Fernando Oliveira llegó al Perú en 2012 y se marchó del mismo en 2018 para reencontrarse con su familia. Infobae Perú se contactó con el popular ‘Thor’ para conocer su actualidad en Estados Unidos, país en el que asentó luego de dejar su faceta como delantero. El natal de Pelotas, Brasil, repasó con este medio diversos episodios de su vida, como sus inicios en la profesión, su llegada al Perú, las figuras internacionales con las que guarda amistad y hasta un frutado fichaje por Alianza Lima.
- ¿Cómo inició tu carrera como futbolista?
Bueno, como en la mayoría de las historias, uno es de barrio y frente a la casa de mi mamá hay una cancha de fútbol y ahí siempre jugaba con mis amigos, con el sueño de ser profesional, pero sin saber si se iba a lograr o no. Un señor que tenía una escuelita de fútbol me llevó a una academia de la que salió Emerson, que jugó en Real Madrid. Ahí el sueño empezó a crecer, jugué una temporada con ellos y hubo el interés del Internacional de Porto Alegre. En ese momento tenía de 12 a 13 años y me tocó salir de casa, viajar a provincia, a la capital del sur que es Porto Alegre para vivir en el estadio. Me mantuve hasta los 15, pero extrañaba mucho el barrio, estar con mis amigos. Me fui un fin de semana para mi casa y mi entrenador Mano Menezes (DT de la selección de Brasil entre 2010 y 2012) me dijo que tenía que presentarme el lunes y no lo hice. Fue una irresponsabilidad mía y como lo hice dos veces. Decidió no contar más conmigo y me dieron la carta de libertad. Luego fui a Gremio, con el sueño, pero con las ganas de estar con los amigos, no lograba enfocarme al 100% en el fútbol. Ya a los 20 años debuté en la segunda división del campeonato gaucho con San José.
- Si te costaba tanto estar alejado de tu familia y amistades, ¿cómo decidiste ir a Paraguay?
El encargado de San José en ese año era el paraguayo José Benítez y tuve la posibilidad, junto a tres compañeros más, de ir a Paraguay a jugar primera división en General Caballero. No lo pensé dos veces y arranqué para allá. (…) Teníamos días libres y fui a mi ciudad Pelotas, recuerdo claramente que estaba tomando un café con mi mamá y me llamó el paraguayo a decirme que prepare mis cosas, que al día siguiente tenía que tomar el primer bus a Porto Alegre para ir a Paraguay. Me agarró “frío”, eso fue lo que no me dejó pensar mucho en tomar otra opción. Imagínate, si me costaba vivir a tres horas de mi ciudad, lo que sería estar en otro país. Bueno, me la jugué y gracias a Dios tomé una buena decisión porque pude cumplir mi sueño y no volví más a Brasil.
- También estuviste tres años en Colombia... Uno de tus equipos fue Envigado, coincidiendo con Juan Fernando Quintero y Frank Fabra. ¿Qué recuerdos tienes de ellos?
Tuve la dicha de tenerlo como compañero (a Juan Fernando Quintero), en ese año también estaba Frank Fabra, lateral izquierdo de Boca Juniors. Con Santiago Arias, lateral derecho de la selección Colombia, también estuve en 2010. En Envigado con ‘Juanfer’ hicimos una buena amistad porque era más chico, todavía no era conocido el muchacho y es una excelente persona. Después, muchas veces compartimos comida, entrenamientos y hasta concentrábamos juntos hasta la última fecha del campeonato que le tocó una rotura de tibia. Ese fue mi último año en Colombia y regresé a Paraguay, pero siempre mantuve contacto, hasta el día de hoy hablamos un poco vía redes sociales. La calidad que tenía con 16 años es la misma de ahora, el mismo estilo de juego.
- Hace algunos años te reencontraste con ‘Juanfer’ en Miami e incluso te regaló una camiseta
Sí, él estuvo por acá hace tres años, me avisó de su visita y que me tenía un regalo. Fue bueno verlo después de tanto tiempo y su camiseta la guardo acá junto con la de Fabra de cuando fue a enfrentar a Alianza Lima en el 2018. Yo estuve en Cusco, no pude verlo, pero me la dejó en el hotel de Lima. Ambas las guardo con mucha alegría, porque son dos muchachos a los que conocí jóvenes y ver la trayectoria que tienen ahora es muy gratificante para quienes los tuvimos de compañeros.
Llegada y vivencias en el fútbol peruano
- ¿Cómo se gesta tu llegada al Perú?
Yo estaba en Paraguay y había descendido con General Caballero, estábamos por empezar la pretemporada y recibo la llamada de un intermediario colombiano para preguntarme si estaba disponible y si me interesaría ir a Inti Gas de Perú (hoy Ayacucho FC). No lo pensé dos veces porque era primera división y me interesé bastante. Investigué un poco sobre el club y no me dejaron pensarlo mucho para emprender el viaje hacia Perú.
- Pese a que conocías el idioma, ¿recuerdas si tuviste alguna complicación al llegar al Perú o te adaptaste de inmediato?
