Algunos aún no cumplen la mayoría de edad, pero a sus a cortos 15 o 16 años ya dominan varios tipos de armas de fuego. La mano no les tiembla cuando se trata de apretar el gatillo y no están tranquilos hasta ver que su víctima cae al suelo y no se vuelve a mover más. Se trata de sicarios juveniles que vienen aterrorizando Lima y Callao. Esta preocupante realidad no es reciente, pero sí las imágenes que confirmarían que existe una ‘escuela’ para hacerse ‘gatillero’.
El lado oscuro de esta trama la reveló Panorama en un informe, tras exponer que la habilidad de estos jovenes para disparar a sangre fría y con mucha destreza lo aprendieron en una llamada ‘escuela’ del sicariato. Cuando cae la noche, en una de las zonas rojas del ‘primer puerto’, se juntan bajo la tutela de un gatillero ya experimentado y aprenden a matar sin remordimiento.
Tres recientes crímenes perpetrados en la capital alertaron a la Policía Nacional del Perú (PNP) que algo muy malo estaba sucediendo. Los agentes del orden lograron identificar patrones en los asesinatos y descubrieron la existencia de esta ilegal ‘escuela’. Las sospechas de las autoridades se confirmaron al obtener escalofriantes videos de estos menores y jóvenes entrenando con pistolas.
Sin embargo, las suposiciones de la Policía se quedaron cortas, pues las imágenes develaron que, en esa misma ‘escuela’, ranqueados delincuentes también les enseñan cómo secuestrar, torturar salvajemente y exigir jugosas recompensas mediante mensajes de WhatsApp.
“Adolescente de entre 13 y 17 años son captados por estas mafias y les dan unas clases. Tenemos conocimiento que, incluso, pagan 120 soles por clases”, dijo el coronel PNP Pedro Rojas, jefe de la División de Investigación del Callao, al dominical.
De acuerdo al programa, la nueva generación de sicarios se reunía al menos una o dos veces por semana pasada la medianoche en la orilla de la playa Mar Brava, muy cerca a Los Barracones del Callao, una de las zonas más peligrosas de la ciudad .
“Las primeras clases se dan sin municiones, para luego solo tener el montaje y desmontaje del arma. Posteriormente, la familiarización (con la pistola) y las siguientes clases es que recién aprenden a disparar”, afirmó el coronel Rojas.
Entre tanto sicario juvenil, sobresale un menor, de 17 años, conocido con el alias de Matón. Las depencias policiales han sido su segunda casa y se le imputa una serie de asesinatos por encargo. Desde los nueve años se lucía con armas, y su cuerpo con cicatrices de impactos de balas dan cuentan que, pese a su juventud, tiene un amplio historial delictivo.
“No van a tener temor ni la mínima restricción de poder eliminar a una persona, si se sienten acorralados o amenazados, más aún si es algún policía. Son soldados de la muerte”, agregó el alto mando.
El Matón fue recientemente intervenido por la Policía y aseguró dedicarse a estudiar en sus ratos libres. Las autoridades lo conocen bien y saben que es un ‘gatillero’ letal.