La Semana Santa es una de las fiestas religiosas que con más fervor celebran todos los católicos de nuestro país. Y es que durante estos días se recuerda el sacrificio de Jesús de morir en la cruz por, supuestamente, nuestros pecados.
De todos esos días, el Viernes Santo representa uno de los momentos más significativos dentro del calendario litúrgico católico, donde la comunidad cristiana conmemora la pasión y muerte de Jesucristo en la cruz. Este día, que se celebra alrededor de las tres de la tarde, coincide con el momento en que, según la tradición, Jesús entregó su vida como sacrificio por la salvación de la humanidad.
La Iglesia Católica, siguiendo una larga tradición que comenzó en el año 325 tras el primer Concilio de Nicea, celebra la Liturgia de la Pasión del Señor durante esta jornada, marcada por un profundo recogimiento y reflexión sobre el sufrimiento del, llamado por sus seguidores, ‘Rey de reyes’. Es común también que los fieles practiquen el ayuno y la abstinencia de carne como muestra de solidaridad con el sacrificio de Jesús.
La crucifixión
El relato de la crucifixión de Jesús, que se encuentra en los Evangelios de la Biblia, narra cómo fue el principal despojado de sus vestiduras, coronado de espinas y obligado a cargar con su cruz hasta el monte Gólgota, donde fue crucificado junto a dos criminales.
Este acto, considerado como la culminación del plan divino de salvación, es recordado con profunda reverencia por los creyentes en todo el mundo occidental.
La historia detrás de la crucifixión de Jesús está marcada por la traición y la injusticia. Las autoridades religiosas de Judea, temiendo la influencia de Jesús entre la población, conspiraron para su captura y condena. A pesar de la falta de pruebas en su contra, Jesús fue entregado a las autoridades romanas y sentenciado a morir en la cruz.
Pero antes de morir, el camino hacia la crucifixión fue uno de sufrimiento y humillación para Jesús. Después de ser flagelado y maltratado de manera cruel, fue obligado a llevar su pesada cruz hasta el lugar de la ejecución. Allí, clavado en la cruz y rodeado de una multitud, pronunció sus últimas palabras antes de entregar su espíritu a Dios.
Santas costumbres
En el ámbito de las costumbres religiosas, el Viernes Santo está lleno de prácticas simbólicas que invitan a los creyentes a reflexionar sobre el significado de la Pasión de Cristo.
Para empezar, en las iglesias, las imágenes religiosas, especialmente el crucifijo, se cubren con tela morada como símbolo de luto y penitencia. La Virgen María, en particular, se viste de negro en señal de duelo por la muerte de su hijo.
Durante este día, los fieles participan en el Vía Crucis, un recorrido espiritual que sigue los pasos de Jesús desde su condena hasta su crucifixión y sepultura. También se recuerdan las siete últimas palabras de Jesús en la cruz, que son objeto de profunda meditación y reflexión por parte de los creyentes.
La adoración de la cruz y la recitación del Credo de los Apóstoles son prácticas comunes en la liturgia del Viernes Santo. Estas ceremonias invitan a los fieles a acompañar a Jesús en su sufrimiento y a renovar su compromiso con la fe cristiana.
Como puede ver el amigo lector, el Viernes Santo es un día de profunda espiritualidad y devoción para los católicos de todo el mundo. A través de ceremonias litúrgicas y prácticas religiosas, los creyentes recuerdan y honran el sacrificio de Jesucristo en la cruz, renovando así su fe en su amor hacia el redentor y su promesa de vida eterna.