Al pie del cerro San Cristóbal, mirando al río Rímac, los pueblos indígenas que residen en la capital también están en peligro por la delincuencia. El último domingo, durante horas de la mañana, Michael Gómez García, de 34 años y perteneciente a la comunidad shipibo-konibo de Cantagallo perdió la vida tras ser impactado por dos disparos.
De acuerdo a la comunidad, el ataque se habría producido en venganza a manos de un delincuente que había sido capturado la noche anterior, cuando el sospechoso, identificado por la comunidad como un ciudadano venezolano, regresó al lugar para presuntamente cometer el crimen.
Hasta el momento, según Inforegión, el cuerpo de Gómez permanece en la morgue mientras las investigaciones continúan, ante los temores de la familia de que uno de los sospechosos detenidos por el hecho pueda ser liberado.
La información sale a la luz en un contexto donde la comunidad viene reportando, desde hace un tiempo, una serie de asaltos y una respuesta insuficiente por parte de las autoridades.
Policía no atiende pedidos de ayuda de comunidad
Según declaraciones brindadas por los miembros de la comunidad a América Noticias, los hechos previos al asesinato de Gómez García, quien es padre de cuatro menores, incluyen un intento de robo la noche del sábado 23 de marzo, también atribuido al ciudadano Ribero Cardós y un acompañante, durante el cual un integrante de la comunidad shipibo-konibo resultó herido.
Sin embargo, a pesar de alertar a las autoridades, la Policía no llegó a la comunidad, según expresaron dirigentes y familiares de la víctima.
Ahora, Walter Gómez, padre del fallecido, junto a otros líderes de la comunidad, exigen justicia, recalcando la falta de acción efectiva por parte de la comisaría de Piedra Lisa frente a los reiterados delitos, lo que eleva la sensación de impunidad y desprotección.
En la misma línea, la comunidad ha denunciado que los efectivos manifiestan que sin víctimas mortales o heridos graves, las operaciones de captura a delincuentes no se priorizan.
Dicha respuesta ha generado indignación y demandas de seguridad para prevenir futuros actos de violencia y garantizar la seguridad en la comunidad.
Critican accionar de la ministra de Cultura
En paralelo, el Ministerio de Cultura (Mincul) enfrenta críticas por no haber incluido el nombre de Michael Gómez García, un ciudadano shipibo-konibo asesinado, en su comunicado público sobre el hecho.
La omisión del nombre ha sido vista como un acto de desconsideración hacia la identidad y el valor de las vidas indígenas. Además, este hecho se suma a los cuestionamientos hacia la Ministra de Cultura, Leslie Urteaga, por su accionar posterior al fallecimiento de Gómez García.
Pues, Urteaga, quien recién regresada de un viaje, apareció en unas fotos con la familia del difunto publicadas la cuenta oficial de X (antes Twitter) del Mincul.
Sin embargo, posteriormente, se habría decidido eliminar la publicación. A pesar de la reacción posterior, la iniciativa no mitigó la percepción de inacción por parte de la cartera frente al asesinato de Gómez García.
Ataque a la comunidad no es un hecho aislado
El año pasado, Olinda Silvano, respetada lideresa shipibo-konibo y artista, fue amenazada muerte por parte de extorsionadores extranjeros. Los criminales exigían un pago de 2 mil soles a cambio de no perjudicar a Silvano ni a su familia.
Sobre ello, Silvano denunció la insuficiente protección ofrecida por el Ministerio de Cultura, el cual había prometido la instalación de cámaras de seguridad que, hasta la fecha, no se han implementado.
Según Inforegión, estas personas no solo amenazan verbalmente, sino que también han llegado al punto de ingresar armados con armas blancas a la comunidad, que acoge a más de 200 familias.