De mil oficios a futbolista profesional: Juan Manuel Tévez debutó con 26 años, pudo fichar por Alianza Lima y hoy es goleador de Cusco FC

No te apures, todos tienen su tiempo. Juan Manuel Tévez es prueba de ello. El niño que creció en el barrio de Puerto Belgrano con la ilusión de convertirse en futbolista profesional, y lo logró con una edad atípica y sin hacer divisiones menores. Y ahora, luego de muchas batallas, es el goleador de Cusco FC de Liga 1.

A la par de que el argentino culminó la escuela, dejó de hacer lo que más le gustaba —jugar al fútbol— y comenzó a trabajar. Pasó por diversas ocupaciones convirtiéndose en un verdadero mil oficios. Desde atender en una dispensa a fabricar galpones. Su sueño de vivir del ‘deporte rey’ parecía haberse esfumado.

De repente, por causalidades de la vida, se encontró con un amigo que le invitó a probarse a un club. Su viaje por más de 20 horas a una ciudad tuvo su recompensa. Firmó por Guillermo Brown de la Segunda División y, por así decirlo, cumplió su objetivo. Pero se llenó de ambición y fue por más.

De esta manera, con buenas actuaciones en el ascenso, llegó a Primera e hizo su estreno con la camiseta de uno de los equipos más históricos de Córdoba, Talleres. Desde ese momento, su carrera se encaminó pasando por el balompié chileno y ecuatoriano. En este último país, levantó su primer y único trofeo junto a Aucas.

Hoy, con 36 años, lidera el ataque imperial y sigue conservando esa hambre de gloria, pues apunta a terminar la temporada como máximo artillero del campeonato peruano y a clasificar a la próxima edición de la Copa Sudamericana.

Infobae Perú se contactó con el ‘Búfalo’ Tévez, quien abrió su corazón y reveló detalles inéditos de su carrera como futbolista y su vida personal. El delantero habló de sus trabajos fuera de las canchas, confesó que pudo jugar por Alianza Lima, dio a conocer su gusto por la guitarra y otras historias más.

- ¿Cuáles fueron tus inicios en el fútbol? ¿Hubo una persona que te sumergió en este deporte?

Sinceramente, fue por más ganas mías, desde muy chico empecé a jugar fútbol en la ciudad donde nací, era más recreativo porque era muy inquieto, paraba todo el día en la calle, en el barrio.

- ¿Cuál era tu barrio?

En Puerto Belgrano, provincia de Buenos Aires.

- Creciste en Puerto Belgrano, ¿cómo catalogarías tu infancia? ¿Fue dura o pasaste lindos momentos?

La disfruté, siempre andaba con mi hermano y mis amigos, jugando en el campo, en la cancha de fútbol, en los árboles, una sociedad muy distinta a la que se vive hoy en día.

- Si bien jugabas en tu barrio, ¿te formaste en alguna academia de fútbol?

No, la verdad que siempre jugué en el pueblo, entrenaba tres veces a la semana y jugaba los fines de semana. En 2005 termino la secundaria y me pongo a trabajar. En 2008 tuve la oportunidad de probarme en Puerto Madryn, estaba trabajando en una fábrica, tenía 20 años, así que arriesgué y salió bien.

- Como me comentas te alejaste del fútbol y tuviste que dedicarte a otras cosas, ¿qué ocupaciones hiciste por ese entonces?

Trabajé en la dispensa, que era un kiosko como se dice acá en Perú. También estuve en una fábrica de galpones en Maciel y en una fábrica de metalurgia que hacía sillones, camas, catres, de todo. Después, estuve en la distribución de bebidas con un amigo.

- ¿Y el salario, te alcanzaba para vivir bien?

No, era para el fin de semana, para hacer algo diferente, no era que me alcanzaba para alquiler y decir ‘me voy a vivir solo o me compro tal cosa’.

- ¿En ese momento pasó por tu cabeza que tu sueño de ser futbolista profesional ya no se iba a cumplir?

Te digo la verdad, me había dado por vencido, dije: ‘mi sueño ya pasó, ya está’. La casualidad es que un día volviendo del trabajo me encuentro con un excompañero, me dice de esta oportunidad y pienso: ‘si me apareció esto es por algo, así que vamos a tomarla’.

- ¿Eso te causó depresión o frustración?

La verdad que no, nada de eso. Pero sí te duele no haber alcanzado tu sueño y ansiedad por tu futuro porque con un trabajo normal no sabes si te dará para toda la vida, estudiar no me era posible, empiezan las dudas de qué vamos a hacer.

- Afortunadamente te encontró esa prueba con 20 años. ¿Qué recuerdas de ese día? ¿Sentías una presión extra porque tal vez era tu última oportunidad en el fútbol?

Viajo al sur de Argentina, Puerto Madero, ni siquiera sabía donde quedaba, me subí a un colectivo, estuve en el carro más de 20 horas, allá me espera un profe de Rosario. Estuve entrenando con la liga local, hubo un par de amistosos. Sí tenía expectativas que todo saliera bien porque era una oportunidad que se me presentaba, como se dice, el último tiro.

- ¿Qué sentimientos pasaron por tu cabeza cuando firmaste tu primer contrato?

