. En ese caso se recuerda el momento en que Dios liberó al pueblo de Israel de la opresión egipcia para llevarlos a la tierra prometida.
Este episodio tan importante en la historia de dicho pueblo se conmemora con la Pascua o ‘Pésaj’, palabra hebrea que significa ‘pasa por alto’ y que hace referencia a la forma en que el ángel de Dios pasó de largo por las casas de los israelitas durante la plaga que mató a los primogénitos de Egipto, y que fue tan devastadora que el faraón no quiso ver más a los judíos, dejándolos partir al desierto.
Esto está narrado en la Torá, donde también Dios le da instrucciones al pueblo para la celebración de la Pascua año tras año. Además, marca el nacimiento de Israel como una nación independiente tras largos siglos de esclavitud.
¿En qué se diferencian?
En resumen, se destaca que ambas celebraciones son distintas principalmente porque la Pascua se centra en un día de la Semana Santa y forma parte de ella. Es decir, no engloba al resto de fechas previas al domingo de Resurrección o de Pascua.
Por otro lado, esta también puede variar en su significado según quién la celebre, a diferencia de la Semana Santa que no cambia su concepto original sin importar dónde sea celebrada.