El lunes 4 y martes 5 de marzo marcaron días de desasosiego para los limeños, con la suspensión del servicio de transporte público de los corredores morados. La razón detrás de este caos se encuentra en una deuda que el Estado mantiene con los corredores complementarios, ascendiendo a 300 millones de soles.
Tras la interrupción de estos servicios, nuestras calles se vieron inundadas de vehículos, tanto formales como informales, que luchaban por ocupar el espacio dejado vacío por los corredores. El panorama se volvió aún más caótico con la presencia de cústeres y colectivos informales, sembrando confusión entre los usuarios que buscaban desplazarse por la ciudad.
El verdadero problema radica en las pérdidas sufridas por los transportistas formales, quienes se vieron perjudicados por la disminución de la demanda de usuarios, consecuencia directa de la competencia desleal de los transportistas informales que aún abundan impunemente por nuestras calles.
La queja del Corredor morado
Una de las voces más críticas en este escenario es la del presidente de la junta del corredor morado, Gerardo Hermosa, quien lamentó la falta de fiscalización por parte de las autoridades competentes. “No fiscalizaban, el único corredor que tenía exclusividad era el Metropolitano. Mientras tanto, al corredor morado nadie lo respeta; íbamos a operar y nos encontramos con autos colectivos, mototaxis, carretillas y buses de otras empresas”, declaró para Contracorriente.
El incumplimiento de los compromisos por parte de las empresas concesionarias es un tema recurrente. En el contrato de concesión, Protransporte solicitó a los transportistas formales aumentar su flota de buses y retirar rutas de transporte convencional. Sin embargo, esta exigencia no se ha cumplido cabalmente, permitiendo así la proliferación descontrolada de los transportistas informales.
Las cústeres y colectivos continúan circulando sin ninguna supervisión, e incluso con total impunidad en muchos casos. Intentar sacarlos del espacio designado exclusivamente para los corredores es una tarea ardua y peligrosa. Los choferes informales, lejos de amedrentarse, están dispuestos a defender su territorio con violencia si es necesario.
La noticia de que el Corredor Morado retomaría sus operaciones el miércoles 6 de marzo fue recibida con alivio por parte de los más de 100 mil usuarios afectados. Esto se logró tras una reunión con el ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez Reyes. Se acordó finalizar la reglamentación de la Ley del Chatarreo, implementar sistemas de fiscalización electrónica y llevar a cabo más operativos contra los transportistas informales.
Metropolitano y Metro de Lima cubren menos del 15% de viajes
El reciente estudio llevado a cabo por el Observatorio Ciudadano ‘Lima Cómo Vamos’ arrojó resultados reveladores sobre los hábitos de transporte de los habitantes de Lima y Callao. Contrario a lo que podría esperarse, los medios de transporte público son los menos utilizados por la ciudadanía, según las opiniones recogidas.
Las estadísticas recopiladas indican que existe una marcada preferencia por opciones informales a la hora de desplazarse por la ciudad. Combi, coaster, bus e incluso mototaxi figuran como las elecciones más comunes entre los limeños y chalacos.
El informe ‘Lima y Callao según sus habitantes’ desglosa estos datos de manera detallada. Según el estudio, el Metropolitano y el Metro de Lima apenas alcanzan el 12.7% de la preferencia ciudadana, con un ínfimo 6.6% y 6.1% respectivamente. De manera aún más sorprendente, los Corredores Complementarios, que se consideran parte del sistema de transporte público, son prácticamente ignorados, con solo un 2.3% de preferencia.
Esto significa que la oferta pública de transporte apenas satisface el 15% de la demanda de viajes diarios en la ciudad. En contraste, las opciones informales, como combis, coasters, buses y mototaxis, dominan el panorama, acumulando un impresionante 83.5% de preferencia entre los usuarios.
Sin embargo, no todas las opciones de transporte informal se destacan por igual. El estudio revela la variedad de medios utilizados para desplazarse en Lima y Callao. La caminata encabeza la lista, con un sólido 42.3% de preferencia, seguida por el auto propio (12.1%), el taxi por aplicación (8.6%), la bicicleta (4.6%), el taxi regular (4.2%) e incluso la motocicleta propia (3.8%).