Crisis climática agudiza la brecha de género en Perú: mujeres indígenas lideran proyectos y desafían la falta de representación

Dos lideresas indígenas y una especialista en género y cambio climático conversaron con Infobae Perú para explicar cómo las mujeres encabezan la lucha contra la crisis climática, mientras se enfrentan a la falta de oportunidades para tener una participación más amplia en el desarrollo de políticas que atiendan estas disparidades

Guardar
La crisis climática tiene un impacto en la violencia de género en Perú. Foto: ONAMIAP
La crisis climática tiene un impacto en la violencia de género en Perú. Foto: ONAMIAP

La crisis climática y los fenómenos meteorológicos extremos, además de ser una amenaza creciente para la población global, están causando un impacto desigual en diversos sectores, entre los cuales resaltan las mujeres, niñas y personas en situación de vulnerabilidad.

Bajo esa premisa, estudios recientes —destacados por la comunicadora feminista Angela Meza—señalan que las desigualdades preexistentes y la brecha de género se están agudizando por el cambio climático.

Entre las repercusiones más graves se encuentran, por ejemplo, las barreras al acceso educativo de niñas, con estimaciones que indican que los cambios a largo plazo de las temperaturas podrían interrumpir la escolarización de aproximadamente 12 millones de ellas al año, según un informe de Plan Internacional —ONG que defiende los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas—.

Además, las mujeres y disidencias enfrentan una mayor vulnerabilidad al desempleo tras desastres naturales, como evidencia un análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) acerca del tsunami en Chile que ocurrió en 2010, donde el 60% de los empleos perdidos eran ocupados por mujeres.

Han pasado 10 años desde el terremoto y tsunami que azotó gran parte del territorio chileno. Foto: Emol
Han pasado 10 años desde el terremoto y tsunami que azotó gran parte del territorio chileno. Foto: Emol

También, los servicios de salud sexual y reproductiva entran en riesgo durante emergencias climáticas, tal como lo demostró la pandemia del Covid-19, desviando recursos esenciales y limitando el acceso a anticonceptivos y cuidados necesarios para mujeres y niñas desplazadas.

Asimismo, el trabajo de cuidados, mayoritariamente desempeñado por mujeres y no remunerado, aumenta significativamente como resultado de los desastres climáticos, sumando presión a las responsabilidades que ya enfrentan.

En esa línea, la participación de las mujeres en espacios de toma de decisiones es crucial para desarrollar políticas climáticas que atiendan estas disparidades.

No obstante, datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) —responsable de promover el desarrollo económico y social de la región— revelan que solo cerca del 30% de estos roles están ocupados por mujeres, lo que sugiere una brecha considerable en la representación y el poder de incidencia sobre las medidas adoptadas frente al cambio climático.

Para el año 2050, el Banco Mundial cifra en 17 millones el número potencial de migrantes climáticos en América Latina si se cumplen los escenarios más pesimistas. Foto: OIM
Para el año 2050, el Banco Mundial cifra en 17 millones el número potencial de migrantes climáticos en América Latina si se cumplen los escenarios más pesimistas. Foto: OIM

¿Por qué es importante cuestionar el modelo?

De acuerdo a especialistas en el tema, todas estas realidades ponen de manifiesto no solo un retroceso en materia de igualdad de género sino también contribuyen a perpetuar ciclos de pobreza y violencia.

Por ello, resaltan la importancia de integrar perspectivas de género en la lucha contra la crisis climática, priorizando la protección y el empoderamiento de las poblaciones más afectadas para construir sociedades más resilientes y equitativas.

En ese contexto, de acuerdo a Valeska Ruiz Peña, representante del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), dentro de los grupos sociales con mayor vulnerabilidad, pero también mayor capacidad de resiliencia frente a la crisis climática, están las mujeres de los pueblos indígenas.

Valeska Ruiz Peña, representante del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental. (Composición Infobae)
Valeska Ruiz Peña, representante del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental. (Composición Infobae)

Ruiz explica que el impacto de la crisis climática profundiza las brechas de género existentes, haciendo particularmente visible la discriminación que enfrentan las mujeres dentro de las comunidades indígenas.

Por ejemplo, en la Amazonía norte, hoy en día, la degradación ambiental está limitando aún más el acceso a la educación para niñas y adolescentes mujeres, aumentando la vulnerabilidad de estos grupos.

