Julio César Cañi Aro, un profesor de 36 años, se convirtió en un ejemplo de dedicación y solidaridad para miles de cibernautas tras la viralización de un vídeo en las principales redes sociales, tales como TikTok, Instagram y Twitter.
El escenario de su comentado accionar fue un río en Higuerani, distrito de Pachía, en la región Tacna, lugar que debe cruzar para llegar al centro educativo 42229 Juan Luis Pacheco de Céspedes.
Desde que inició el año escolar 2024, Cañi Aro está obligado a hacer dicha ruta por culpa de las constantes lluvias de la zona, las cuales han bloqueado el recorrido que hacía antes en su camioneta, con la cual llegaba en 45 minutos a su centro de labores.
Lo que llamó la atención de los usuarios es que el maestro no aparece solo en el vídeo. Sino que todos los días atraviesa las aguas del río Higuerani junto a su alumna Valentina, una pequeña de 7 años, quien cursa el segundo grado de primaria y vive en el anexo Agua Milagros.
Lo lamentable de las imágenes es que el docente, ante la precariedad de las rutas y la desidia de las autoridades, debe cargar en su espalda a la escolar para sortear las dificultades del camino y poder cruzar un tramo de 30 metros, para después andar por otros cinco kilómetros para llegar a la institución.
Robaron equipos del colegio
En una entrevista con Radio Programas del Perú (RPP), el maestro de 36 años contó que el año pasado sufrió el robo de la batería del panel solar, el inversor y el proyector multimedia. Todos accesorios del aula prefabricada desde donde imparte clases.
Sin dichos objetos tiene problemas para conectar su computadora a internet. Pese a que ha pedido el apoyo de las autoridades locales, hasta ahora no le han manifestado ni siquiera su intención de ayudarlo.
No obstante, Cañi Aro otra vez se sobrepone a las adversidades y, aunque solo recibe indiferencias por parte de quienes toman las decisiones, decidió hacer de todo para que sus alumnos no se queden sin clases.
Con mucho esfuerzo adquirió un convertidor que se conecta a la cigarrera de su vehículo para hacer funcionar su laptop e impresora. Lamentablemente, no podrá utilizar su camioneta hasta que cesen las precipitaciones pluviales en la zona en donde vive.
Dificultades para llegar a los colegios
Este no es un caso aislado, en varias partes del Perú niños, niñas y adolescentes atraviesan caminos llenos de riesgos y sacrificios para lograr acceder a su educación. En Loreto, los estudiantes deben atravesar el río Amazonas en frágiles embarcaciones, desde canoas hasta improvisados botes, e incluso en tinas de lavar ropa.
“Hay estudiantes que no tienen la posibilidad de venir a la institución, ya que no tiene la movilidad a su disposición y qué hacen los docentes, ir a buscar casa por casa a los estudiantes y pierden valiosos minutos”, dijo una maestra de la región a Exitosa.
Mientras que en Piura, los pobladores dependen del “huaru”, un rudimentario medio de transporte consistente en una caja que es jalada a través de un cable improvisado para cruzar de manera arriesgada a otro sector del caserío, desde donde continúan caminando hasta llegar a sus respectivas escuelas.