La presidenta Dina Boluarte se encuentra, una vez más, en la mira de los cuestionamientos. Esta vez el motivo de las críticas es su presunta cercanía a un edificio en el que, hasta hace unas cuantas semanas, se esperaba encontrar al prófugo Vladimir Cerrón, secretario de Perú Libre. El creciente nerviosismo se vería un mensaje a la Nación realizado por el primer ministro Gustavo Adrianzén el pasado domingo 24 de marzo, apenas unos minutos antes de que se revele el caso de los vehículos adscritos al despacho presidencial.
Como se sabe, en la denuncia, que fue inicialmente advertida por el programa Punto Final, se detalla cómo el secretario general del partido del lápiz, Vladimir Cerrón (quien lleva más de 130 días prófugo de la justicia peruana), logró evadir el arresto en enero del año pasado gracias a una filtración de los mismos miembros de la PNP. Pero no solo esto, coincidentemente un mes después, el sentenciado a prisión por el caso Aeródromo Wanka.
La situación irregular e ilegal de Vladimir Cerrón empalma con la extraña injerencia de una serie de vehículos del estado adscritos al despacho de la presidenta Dina Boluarte. Los mismos que fueron vistos el pasado 24 de febrero en un estacionamiento a cinco minutos del lugar en el que se buscaba a Cerrón. Si bien el dominical inquirió al Estado el motivo por el que estos vehículos se encontraban en dicho lugar, la respuesta otorgada por Adrianzén fue totalmente distinta y no solo confirmaba que se trataban de automóviles del Despacho presidencial.
Gustavo Adrianzén confirma que son autos usados por Dina Boluarte
En su pronunciamiento, el primer ministro intervino sobre el hecho, refiriendo que quería aprovechar la oportunidad para “aclarar las razones por las que un vehículo de la guardia personal de la seguridad del Estado asignado a la señora presidenta fue ubicado en el distrito de Asia, al sur de Lima”. Así, intentó detallar como antesala que los automóviles, uno del Despacho Presidencial, y otro del Ministerio del Interior, eran los que acompañaban recurrentemente a la presidenta.
“Compatriotas, la señora presidenta es la única funcionaria pública que está obligada, como jefa de Estado, por su seguridad personal, a trasladarse en vehículos oficiales, para realizar todas y cada una de sus actividades sean oficiales o de carácter personal”, acotó Adrianzén buscando aclarar la situación, sin éxito.
Lo que sí logró definir el primer ministro es que estos vehículos sí habían sido usados por Dina Boluarte, y no necesariamente para actividades protocolares. En cambio, dicha movilización hacia el exclusivo condominio Mikonos no sería, ni siquiera, un hecho oficial; sino una actividad que se aleja del plano laboral, convirtiéndose en un hecho de índole personal.
La historia del cuadro de ocurrencias de Dina Boluarte
Pero, ¿qué clase de asunto de índole personal debía de resolver la mandataria en el lugar en el que se buscaba a Vladimir Cerrón? Ante esta pregunta que salta a la vista, el primer ministro no ha señalado respuesta alguna. En tanto, sólo se dedicó a aclarar otros detalles que también han marcado la pauta como la extracción y desaparición del cuaderno de ocurrencias de la casa de la presidenta Dina Boluarte.
Este segundo hecho alertado por Adrianzén ha sido catalogado como una seria fuga de información por parte de la más alta seguridad del Estado. Dicho cuaderno, en el que se recababa información respecto a todo aquel personaje que se apersone al domicilio de la mandataria, fue sustraído, y arrojado a la vía expresa para posteriormente ser devuelto en cuestión de horas.
Sin embargo, el hecho más resaltante de este caso no es que se haya sustraído, sino que la misma presidenta no habría tenido conocimiento de la existencia de este cuaderno. Según Panorama, la presidenta incluso estalló en cólera al enterarse de que dicho documento existía, y sobre todo, que haya sido sustraído con intenciones desconocidas.