“En determinados distritos de la Amazonía no existe el acceso a la educación secundaria regular para todas las juventudes. En una cuenca puede existir uno o dos colegios en el mejor de los casos y son las niñas las que se ven mayor imposibilitadas de que sus padres accedan a enviarlas por su condición de mujer. Ante un escenario de crisis climática, donde hay una degradación del ambiente, del clima y que genera catástrofe, hay mucho menos posibilidad de que se pueda garantizar la seguridad para que las niñas y adolescentes mujeres puedan tener el acceso a la educación, porque ya de por sí existe esta brecha que es bastante grande, porque se decide por la incapacidad de la sociedad de cuidarnos a las mujeres”, detalla Ruiz.

“Esta desigualdad de género es mucho más evidente cuando hacemos un análisis de la diversidad de mujeres según sus características étnicas, identitarias, económicas, entre otros; es decir, cuando hacemos un análisis interseccional”, agrega la especialista de la SPDA.

Además, la importancia de las mujeres indígenas en la seguridad alimentaria se está viendo comprometida por las condiciones climáticas adversas. Pues, los cambios en el clima y las temperaturas extremas las está obligando a recorrer distancias mayores para acceder a recursos vitales, incrementando su esfuerzo y riesgo.

Esta situación se evidencia con mayor claridad en el departamento de Loreto, donde la predictibilidad del clima, esencial para las prácticas agrícolas y culturales indígenas, ha disminuido notablemente.

“En Loreto, estamos viviendo una imposibilidad de determinar las estaciones. Antes podías saber cuando podías hacer chacra, tener determinados tipos de animales y actividades que se basan en sus roles culturales y de género. Ahora, con la crisis climática, el clima ya no es tan predecible como antes, entonces, hay una pérdida en el ejercicio de sus conocimientos con el manejo de las semillas, la tierra, las plantas, pero también para que puedan acceder a seguridad hídrica tienen que desplazarse en distancias mayores”, señala Ruiz.

La crisis climática afecta de manera desproporcionada a las mujeres indígenas, quienes desempeñan un papel fundamental en la seguridad alimentaria. Foto: FAO
La crisis climática afecta de manera desproporcionada a las mujeres indígenas, quienes desempeñan un papel fundamental en la seguridad alimentaria. Foto: FAO

En esa línea, Ruiz recalca que es importante tener en cuenta que la economía política del status quo no solo ha fallado en asegurar la equidad entre géneros y grupos sociales, sino que también ha intensificado la vulnerabilidad ante desastres naturales y el acceso limitado a derechos fundamentales.

“El modelo económico, después de la industrialización, es el que nos ha llevado a la crisis climática en la que nos encontramos ahora. Todavía hay mucho desconocimiento, pocas ganas de querer afrontar una responsabilidad política y económica, y resistencia a querer aceptarlo, porque implicaría cuestionar este modelo económico que no ha resultado para el bienestar de la mayoría de la ciudadanía, mujeres, hombres y diversidades en todo el territorio mundial. En todo caso, lo que ha hecho es aumentar las brechas para el acceso a los derechos fundamentales entre los grupos poblaciones históricamente excluidos”, comenta Ruiz.

Asimismo, la representante de la SPDA considera que es evidente que las implicaciones de la crisis climática tienen un impacto desproporcionado en las mujeres y grupos marginalizados, quienes enfrentan más barreras en cuanto al acceso a la educación, trabajo, etc.

“Las catástrofes climáticas provocan más pobreza, incrementan las brechas en los sujetos históricamente excluidos, donde están las mujeres racializadas, sin acceso a educación, rurales, de los pueblos indígenas”, argumenta.

Pueblos indígenas afectados por la crisis climática. (Composición Infobae)
Pueblos indígenas afectados por la crisis climática. (Composición Infobae)

Crisis climática genera pérdidas y más machismo

Ketty Marcelo, presidenta de la Organización Nacional de Mujeres Andinas y Amazónicas del Perú (Onamiap) conversó con Infobae Perú sobre la crisis climática y los impactos negativos del desarrollo económico basado en extractivismo y capitalismo, que, asegura, cobran un precio especialmente alto en las comunidades indígenas y rurales.

Pues, como explicaba Ruiz antes, las mujeres desempeñan roles cruciales en la soberanía alimentaria y la preservación de saberes ancestrales.

De acuerdo a Marcelo, actualmente, las comunidades nativas andinas y amazónicas enfrentan severos desafíos como la disminución de fuentes de agua limpias, la pérdida de biodiversidad, y cambios negativos en las prácticas alimenticias por al aumento del consumismo.