Los mejores porque era el comienzo de lo que uno siempre soñó. Desde chico siempre soñé con ser jugador de fútbol profesional, de firmar un contrato, de concentrar, de que te den la ropa, algo diferente a lo que vivía cuando jugaba en el pueblo.

- ¿Esos sentimientos iban más por el lado de convertirte en futbolista profesional que por el mismo aspecto económico?

Al principio vas por el deseo de convertirte en lo que quieres ser desde chico. Lo que sueñas. Lo económico con el pasar del tiempo se hace más importante porque tienes más responsabilidades y otras cosas más.

- Luego de pasar tiempo en Puerto Madryn, das el salto a un equipo histórico como Talleres, ¿cómo te fue allí?

Después de varios años en Guillermo Brown donde se lograron cosas, sale la oportunidad de ir a Talleres de Córdoba. No tuve muchos minutos, pero fue una linda experiencia porque llegué a un club grande, con mucha gente e historia. Hubiese jugado más en ese club, pero no tuve oportunidad.

- Posteriormente, cumpliste otros de sus sueños al emigrar al extranjero. Tu destino fue Chile, ¿cómo se dio?

Iba a empezar la pretemporada y mis compañeros me decían que me querían de Chile, no tenía ni idea, pensé que me estaban cargando. Luego salió lo de Unión La Calera, era Primera División, nos fue bien, nos gustó muchísimo estar ahí. Nos encontramos con un país lindo, y una liga competitiva y organizada.

- También estuviste por Ecuador, ¿tenías planeado quedarte muchos años en ese país?

Sí, nos vamos a Macará en 2017. Nos fuimos con poca idea de dónde íbamos y nos quedamos seis años seguidos. Agradecido con ese país, con la gente que nos ayudó para tener un contrato. La ciudad es muy linda y el fútbol muy competitivo.

- Felizmente te quedaste por muchos años porque te permitió alzar tu primer título como jugador profesional con Aucas...

Sí, fue el primer título de la historia del club, no lo había conseguido nunca y ser parte de esa pequeña lista de campeones fue una sensación muy linda. No se comenzó bien y cuando las cosas se acomodaron, estuvimos 22 fechas invictos. Fue algo muy lindo porque era algo impensado.

- ¿Por qué no te quedaste después de ser campeón?

Fuimos un grupo grande que nos encontramos con la sorpresa que no íbamos a continuar, cuando en un momento me habían dicho que continuaba, a los 4 o 5 días salta un problema interno con un par de jugadores. Fue como un paquete, nos dijeron: ‘se van todos juntos’. Hay negociaciones en el fútbol donde uno no se puede meter y a veces hay gente que toma mucho poder y hace las cosas mal.

- Trascendió que Aucas te debe dinero, ¿en qué quedó ese problema?

Sí, tal cual. Son varios los jugadores que estamos en un juicio en la FIFA por incumplimiento de pagos tanto por el sueldo como los premios.

- Después de estar en Chile y Ecuador, te sale la chance de venir a Cusco FC. ¿Qué conocías del fútbol peruano? ¿Fue difícil tomar la decisión?

Había visto a los equipos grandes compitiendo en la Copa Libertadores, compañeros que habían jugado en la liga peruana me habían hablado bien, cuando uno averigua y no hay tantos problemas para tomar una decisión, arma su valija y se va.

- Mencionaste a los equipos grandes, ¿tuviste alguna oferta de un club peruano antes de llegar a Cusco FC?

Hubo un tiempo cuando Alianza Lima se fue a la B. Había un técnico dando vueltas que me dijo que si iba a ese club, me podía llevar. Después salió el fallo, Alianza regresó a la Primera y yo ya había firmado por otro club.

- ¿Se puede saber el nombre del entrenador?

Sí, claro. Era Héctor Bidoglio.

- Bueno, finalmente, estampaste tu firma por Cusco FC y debutaste con doblete. ¿Qué pasó por tu cabeza en ese momento?

Nosotros no éramos los favoritos por la historia de Melgar, que siempre clasifica a Copa, y dimos la sorpresa. Marcando dos goles fue lo más lindo para comenzar el torneo, por mi cabeza pasó que tenemos argumentos para pelear.

- ¿Cuál es tu objetivo personal para la Liga 1 2024?

Hacer muchísimos goles más e ir a una copa internacional con Cusco.

- Dejando de lado el lado futbolístico, ¿qué te llamó la atención de Perú?

Me gusta mucho la parte de la naturaleza. Acá en Cusco me llama la atención la cantidad de extranjeros que hay: alemanes, franceses y mucho más. Todos unidos para conocer Machu Picchu, la historia y otros lugares.

- ¿Cuál es tu hobbie favorito?

Hobbie favorito, no sé, pero recién comencé clases de guitarra (risas).

- ¿Cómo así te animaste?

Siempre me gustó, veía a la gente que tocaba y decían: ‘qué lindo que sepan tocar la guitarra’. Da la casualidad que a dos cuadras de mi casa hay una escuela que da clases y así continué porque si empiezo a dudar, no arrancó nunca.

- ¿Qué género tocas con la guitarra?

Ninguno todavía, recién inicié. Estoy aprendiendo las notas y haciendo ejercicios con los dedos.

- Pero, ¿qué género te gustaría?

Folklore y rock, pero del tranquilo (risas).