Julio Andrés Rodríguez Granthon, conocido como ‘El Peruano’, es uno de los traficantes de sustancias ilícitas más notorios en la esfera del narcotráfico que se mueve en la ciudad argentina de Rosario, cuna del astro del fútbol, Lionel Messi.
A Julio lo conocen como ‘El Peruano’ debido a su procedencia del país inca, el cual dejó en 2011 y partió a la Argentina donde su objetivo principal era establecerse como piloto comercial, y lo logró aunque una relación sentimental iniciada años después lo llevaría a cambiar de rubro: la venta de cocaína.
“A los 21 años inicié una relación con una chica de Roldán. Por entonces trabajaba como remisero, era remisero trucho en la zona Oeste de Rosario. Esta chica ya andaba en el narco menudeo y empecé a meterme en el tema. Arranqué vendiendo 5 gramos, 10 gramos.... así estuve un año”, cuenta Rodríguez Granthon a el Clarín.
La entrevista con Granthon fue realizada por dicho medio a mediados de octubre del 2023, en el marco del documental “Por qué sangra Rosario”. ‘El Peruano’, quien se encuentra desde el 2019 recluido en el penal Marcos Paz, de Buenos Aires por un plazo de 21 años, accedió a la entrevista para señalar a uno de sus enemigos de vincularlo a otros hechos criminales que asegura no haber cometido.
Traía la cocaína desde Perú hasta la ciudad de Lionel Messi
‘El Peruano’, siempre cuidadoso para responder las preguntas en pasado, aunque un tanto evidente, detalló cómo logró establecerse en el Rosario como uno de los proveedores más sonados en la venta de cocaína, llegando a introducir en dicha ciudad hasta 400 kilos mensuales, y teniendo como principal cliente a facciones de ‘Los Monos’.
“Bajo precio y una calidad del 93, 94 por ciento de pureza. Esa fue la clave de mi éxito”, dice Julio Rodríguez, quien confiesa que prefiere o prefirió introducirse en la cocaína “porque la marihuana no te genera la misma ganancia. Además, con la inestabilidad que hay en el país… la marihuana se vende en pesos... Lo mío era vender cocaína peruana”.
A pesar que el narcotraficante sabía pilotear avionetas, confiesa que nunca movilizó la droga él mismo. Todo lo hacía a través de sus dos o tres pilotos: sacaba la droga desde el Perú y la llevaba por escala.
“Primero en Bolivia, después en Paraguay y de allí a Argentina. Siempre en avioneta. La cocaína no era para exportar, nunca hice eso. Casi toda quedaba en Rosario y una parte podía ir a San Luis o un poco más al Norte”, menciona.
Julio Rodríguez, quien se califica a sí mismo como una persona con educación, señala que siempre se ganó a sus clientes por el bajo precio y nunca optó por la violencia, a pesar de que la Policía de ese país cuenta con pruebas que demuestran lo contrario. A él se le imputa haber contratado a sicarios para la disputa del control de territorio.
“Las balaceras son por disputas de territorio, por querer ganar clientes. Yo con ese tema no tengo nada que ver. Nunca apunté a la violencia, sino al precio. Si tenés precio y calidad, tenés asegurados los clientes. Yo soy una persona con educación, no soy violento. Al conseguir la mercadería barata, tengo mejor precio y más clientes”, indica.
El sentenciado menciona que llegó a crecer tanto con esa modalidad de venta que le generó tanto aliados como enemigos. Entre estos últimos se encuentra Eric Mancini, nombre falso de Rodolfo Héctor Masini, un antiguo proveedor ahora preso en Ezeiza, con quien tuvo una disputa tras perder dinero y droga durante un operativo policial y a quien acusa de difamarlo públicamente para perjudicarlo.
Durante la entrevista, Julio no solo hace mención a que la escalada de violencia se debe por la disputa de las bandas del narcotráfico, sino también a la corrupción en la misma Policía a quienes los señala de pedir coimas y liberar a los detenidos. Para él “la violencia narco en Rosario se va a terminar cuando haya un solo líder, cuando no existan más disputas por el poder y uno solo tome el control”.
Tiene miedo
Rodríguez, quien es nacido en la provincia de el Callao, señala que tiene miedo por su seguridad y la de su familia, especialmente porque en el Marcos Paz, habita en un sector donde otros reclusos son de un grupo rival al suyo.
“Eso me está trayendo muchos problemas. No tenemos contacto personal, pero para muchos que yo esté con ellos en el mismo pabellón me hace un traidor, un sapo (delator). Eso me pone en peligro”, declaró para Clarín.
“Al haber sido un proveedor a gran escala siempre hay contrarios de que ofertan mucho dinero por uno. A mí me llegaron rumores de que ofertaban 100 mil dólares por mi vida. Siempre se quiere eliminar la competencia y yo era la piedra en el zapato de algunas personas”, agregó.
“El peso es excremento”
En noviembre pasado, durante su audiencia judicial por el caso ‘Cuevas Blancas’, Julio Rodríguez sorprendió a la audiencia al justificar la adquisición de dólares en una cueva financiera de Rosario, ligada a Gustavo Shanahan, exdirector de Terminal Puerto Rosario, y al calificar al peso argentino como “excremento”, citando las palabras que dijo el presidente Javier Milei cuando aún era candidato.
Shanahan, quien fuera presidente de Terminal Puerto Rosario y contador de 67 años, está imputado por su participación en la red de narcotráfico, especialmente por el papel crucial que desempeñaban los dólares en la operativa del grupo. Su arresto en octubre de 2021 por la Policía Federal, resultado de investigaciones de la fiscalía federal de Rosario, marcó un hito en la ciudad al evidenciar la manera en que las ganancias del narcotráfico se canalizaban hacia cuevas financieras para su posterior reinversión y transformación.