Ketty Marcelo, presidenta de la Organización Nacional de Mujeres Andinas y Amazónicas del Perú (Onamiap). Foto: ONAMIAP
Ketty Marcelo, presidenta de la Organización Nacional de Mujeres Andinas y Amazónicas del Perú (Onamiap). Foto: ONAMIAP
“Al afectarse el territorio, afecta todo. Ahora podemos ver los grandes cambios en la alimentación. Antes nos alimentábamos bien, pero el consumismo ha impactado dentro de nuestras comunidades. Cuando se talan bosques o hay incendios forestales se pierden las semillas, plantas medicinales, cuando se deforestan los bosques ya no hay donde ir a recoger los frutos nativos, plantas medicinales o también cuando se secan los ojos de agua ya no hay la oportunidad de conexión con la madre naturaleza”, explica la presidenta de Onamiap.

“Sin embargo, solas no se puede luchar. Estamos frente a un modelo económico que arrasa con todo”, agrega.

Dentro de las comunidades indígenas las mujeres son quienes cargan con la mayor parte de la responsabilidad en cuanto a la alimentación, el cuidado de la salud, la educación de los niños, y la defensa de recursos naturales esenciales como el agua.

Sin embargo, Marcelo advierte que la explotación intensiva de recursos naturales y los efectos adversos del cambio climático están poniendo en cada vez más riesgo sus modo de vida, llevando a una doble, o incluso triple, carga de trabajo cuando los recursos se ven amenazados o degradados.

Aun así, hoy, Onamiap es un ejemplo de cómo las mujeres indígenas están al frente de la lucha contra la crisis climática y la defensa del agua, aunque subrayan la falta de oportunidades para una participación más amplia en espacios decisivos.

Pues, la participación femenina en la toma de decisiones a nivel comunitario y en organizaciones indígenas que tratan sobre el territorio y el medio ambiente es limitada, lo que dificulta la inclusión de sus perspectivas y conocimientos en las estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático.

Espacio de toma de decisiones sobre el territorio organizado por ONAMIAP. Foto: ONAMIAP
Espacio de toma de decisiones sobre el territorio organizado por ONAMIAP. Foto: ONAMIAP

“La participación de las mujeres es todo un reto, desde las comunidades [nativas] ha sido la lucha fuerte para que ellas puedan estar, por ejemplo, en la Junta Directiva Comunal, que es un espacio de toma de decisiones sobre el territorio. Ahí es donde empieza el liderazgo para justamente elevar nuestras voces propiamente de las mujeres. Sin embargo, muchas veces, al no haber oportunidad de participación dentro de las organizaciones tampoco se pueden escuchar todas las voces. Eso también es una gran preocupación. Por eso, es un doble reto que que las hermanas lleguen a participar en una organización [indígena] mixta”, menciona Marcelo.

De otro lado, la presidenta de Onamiap recalca que los Gobiernos locales, distritales y provinciales y las políticas de desarrollo raramente toman en cuenta los impactos de estas crisis sobre las mujeres indígenas.

Por ello, Marcelo resalta, es esencial fortalecer las capacidades de las mujeres a través de la formación y el apoyo a organizaciones indígenas que promueven su participación en la gestión del territorio y la adaptación a la crisis climática.

Esto también plantea un llamado a repensar el modelo de desarrollo actual, como mencionó antes la lideresa de Onamiap, buscando alternativas más sostenibles y equitativas que no solo se centren en la economía sino también en el bienestar de comunidades indígenas y la protección del ambiente.

“Creemos que esto no es una crisis climática únicamente, es el capitalismo y extractivismo que también influye en este calentamiento global. Por eso, es importante fortalecernos como organizaciones de mujeres para que nuestras voces sean escuchadas. Pues, desde ya, los pueblos indígenas somos parte de la solución contra la crisis climática, porque somos quienes cuidamos el agua, los bosques, las plantas medicinales”, indica Marcelo.
Mujeres indígenas se autoconvocan para discutir problemáticas en torno a la crisis climática en Perú. Foto: ONAMIAP
Mujeres indígenas se autoconvocan para discutir problemáticas en torno a la crisis climática en Perú. Foto: ONAMIAP

Efectos silenciosos vinculados a economías ilegales

Para este informe, Tabea Casique, lideresa indígena del pueblo Ashéninka de la provincia de Atalaya, Ucayali, también brindó declaraciones acerca de este tema.

Al igual que la presidenta de Onamiap, la lideresa ashéninka comentó que la participación de las mujeres indígenas en la gestión ambiental y económica de sus territorios se enfrenta a varias limitaciones, incluso en los mismos espacios autogestionados por las organizaciones indígenas.

Entre ellas la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), donde Casique es integrante del Consejo Directivo. La lideresa señala que, pese a su papel vital en la protección de los ecosistemas y en la economía local, la representación femenina sigue siendo escasa.

