El agua no es vida en el hospital Sergio Bernales, ubicado en el distrito de Comas. Es uno de los más importantes de Lima Norte y del Ministerio de Salud (Minsa), pero, por un problema en la matriz de su pozo, médicos y pacientes no pueden gozar del líquido vital, significando un riesgo para la salud pública.
Este elemento ha escaseado en el nosocomio desde que se erigió el edificio, hace unos 80 años. Solo el 20% de agua consumida por médicos y pacientes es surtida por el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal), mientras, el 80% restante, proviene de un pozo tubular, el cual se malogró el año pasado, en agosto del 2023.
Ante esta situación, su director, el doctor Jorge Flores, decidió contratar el servicio de una empresa de cisternas para abastecer de este recurso a gran parte del lugar, pese a que podría perjudicar la vida de miles de ciudadanos. Todo esto fue puesto sobre el tapete gracias a una investigación de Punto Final, documental de Latina Televisión.
Agua sin cloro
“Esta es agua para obras, mayormente va para obra. Dice agua potable, pero esto lo llevas a obras”, confirmó el conductor de la cisterna luego de que se haya descubierto, por autoridades de la Dirección Regional de Salud del Callao (Diresa), que el agua que transportaba y tenía como destino el hospital Sergio Bernales no contenía cloro.
Sin embargo, no era de desconocimiento del centro de salud. Esto ya había sido advertido a su titular por su propia área de Salud Ambiental a través de varios informes. En ellos, se alertaba que el agua que ingresa a al nosocomio no es apta para el consumo humano.
“El agua que se está abasteciendo por cisternas no es apta para el consumo humano. (…) el agua que ingresa no tiene ni un carro de claro”, se lee en uno de los documentos con fecha de noviembre del 2023.
Entre sus páginas también se indica que un vehículo que entrega el líquido elemento llena su cisterna dentro de un pozo ubicado en un “muladar, lleno de perros” y que presenta charcos de lodo.
Otro de ellos, del 22 de noviembre, dio a conocer que el agua utilizada dentro del departamento de Nutrición y Dietética, precisamente en el área de Producción de alimentos, no tenía la cantidad de cloro necesaria para ser considerada apta para el consumo humano.
“De esa agua se preparan los alimentos, con esa agua el paciente se baña. Si no tiene cloro, en qué situación están los pacientes”, lamentó Teresa Yepez, trabajadora del Sergio Bernales.
Cirtenas contratadas
Las cisternas de la empresa contratada no cuentan con la autorización para transportar agua potable, y el pozo de donde se abastecen no está registrado en la Diresa Callao, pese a que en la estructura del vehículo lleva pintado un letrero que afirma todo lo contrario.
Frente a todo este panorama, Flores aseguró al referido medio que las que el agua abastecida por la empresa contratada “cumple con todos los requerimientos de seguridad del consumo humano”.
“Las cisternas que entran han sido contratadas para proveernos agua, con la certificación de que es agua potable. (…) Esos informes son tendenciosos”, aseguró el doctor.
“Hemos enfrentado a una situación de emergencia y es de esta manera que fuimos contratando empresas. Alguien puede decirme que tiene el agua segura, pero, cuando se piden las certificaciones y se realizan las verificaciones, nos damos cuenta que no es así”, precisó el director del hospital, tras descalificar uno de los documentos realizados por una de sus áreas.
Para finalizar, cabe destacar que la Unidad de Salud Ambiental del hospital del Minsa comprobó que, en zonas como Pediatría, Cirugía General, Neonatología, el agua que sale de los callos no es apta para el consumo de las personas por la baja cantidad de cloro.