Una de las representaciones más recordadas de Semana Santa, que año tras año ha sido interpretada por Mario Valencia Rivadeneira, afronta un nuevo desafío. El conocido popularmente como ‘Cristo Cholo’ ha revelado que la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) está solicitando un pago para permitirle realizar su tradicional recorrido.
El intérprete de la crucifixión de Jesús en Lima ha hecho público que el municipio de Rafael López Aliaga le ha pedido pagar 81 soles por cada cuadra que recorra por las calles de Lima y del Rímac. Un monto que asegura no poder costear.
“Es un impuesto (...) Entonces son como 20 kilómetros qué tengo que recorrer, no me alcanza, le quieren cobrar S/3000 al Cristo Cholo, que está pobre y no tiene para ningún pan. Estoy como Tom Crousie, Misión Imposible”, mencionó Valencia para diario Ojo.
De acuerdo a lo detallado por el ‘Cristo Cholo’, anteriormente el municipio le cobraba una tarifa menor e incluso le había permitido realizar su recorrido tradicional sin costo alguno. A pesar de este cambio en las condiciones, Valencia ha señalado que intentará llevar a cabo su recorrido.
Recorrido del Cristo Cholo
Mario Valencia esperará hasta el último minuto que la Municipalidad de Lima le otorgue el permiso solicitado, sea con una reducción del impuesto solicitado o la exoneración de este. Por ello, evaluará hasta el último día los lugares que recorrerá realizando las escenas del vía crucis. Estos son los posibles lugares donde hará la escenificación.
En Jueves Santo, tiene planificado descender al río Rímac y, en caso de no ser posible, llevará a cabo la representación del bautismo de Jesús en el Paseo de Aguas, situado en el Rímac.
El Viernes Santo tiene previsto dirigirse al cerro San Cristóbal, cargando su cruz de 90 kilos. Si se enfrenta a la falta de un “permiso milagroso”, optará por dramatizar la crucifixión en la Alameda de los Descalzos, igualmente ubicada en el Rímac.
Colaboraciones
Según mencionó el Cristo Cholo, este año contará con la participación del colegio San Bartolomé, integrada por alumnos con habilidades especiales. También estará acompañado de Los Salvados del Arca de Noé, una curiosa asociación formada de animalitos. “Estarán los gallos Claudio, Carmelo y también van a llevar a sus esposas: sus gallinas, la turulecas; y los chivitos Samuel y su esposa Gigi”, mencionó.
Asimismo, declaró que durante su peregrinación de este año, dedicará sus oraciones a las personas que enfrentan dificultades económicas y a la problemática de la inseguridad. “Son varios los peruanos que me visitan en (mi casa de) Comas y me señalan que no tienen muchas veces ni para el pan y le rezan a mi cruz que está bendecida por el Papa”, mencionó.
La razón detrás de su recorrido anual como Jesús
En una entrevista con Expreso, Mario Valencia contó que experimentó numerosos desafíos en su vida, enfrentando diversas pruebas y adversidades, hasta que encontró consuelo en la fe en el momento más crítico de su existencia.
El relato del “Cristo Cholo” a dicho medio revela una infancia y juventud marcadas por la supervivencia en las calles, donde estuvo en contacto con las drogas, el alcohol y otros vicios. Además, experimentó en primera persona la dura realidad de sufrir hambre y padecer el frío al no contar con un lugar donde resguardarse.
“Un día, mientras estaba sentado en la ribera del río Rímac, conviviendo con indigentes y comiendo de la basura, decidí hablarle a Dios y le dije: “Dios, si verdaderamente existes, sácame del infierno donde estoy y prometo que cargaré tu cruz hasta que tú me lo permitas”, señaló.
Valencia encontró un cambio de vida gracias a la intervención de un hombre que él considera fue enviado por el Espíritu Santo, quien lo introdujo en una iglesia en el distrito de La Victoria. Allí, recibió apoyo de un sacerdote que le ofreció participar en un papel secundario en un nacimiento viviente durante Navidad.
Esa experiencia lo condujo a interpretar a Jesús en un Viernes Santo, oportunidad favorecida por su larga cabellera y barba densa. Desde ese momento, Valencia ha asumido la representación de la Pasión de Cristo, cargando una cruz de 90 kilos y siendo crucificado 46 veces sin interrupción, compromiso que planea mantener “hasta que las fuerzas ya no le den más”.