 Tabea Casique, lideresa indígena del pueblo Ashéninka de la provincia de Atalaya, Ucayali. (Composición Infobae)
Tabea Casique, lideresa indígena del pueblo Ashéninka de la provincia de Atalaya, Ucayali. (Composición Infobae)

De acuerdo a Casique, hoy, las comunidades que forman parte de Aidesep, compuestas por nueve bases amazónicas, 109 federaciones y 2.439 comunidades, enfrentan el desafío de tener una representación adecuada en los espacios de diálogo con el Ministerio del Ambiente (Minam) y otras entidades, lo que quiere decir que las voces femeninas no alcanzan la relevancia que merecen.

“La participación es limitada, nos dan cinco a seis cupos, para incluir a las mujeres y jóvenes, también considerando que las organizaciones tienen a sus presidentes mayoritariamente varones. Nosotros tratamos de equilibrar, pero mayormente participan los varones y las mujeres no participan en estos espacios de toma de decisiones”, afirma Casique.

Por tal razón, frente a las consecuencias de la crisis climática, la lideresa indígena resalta la necesidad de la participación activa de las mujeres indígenas en la búsqueda de soluciones con una perspectiva de género.

La importancia de capacitar a las mujeres para fortalecer su rol en la gestión territorial. Foto: ONAMIAP
La importancia de capacitar a las mujeres para fortalecer su rol en la gestión territorial. Foto: ONAMIAP

Bajo esa idea, Casique precisa que Aidesep está trabajando para impulsar la economía indígena a través de emprendimientos gestionados por mujeres, en un intento de fortalecer su autonomía económica y contribuir a la conservación de los bosques.

Asimismo, teniendo en cuenta el papel de las mujeres en la sostenibilidad de sus comunidades, se está buscando fortalecer la conservación de semillas hasta el manejo de plantas medicinales, actividades fundamentales para el mantenimiento de sus modos de vida tradicionales.

Pues, ante la falta de recursos y oportunidades en sus territorios, la migración forzada de jóvenes se ha vuelto cada vez más común, exponiéndolos a riesgos como la trata de personas —economía ilegal vinculada a la minería ilegal—, especialmente en las regiones de Madre de Dios, Ucayali y Amazonas, otra problemática que requiere la implementación de políticas públicas efectivas.

Frente a ello, Aidesep está buscando maneras de financiar proyectos que aborden estas realidades.

“Los adolescentes desde sus comunidades migran a las ciudades a las provincias, distritos y son captados por trata de personas para explotación sexual y de trabajo”, comentó Casique a Infobae Perú.
La inclusión de las mujeres en actividades de monitoreo y gestión del territorio representa un avance importante en la equidad de género y la eficacia en la preservación de los ecosistemas. Foto: ONAMIAP
La inclusión de las mujeres en actividades de monitoreo y gestión del territorio representa un avance importante en la equidad de género y la eficacia en la preservación de los ecosistemas. Foto: ONAMIAP

En esa línea, se suman a la vez otros desafíos, como la variabilidad climática, que ha comprometido seriamente la agricultura, provocando escasez en los períodos de cosecha. Esta situación intensifica las dificultades para sustentar la vida en sus territorios.

“Ya no crecen sus productos, hay mucha sequía en tiempo de verano en cualquier momento, no cosechan los productos como antes, cosechan y no produce nada. Ese es un tema que no hay desde la política pública, no hay prevención”, señala la lideresa ashéninka.

En ese contexto, dentro de las comunidades indígenas, las mujeres emergen como pilares fundamentales en la preservación y protección de sus territorios y recursos naturales ante el avance de la crisis climática.

Aidesep lanza fondo para promover la autonomía de la mujer indígena. Foto: Aidesep
Aidesep lanza fondo para promover la autonomía de la mujer indígena. Foto: Aidesep

En ese sentido, para atender la emergencia climática, están creando iniciativas para fomentar una economía indígena autónoma que les permita generar sus propios ingresos.

Asimismo, están articulándose para capacitar a las mujeres en tecnologías como drones y GPS para otorgarles poder su rol en la gestión territorial. De esta forma, se espera avanzar hacia la inclusión de las mujeres en actividades de monitoreo, garantizando una equidad de género y la eficacia en la preservación de la naturaleza.

“Las comunidades no pueden mandar a los hijos a las escuelas, porque sus comunidades están inundadas y ahí se evidencia cómo afecta el cambio climático a los niños y mujeres que habitan en las comunidades amazónicas (...) estamos considerando la capacitación de las mujeres en relación al cuidado y protección, enseñarles manejo de dron, GPS, porque son actividades que son vistas para los varones, pero las mujeres también puede apoyar en eso”, acotó Casique al cierre de la entrevista.

Guardar