En la región de Loreto, situada en el corazón de la Amazonía peruana, las deficiencias en el sistema de salud han cobrado una nueva víctima en circunstancias que reflejan una crisis profunda y persistente. La muerte de un paciente de tuberculosis mientras esperaba atención médica en una posta de la capital loretana, Iquitos, pone de manifiesto los graves problemas de acceso y calidad de los servicios de salud en esta área.
Este trágico evento, lejos de ser un caso aislado, subraya las dificultades que enfrentan los pacientes y sus familias en busca de cuidado médico esencial. La indiferencia y las barreras burocráticas que impiden una respuesta ágil y efectiva ante emergencias sanitarias son aspectos que requieren atención inmediata.
La tragedia de Charles Miguel Moreno Vargas, un paciente de tuberculosis de 42 años edad, que perdió la vida mientras esperaba atención en la posta San Antonio de Iquitos, ha desatado indignación y denuncias de presunta negligencia por parte del personal de salud.
Lo dejaron morirse en plena calle y bajo el sol
Según relatos de su madre, Clara Vargas, el hombre falleció en una silla de ruedas después de esperar durante horas sin recibir ayuda. Esta situación ha puesto en evidencia las deficiencias del sistema de salud en la región, donde la falta de recursos y la supuesta falta de interés por parte del personal médico han cobrado vidas.
Este lamentable suceso ocurrió en las afueras del Centro de Salud IPRESS San Antonio, ubicado en la esquina de la calle Periodistas con calle Arequipa, a donde Charles Moreno llegó a las 7:00 de la mañana acompañado de su progenitora y su hermana.
La madre del fallecido reveló que, a pesar de la evidente gravedad en la que se encontraba su hijo, el personal de salud insistió en que esperara en las afueras del centro de salud, en medio de un intenso calor, negándole la atención inmediata que requería, a pesar de los intensos dolores del que se quejaba. “El doctor pasaba por la vereda, me decía que espere un rato. Sigue en su silla de ruedas, no lo echaron en una cama, nada. Nadie lo ha visto, ni la enfermera. Allí se ha muerto en la vereda, mi hijo, dos horas esperando”, declaró a RPP.
Por su parte, la hermana de Moreno Vargas, indicó que el médico de turno y las enfermeras, al verlo ya sin vida, movilizaron el cuerpo hacia el interior de la posta. “Yo estaba adentro (de la posta), pidiendo que atendieran a mi hermano. Cuando salgo, lo veo allí, muerto, mi mamá empieza a gritar y es allí donde sale el médico y las enfermeras y se lo llevan adentro, para que digan que lo estaban atendiendo”, manifestó a medios locales.
Ante la situación, el director de la posta, César Bardales, explicó que Moreno Vargas no contaba con el Seguro Integral de Salud ni documento de identidad, factores que complicaron su atención. Según Bardales, el paciente había sido atendido por un médico particular durante cuatro semanas por una aparente tuberculosis, lo que empeoró su estado. Al ser derivado finalmente a la posta, ya era demasiado tarde.
Fiscalía investiga el caso para dar con responsables
Este lamentable caso ha motivado la intervención de las autoridades. Luego que el personal médico certificara el deceso de Charles Miguel Moreno Vargas, un efectivo de la Policía Nacional se acercó a la posta para constatar los hechos y notificar al fiscal de turno sobre lo sucedido y autorizar el traslado del cadáver a la morgue de Iquitos.
Tras el hecho, la Fiscalía comunicó que se ha iniciado una investigación para esclarecer las circunstancias en que ocurrió la muerte del paciente, así como determinar las causas del deceso y establecer responsabilidades.
Esta medida se tomó después de la denuncia pública emitida por la familia de Moreno Vargas. En este sentido, los deudos exigen justicia, argumentando una presunta negligencia por parte del personal de salud y un desinterés en brindar atención oportuna ante emergencias.
Defensoría del Pueblo observo mal estado de otro centro de salud
El abandono que sufrió Charles Miguel Moreno Vargas por parte del personal médico de la posta San Antonio ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas de salud frente a situaciones críticas y la importancia de garantizar la atención médica inmediata y adecuada, especialmente para aquellos en condiciones de mayor riesgo.
El año pasado, durante una supervisión realizada por la Oficina de la Defensoría del Pueblo en Loreto, al Centro de Salud Saramiriza, situado en el distrito de Manseriche, provincia del Datem del Marañón, se detectó una serie de deficiencias críticas en la atención y los recursos disponibles.
Según el reporte de la referida institución, el establecimiento de salud no contaba con el suero antiofídico, esencial para tratar las numerosas mordeduras de serpientes venenosas que se presentan en la región. Además, se identificó un grave desabastecimiento de reactivos para pruebas de laboratorio y de microcubetas para el control de hemoglobina.
La inspección realizada a la referida posta también reveló la ausencia de infraestructura básica y equipamiento esencial, tales como cunas para recién nacidos, equipos para cirugías menores, sillas de ruedas y camillas.
Además, este centro médico, con más de 30 años de operación, mostraba severos signos de deterioro en su estructura, como daños en los pisos, humedad en las paredes y madera dañada, exacerbados por un mantenimiento deficiente. Abel Chiroque, jefe de la Oficina Defensorial de Loreto, expresó su preocupación sobre estas circunstancias, subrayando la vulnerabilidad a la que se somete a la población local.