El Pleno del Congreso debería debatir hoy durante su sesión la aprobación de un proyecto de ley del parlamentario Guido Bellido que podría dejar la puerta abierta a vehículos menores como ‘ticos’ y minivans para realizar servicios de transporte como taxis y colectivos.
Aunque la medida es temporal y solo estaría vigente por tres años, ya ha recibido comentarios negativos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, de la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) e incluso la Municipalidad de Lima.
La intención del proyecto, que fue presentado inicialmente el 15 de julio del año 2022, es que se autorice el uso de vehículos para realizar servicios de taxi, aun cuando no cumplen con características mínimas para ello: un peso mínimo de 1.000 kilos y una cilindrada mínima de 1.450 cm cúbicos. Ambas forman parte del Reglamento Nacional de Vehículos, aprobado el 7 de octubre del año 2003.
El proyecto de ley planteado por el congresista de Perú Libre busca que estos requisitos mínimos sean reducidos aún más para permitir el uso como taxis a vehículos que tengan como mínimo un peso de 900 kilos y una cilindrada reducida a casi la mitad: 790 cm cúbicos.
Como parte de las funciones de la Comisión de Transportes y Comunicaciones del Congreso, presidida por el congresista Eduardo Salhuana (APP), se solicitó la opinión de cuatro entidades: El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), el Ministerio del Interior (Mininter), la Municipalidad de Lima y la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU). De estas, solo respondieron tres, pues el Mininter se declaró incompetente para ello.
La opinión de la Municipalidad de Lima, emitida en el año 2022, indicaba que “el Proyecto de Ley 2625/2021-CR no cuenta con el sustento técnico necesario para justificar su dación”. Esto debido a que se priorizó el beneficio social a los ciudadanos, pero no se consideraron factores de seguridad del vehículo empleado para la prestación del servicio de taxi.
La ATU indicó que el proyecto de Bellido “contraviene y transgrede el orden constitucional, así como las políticas y planes nacionales en materia de transporte urbano”.
No solo eso, sino que además considera que el proyecto limita las funciones de la propia ATU en términos de regulación del transporte en la ciudad, “con lo que se estaría perjudicando a los ciudadanos en el hecho de contar con una red integrada de servicio de transporte terrestre urbano de pasajeros”.
En el caso del MTC, la opinión desfavorable al proyecto indica que no se ha realizado un análisis acreditado al momento de plantear el proyecto para modificar el peso y cilindrada de los vehículos autorizados para realizar el servicio de taxi.
Además, incide en que esta propuesta no necesariamente impulsará la formalización del servicio de taxi, pues “muchas personas realizan el servicio de taxi de modo eventual, como un complemento a sus actividades laborales y otras aprovechando de sus horas libres, pero no son personas dedicadas a dicha actividad de modo profesional y por esa razón no les interesa formalizarse”.
Finalmente, el MTC indica que la propuesta solo va a empeorar el estado actual del parque automotor en las ciudades, el mismo que está sobresaturado, además que “solo fomentará más informalidad y caos”.
Pese a ello, la Comisión de Transportes del Congreso decidió dar su aprobación al proyecto de ley con una votación por mayoría en la que tanto Salhuana, así como los congresistas Bellido y Wilson Quispe hicieron caso omiso a las recomendaciones de las instituciones que se consultaron.
Quispe, según el acta de la sesión, indicó que conoce la problemática, pues “ha trabajado en transporte de pasajeros (...) Con estos cambios se estimulará un mejor servicio y más barato”, pese a que el MTC indicó que no sería beneficioso para la ciudadanía.