Sobre el pedido de la Municipalidad Metropolitana de Lima para destruir el monumento ‘El Ojo que Llora’, que conmemora a las víctimas del conflicto armada interno, la ministra de Cultura, Leslie Urteaga Peña, respondió en conferencia de prensa, que los especialistas de la cartera están evaluando la solicitud.
“Nos han trasladado unos documentos. Estamos revisando técnicamente la solicitud y se contestará de acuerdo con ello”, expresó.
Ante ello, la Asociación Caminos de la Memoria, organización encargada de la gestión del memorial, comunicó lo siguiente a la opinión pública: “Solicitamos al Ministerio de Cultura, como ente rector de la protección del patrimonio cultural, y al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, como ente rector del programa de reparaciones, brinden las garantías para la preservación del memorial ‘El Ojo que Llora’”
En 2022, el espacio fue nombrado Patrimonio Cultural de la Nación, mediante la RV N° 000018-2022-VMPCIC/MC, tanto por su valor artístico, cultural y simbólico en homenaje a las víctimas (asesinadas y desaparecidas) del periodo de violencia política (1980-2000).
“Estos intentos de demoler ‘El Ojo que Llora’ tienen ya una larga historia. Reflejan cómo se busca ‘operacionalizar’ la memoria del conflicto armado interno para fines políticos. ”, ha expresado el historiador Paulo Drinot, autor de El Ojo que Llora, ontologías de la violencia y la opción por la memoria
Congreso defiende pedido de la MML
En medio de la controversia surgida en Lima, Milagros Jáuregui, congresista del partido Renovación Popular, ha hecho declaraciones sobre la solicitud de demolición del monumento ‘El Ojo que Llora’, iniciativa que no proviene de la Municipalidad de Lima sino de una petición ciudadana.
La congresista señala que la municipalidad pasará el requerimiento al Ministerio de Cultura para su evaluación. Este monumento está dedicado a recordar a las víctimas del terrorismo en Perú.
La propuesta de desmantelamiento surgió de la Subgerencia de Participación Vecinal y Voluntariado de la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML), que ha sugerido en su lugar construir áreas deportivas y recreativas. La iniciativa ha despertado un intenso debate público sobre la memoria y las víctimas del periodo de violencia que vivió el país. Nandy Janeth Córdova Morales, subgerente involucrada, señaló que el municipio no tiene autoridad directa para ejecutar dicha demolición, trasladando la decisión final al Ministerio de Cultura.
El punto de discordia radica en un sector de la ciudadanía que no se identifica con el simbolismo que representa ‘El Ojo que Llora’. Desde su perspectiva, podría ser reemplazado por instalaciones que ofrezcan un beneficio comunitario más amplio.
En concordancia, Jáuregui puntualizó la necesidad de superar las divisiones y promover la convivencia pacífica, destacando la importancia de atender los distintos intereses de los grupos para alcanzar la paz.
Finalmente, la decisión recae en el Ministerio de Cultura, que debe analizar las implicaciones de esta solicitud y determinar el futuro del monumento. Esta instancia no solo evaluará el valor histórico y cultural de ‘El Ojo que Llora’ sino también las necesidades y aspiraciones actuales de la comunidad. Este escenario pone en relieve las tensiones entre la conservación del patrimonio y la dinámica evolución del espacio urbano y la memoria colectiva en la sociedad peruana.