En el año 1492, un acontecimiento trascendental marcó el inicio de una nueva era: la llegada de los españoles al continente americano, bajo el mando de Cristóbal Colón, desencadenando un proceso que cambiaría el curso de la historia. El oro y la plata, los llevó a emprender largos viajes en busca de descubrir nuevas tierras que ofrecieran sus riquezas.
Esta ambición desmedida quedó plasmada en la crónica que relata el encuentro entre los conquistadores y los nativos americanos, donde se narra cómo el hijo mayor del cacique Comagré, al observar la codicia de los aventureros, les señaló que si tanto anhelaban poseer aquel metal precioso, les mostraría un país, el Perú, donde podrían colmar sus deseos. En estas tierras, les prometió, encontrarían una abundancia de riquezas y una gente que bebía y comía en recipientes de oro, según el trabajo de investigación “La conquista española y el cambio sociocultural en el pueblo Tallan”.
No fue sino hasta 1532 que la mirada de los conquistadores se posó sobre el territorio peruano, desencadenando uno de los episodios más trascendentales de la historia: la conquista liderada por Francisco Pizarro y su encuentro con el Inca Atahualpa.
Dos mundos completamente diferentes colisionaron en un enfrentamiento que cambiaría el destino de ambos. La tecnología y las tácticas militares europeas frente a la resistencia y el coraje de los guerreros incas. La superioridad tecnológica de los españoles, sumada a la división interna entre los diferentes grupos étnicos del imperio incaico, inclinaron la balanza a favor de los conquistadores.
La conquista del Perú fue un desafío arduo, marcado por la resistencia de los pueblos originarios, disputas internas entre los conquistadores y el impacto devastador de enfermedades foráneas. La fusión de estas culturas trajo hasta la actualidad tradiciones que utilizamos todos los días, a menudo de manera inadvertida.
Tradiciones españolas que adoptaron los antiguos peruanos
A lo largo de la historia, la llegada de los españoles a tierras peruanas trajo consigo una nueva lengua, creencias, sabores, relatos y expresiones artísticas que influencian nuestra sociedad.
El idioma de los conquistadores
El español, lengua de los conquistadores, se alzó como el estandarte lingüístico dominante, pero las lenguas nativas resonaba aún en las laderas de los Andes. El Quechua, lengua del imperio incaico, se mantuvo establecido en las comunidades de uso cotidiano.
El mestizaje lingüístico se manifiesta en la vida cotidiana a través de la fusión del español con los matices del Quechua. Esta combinación refleja la rica diversidad que caracteriza al Perú. Aunque el español, también conocido como castellano, prevalece como el idioma dominante, siendo la lengua materna del 80,2% de la población, el Quechua sigue siendo hablado por aproximadamente el 20% de los peruanos. Los departamentos de Cuzco, Ayacucho, Huancavelica, Junín, Apurímac, Ancash y Puno destacan como los principales exponentes de lo nuestro.
El cambio en la religión: del Inti a Dios
La imposición del catolicismo por parte de los conquistadores españoles marcó un quiebre en las creencias ancestrales de los antiguos peruanos. La fe en el Inti, la luna y otros elementos naturales se desvaneció ante el poderío de la religión católica.
Es cierto que en la actualidad las festividades católicas se fusionaron con las tradiciones indígenas, dando lugar a una diversidad de devociones y celebraciones únicas. Aproximadamente el 81,3% de la población peruana se identifica como católica. La constitución peruana reconoce el papel fundamental que desempeñó la religión católica en la formación de la identidad nacional peruana. A pesar de ser la fe mayoritaria, coexiste con otras prácticas religiosas.
La fusión de la gastronomía española y peruana
Desde tiempos precolombinos, la dieta peruana es una mezcla equilibrada de frutas, legumbres, verduras y una variada selección de proteínas animales, que van desde pescados y mariscos hasta carnes de llama, alpaca y cuy. Sin embargo, lo que realmente enriquece esta tradición gastronómica son las influencias culinarias de diversos rincones del mundo, como Italia, China, Japón, España, entre otros países.
Una de las influencias más destacadas proviene de la presencia española en el territorio peruano. Los castellanos, andaluces y árabe-andaluces desempeñaron un papel crucial en la evolución de la cocina peruana. La fusión de estas tradiciones culinarias, a menudo transmitidas por mujeres que ejercían roles de cocineras, amas de casa o esposas de nobles, dio lugar a platos como el “ají de gallina”.
La llegada de los españoles también trajo consigo una serie de ingredientes que hoy son esenciales en la cocina peruana, como el trigo, la cebolla, el ajo, las aceitunas y las uvas, entre otros. Esta rica herencia culinaria se refleja en una amplia gama de platos peruanos, desde el “anticucho” hasta el “arroz con mariscos”, pasando por los irresistibles dulces hispano-árabes como los “alfajores” y el “arroz con leche”.
Influencia española en nuestros textos
Las crónicas de la conquista, escritas por españoles, indígenas, mestizos y criollos, narran los episodios épicos y trágicos que marcaron el nacimiento del Perú colonial. Estos relatos, que se entrelazan entre sí como hilos que ofrecen una visión multifacética de la historia peruana, donde las voces de conquistadores y conquistados se fusionan para dar forma a un relato polifónico de la gesta colonial. A través de las páginas de estas crónicas, se revelan los sueños y las tragedias de un nuevo mundo en gestación.
Un nuevo amanecer a través del arte
El arte virreinal, impregnado de las influencias europeas y autóctonas, floreció en los templos y palacios del Perú colonial. Los maestros peninsulares, junto con artistas locales, dieron vida a una explosión de color y forma que reflejaba la complejidad cultural del nuevo mundo.
Las iglesias se convirtieron en verdaderos museos, donde retablos dorados y pinturas religiosas narraban las historias sagradas con un lenguaje visual único. Así, el arte virreinal se volvió un monumento a la creatividad y la diversidad cultural del Perú colonial.
Frases utilizadas hasta nuestros días
En el transcurso de la historia, las palabras y frases han evolucionado, tomando significados y matices que muchas veces desconocemos. Incluso en nuestro lenguaje cotidiano, utilizamos expresiones cuyo origen se remonta a tiempos remotos, llenos de curiosidades y anécdotas. Veamos algunas de estas frases que, sin darnos cuenta:
- “Fila india”: Esta expresión, comúnmente utilizada para referirse a una formación en la que las personas van una detrás de otra, tiene su origen en las tácticas de guerra de los indígenas americanos. En la lucha contra los colonizadores europeos, los nativos adoptaron esta estrategia para confundir y desorientar al enemigo. Al caminar en una sola fila, pisando en los mismos lugares, lograban ocultar el número real de combatientes y dificultar su rastreo en terrenos difíciles.
- “Andá al carajo”: Esta expresión, hoy en día empleada como un insulto o manera de expresar frustración, tiene un origen marítimo. En los antiguos barcos de vela, el “carajo” era el punto más alto del mástil, donde se situaba el vigía para observar el horizonte en busca de señales de peligro o tierra. Debido a las duras condiciones y aislamiento que implicaba esta tarea, el “carajo” se asociaba con un lugar desagradable y solitario. Así, decirle a alguien que vaya “al carajo” era como enviarlo a un lugar remoto y poco deseable.
En suma, la conquista del Perú fue mucho más que un episodio militar; fue un encuentro de mundos, una colisión de culturas que dio forma al país que conocemos hoy. A través del idioma, la religión, la gastronomía, la literatura y el arte, se tejieron los hilos de una identidad mestiza y diversa que sigue vibrando en cada rincón del Perú contemporáneo.