Semana Santa: Conoce la tradición gastronómica cusqueña en la que se comen doce platos

Las familias de Cusco preparan un banquete de doce potajes típicos entre el jueves y viernes santo como parte de su forma de vivir la Semana Santa

Las familias cusqueñas tienen por tradición de Semana Santa comer doce platos luego de un ayuno hasta el mediodía entre el jueves y viernes santo. (Foto: Correo)

La Semana Santa ya inició con la celebración del Domingo de Ramos y cada región tiene su forma particular de vivir este periodo de reflexión. En particular, Cusco tiene una tradición gastronómica que se realiza cada Jueves Santo (o Viernes Santo, dependiendo de la familia) en la que preparan un gran banquete compuesto por doce platos típicos.

Según las costumbres de la región, la preparación de esta cantidad de platos típicos durante la celebración de la Semana Santa corresponde a un homenaje a la última cena de Jesús con sus apóstoles. Una de las condiciones para llevar a cabo esta costumbre correctamente es que las personas deben permanecer en ayunas hasta el mediodía. Una vez superado este periodo, se procede a consumir el banquete.

Además de esto, también se tiene en cuenta las tradiciones comunes de Semana Santa en la que no se permite comer carnes de ningún tipo salvo sea de pescado. La comida a preparar corresponde a entradas (particularmente sopas), segundos, guisos y postres. No hay un ‘menú’ establecido en tanto se respeten los insumos típicos de la región. También suelen ser seis platos salados, seguidos por seis platos dulces.

Los que casi siempre están presentes son, por el lado salado: la sopa de choclo o Iawa, la de olluco o lisas, la sopa de machas y camarones, el arroz con mariscos y el pescado o trucha frita. Mientras que por el lado dulce destacan las empanadas cuzqueñas, los suspiros y la mazamorra.

Guiso de tarwi, zapallo y llullucha. (Fuente: Noemy Mamani/RPP)

¿Por qué Ayacucho es un destino típico para la Semana Santa en Perú?

En otras regiones, la tradición no solo es gastronómica. En el caso de Ayacucho, esta región es un destino típico durante la Semana Santa, pues los puntos altos de estas celebraciones incluyen la tradicional visita a los siete templos más emblemáticos, la procesión del Santo Sepulcro, y culminan con la procesión del Señor de la Resurrección, acompañada de música tradicional de la región.

Luego, el día jueves, los fieles y turistas emprenderán una visita peatonal por el centro histórico, explorando sus templos más icónicos en una jornada que remarca la devoción y la riqueza arquitectónica de la ciudad.

Posteriormente, el Viernes Santo se realiza la procesión del Santo Sepulcro, evento para el cual se recomienda a los asistentes vestir indumentaria oscura, en señal de luto y respeto.

En el caso del Sábado de Gloria, además de las actividades religiosas como misas, se celebra la riqueza artesanal de la comunidad en la Plaza Mayor de Huamanga, donde los visitantes pueden ver más de las tradiciones ayacuchanas. Para el Domingo de Resurrección, se realiza una procesión del Señor de la Resurrección, que simboliza el triunfo de la fe y la esperanza.

Miles de turistas viajan a Ayacucho por motivo de la celebración de la Semana Santa. (Foto: Program Tours Peru)

¿Cómo se celebra la Semana Santa en Cajamarca?

En esta región del Perú, la Semana Santa es una ocasión para celebrar las tradiciones religiosas y culturales que caracterizan a esta región. La Fiesta de las Cruces de Porcón, que se celebra el Domingo de Ramos, es uno de los eventos más destacados. En esta celebración, las cruces adornadas con espejos, flores y otros ornamentos son llevadas en procesión por toda la comunidad, en un acto de fe y devoción compartida.

Además, otras provincias cajamarquinas como Bambamarca, Chota y Contumazá también celebran la Semana Santa de manera especial, con la participación activa de fieles y visitantes. Es una oportunidad para disfrutar de la riqueza cultural y religiosa de la región, en un ambiente de alegría y confraternidad.

La celebración de la Semana Santa suele incluir procesiones de figuras religiosas como una forma de conmemorar el triunfo de Jesús sobre la muerte y renovar la fe en Dios.