Hace algunos días, los miembros de Panam Sports eligieron a Lima como la ciudad anfitriona de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos del 2027. Los Comités Olímpicos Nacionales de América tuvieron más de un motivo para elegir nuestra ciudad capital: infraestructura deportiva de nivel internacional y en buenas condiciones, la excelente experiencia que tuvieron los atletas y dirigentes antes, durante y después del evento, o el corto periodo (3 años) para la organización del evento (normalmente una sede se elige con 7 años de anticipación).
Tengo el gusto de haber sido parte del Comité Organizador del evento del 2019 y muchos no creíamos las palabras de Neven Ilic, presidente de Panam Sports, cuando dijo en su discurso de cierre: “Hemos tenido los mejores juegos de la historia.” No fue una tarea fácil, pero al final lo hicimos. Lo hicimos espectacular.
Al regreso a mis labores académicas, tuve la certeza que estábamos en la ruta correcta para desarrollar este sector que tanto nos apasiona como es el deporte. Tal vez los pasos no eran tan rápidos como quisiéramos, pero la dirección a la cual apuntaban era la adecuada: la profesionalización.
Necesitamos una mayor capacidad para generar profesionales del deporte. No solamente hablo profesionales de la gestión deportiva, de ciencias del deporte o de educación física. También necesitamos una mayor especialización en las distintas ramas de las ciencias como son la psicología, nutrición, terapia física, sociología, entre otras. Por ello, de cara a los Juegos Panamericanos Lima 2027, debemos de crecer no solo en número de programas sino también en cobertura, llevando estas oportunidades a todo el país.
Junto con una mayor oferta de capacitación especializada, es relevante aumentar drásticamente la investigación en dichos temas. Hace poco, tuve una experiencia como profesor visitante en uno de los mejores programas de gestión deportiva de Canadá y puedo decir que no hay mucha diferencia entre la dinámica pedagógica con mis clases en el Perú. La gran diferencia se marca cuando el profesor que enseña tiene en su haber publicaciones académicas, sea en revistas científicas o en libros sobre los temas que enseña. Mucho de lo que enseñamos en Perú tiene origen en textos académicos de otros países. Incluso casos de estudio en contextos que son distintos al nuestro. Nos toca aprender así porque es el material disponible que hay en la actualidad, pero la gran oportunidad es desarrollar contenido en nuestro contexto y con un enfoque más específico. Al final, la academia en general, no solo la peruana, se enriquece con esto.
En conclusión, no solo debemos preocuparnos con tener un estupendo evento deportivo, sino también prestarle una mayor atención al desarrollo de los profesionales que harán posible que nuestro deporte tenga el impacto en valores que se espera en una sociedad que no tiene muchos espacios de unión como lo es el deporte. Sin duda, esta es una oportunidad para tener unos mejores Juegos y superar lo realizado en el año 2019.