La riqueza cultural de nuestro país se manifiesta en la forma en que sus habitantes perciben y experimentan el mundo a través de su identidad. Es un punto de encuentro de tradiciones, historias y recuerdos, donde las diferencias se convierten en un lazo que une a todas las culturas, grupos étnicos, pueblos y ciudadanos.
Perú, con su vasta gama de expresiones y manifestaciones culturales, se destaca como uno de los países más diversos del mundo. Entre sus más preciados tesoros se encuentran la danza, la música, la gastronomía, el arte popular, las festividades tradicionales, los tejidos, las medicinas naturales y las lenguas, entre otros.
Recientemente, la marinera norteña y el cajón peruano captaron la atención del mundo al presentarse durante el intermedio de un partido de la NBA en Estados Unidos. Este acontecimiento puso de relieve la riqueza y el valor de nuestras tradiciones en un escenario internacional.
La cultura peruana brilló en Estados Unidos
La marinera norteña y el cajón peruano se robaron el espectáculo en un partido de la NBA, celebrado el miércoles 6 de marzo en el Capitol One Arena de Washington D.C. Ante una multitud de entusiastas con capacidad para más de 20 mil espectadores, la presentación peruana se llevó a cabo durante el intervalo del partido entre los Washington Wizards y los Orlando Magic.
Fue un momento único en la historia del básquetbol en la ciudad, donde los asistentes quedaron maravillados con la energía y el talento exhibidos por una de las danzas banderas del Perú y el distintivo ritmo del cajón peruano.
El evento fue posible gracias a la organización de la Embajada del Perú en los Estados Unidos, que buscó llevar la riqueza cultural peruana a un escenario tan relevante como el de la NBA, como parte de sus esfuerzos por promover el turismo y la imagen de nuestro país.
Los protagonistas del espectáculo
La Escuela de Arte y Música Papalca USA se encargó de brindar un espectáculo musical y de danza, contando con la participación de más de veinte talentosos bailarines y músicos peruanos residentes en Washington D.C., de diversas edades.
Víctor Ruiz, director de la escuela, enfatizó la relevancia del cajón peruano como uno de los instrumentos de percusión más destacados a nivel mundial. “Hemos tenido la oportunidad de presentarnos en diversos escenarios durante los últimos 20 años, trabajando en colaboración con la Embajada, pero esta es la primera vez que nos encontramos frente a un estadio tan amplio y majestuoso como el de la NBA”, mencionó el director de danzas.
“Vamos a presentarnos, vamos a pasar un buen rato y vamos a dar a conocer la cultura peruana, pero sobre todo vamos a poner en alto a nuestra academia”, dijo una de las participantes.
El video de la presentación fue compartido en la plataforma de redes sociales TikTok, recibiendo elogios de miles de usuarios que resaltaron la gracia y la belleza de la danza nacional, conocida como la marinera, mientras que otros expresaron su profundo orgullo por el Perú.
La danza elegante que conquista el mundo
La belleza de la marinera cautiva a todos los peruanos y también a extranjeros que alaban su encanto. El prestigio de este baile, que se ejecuta esencialmente en pareja, ha cruzado las fronteras de nuestro país para convertirse en el embajador de las danzas peruanas y participante indispensable de todas las actividades conmemorativas del aniversario patrio en el exterior, ferias turísticas internacionales y festivales donde el Perú es invitado de honor.
Los historiadores de la Marinera coinciden en que esta danza tradicional tiene sus antecedentes en el siglo XVII y es producto del mestizaje cultural. Una de sus raíces es el baile europeo llamado minué, que llegó con los españoles y que se manifestó durante la época virreinal. Se trataba de una danza que se ejecutaba en las celebraciones convocadas por las autoridades coloniales y en festividades de las familias aristocráticas y adineradas, sobre todo en las provincias de la costa.
Este baile fue observado con interés y asimilado por la servidumbre, conformada por mestizos, esclavos africanos e indígenas, quienes modificaron la reverencia y la cadencia que caracterizaban al minué, tanto en los pasos de baile como en la música, para generar su impronta con desplazamientos, ritmos y sonidos más alegres.