Sí, tuve dificultades. Recuerdo que llegué a Lima y contacté con Nicolás Ayr de Sporting Cristal, con quien soy muy amigo porque fue mi compañero en Tolima de Colombia. Hablé con él y me dijo que vaya para su casa, a dejar mis cosas mientras arreglaba con el equipo. Fui a visitar al señor Rofilio Neyra en la planta de gas que está en Chorrillos, me siento con él y me preguntó quién era, de qué jugaba y me dijo que no había pedido delantero. Yo respondí que no sabía nada, que me habían traído y me preguntó cuánto iba a ganar, pero me replicó que el monto que pedí no lo iba a pagar por un atacante. Le dije que hable con el intermediario para ver que hacíamos. Agarré mis cosas para ir al apartamento de Nicolás, pero ya estaba viendo mis pasajes para regresar a Paraguay, de donde es mi esposa. Finalmente, al día siguiente tuve la noticia de que tenía que pasar a firmar el contrato, me dieron un pasaje en bus y viajé 10 horas hacia Ayacucho. A los cinco días de entrenamiento había una huelga por una deuda y en la primera fecha jugó un equipo de reserva y Rofilio decidió echarnos a todos, nos mandó una carta de despido y yo no entendía cómo había llegado hace unos días y ahora me estaban botando. Al final se resolvió todo, pero en la tercera fecha no había llegado mi transfer y el entrenador Édgar Ospina me llama para decirme que mi carta pase no llegaba, que hablara con mi agente, porque si no me iba. Gracias a Dios se resolvió y pude quedarme cuatro años en Ayacucho.
- ¿Pensaste que te ibas a quedar ocho años en el Perú?
No se me pasaba por la cabeza, pero tenía un temor, porque en Bolivia no me sentía cómodo y como me tocaba salir otra vez tenía ese miedo de no me vaya bien, ya que como extranjero siempre tiene más exigencia que los jugadores locales, pero conforme se fueron dando las cosas, me iba acomodando al equipo. Tenía la confianza de mis compañeros y cuerpo técnico, la gente me empezó a tratar bien, me fui sintiendo pleno en el equipo.
- Ayacucho FC, Cienciano o Mannucci... ¿Con cuál de ellos te sientes más identificado?
En Cienciano fue raro, porque antes del campeonato hicimos dos amistosos con The Strongest de Bolivia y Deportivo Garcilaso, hice gol en los dos partidos, venía bien. En la primera fecha de la segunda división empatamos, pero ya en la siguiente jornada tuve una lesión en el tobillo. Cambiaron de entrenador y el que llegó ya no quería contar conmigo ni con mi compañero José Mesarina. Estuve mucho tiempo entrenando por fuera y tuve oportunidad en los últimos partidos. En todo el año que estuve en Cienciano, habré jugado tres partidos como titular. Es una hermosa ciudad y un gran club, pero no pude demostrar no porque no quise, sino porque no tuve la posibilidad. Entre Ayacucho y Mannucci me queda un poco difícil, en Ayacucho me trataban muy bien, pero la gente de Trujillo es muy especial. La pasión que tiene por el equipo es increíble y me siento muy identificado con Mannucci, fue un muy buen momento que pasé allá. Hasta hoy la gente me sigue escribiendo, publico una foto antigua con su camiseta y me llenan con comentarios. Yo les agradezco mucho, pero no logré ascender al equipo. Algo habré hecho bien para que gente me tenga ese cariño.
Frustrada llegada a Alianza Lima
- Debido a tu buen rendimiento, en algún momento tuviste ofertas de Alianza Lima, Sporting Cristal o Universitario
En el 2014 conversé con un dirigente de Alianza, que me preguntó si me interesaba ir al club. Yo tenía contrato con Ayacucho, pero dije que sí me interesaba llegar a un equipo grande. Me comentó que estaban en conversación con Carlos Preciado y si su fichaje se caía, yo iba a Alianza Lima. Me iba a juntar con el plantel que estaba haciendo una pretemporada en España y yo estaba contento, pero tenía la duda de que se iba a caer el negocio de otro compañero. Bien por él porque se dio la posibilidad de que arregle con el club. Ese fue el único contacto directo que tuve con un equipo de Lima o que hubo interés, porque siempre leía en los periódicos que había interés de Sporting Cristal y de la ‘U’, pero nunca tuve comunicación con esos equipos.
La discusión con Johan Fano
- En 2017 protagonizaste una pequeña discusión con Johan Fano durante un Carlos Mannucci vs Sport Boys, ¿qué pasó realmente?
Era una jugada normal en la que un jugador de Sport Boys, que luego me enteré de que era más joven, le pegó a mi compañero y le dijo cosas. Yo fui a reprocharle y Fano vino a defender obviamente a su compañero, pero después me enteré que era un muchacho más joven. Son calenturas que ocurren dentro de la cancha. Yo discutí fuerte con él, pero ahí quedó, no pasó a más.
El recuerdo de sus compañeros fallecidos
- En Ayacucho coincidiste con Juan Pablo Vergara, Andrés Arroyave y Henry Colán, quienes lamentablemente fallecieron en los últimos años... ¿Cuánto dolieron esas partidas?
Bastante, porque con los tres compartí mucho. Son cosas que uno no puede creer, muy fuerte. Uno trata de ponerse en el lugar de la familia y es muy duro perder a un ser querido. Arroyave, un chico tan joven, el accidente de Juan Pablo en el cual yo ya no estaba en el Perú, el caso de Colán fue otro episodio, le arrebataron la vida. Compartí vestuario con ellos por mucho tiempo y recuerdo su alegría, los tres eran buenas personas. Me quedo con sus sonrisas y los buenos momentos que pasamos.
El retiro y su nueva vida en Estados Unidos
- ¿En qué circunstancia decidiste retirarte de la actividad profesional?
Fue muy difícil porque uno no está preparado para que llegue ese momento. En 2018 ya tenía 34 años, en Cienciano no tuve casi participación y esa fue una de las cosas por las que encaminé mi retiro, ya que al año siguiente no tuve contacto con ningún equipo para seguir jugando. Prácticamente fue forzado mi retiro y por eso vine a Estados Unidos, a estar con mi familia. Me comuniqué con gente de acá (USA) para ver si me daban la posibilidad de jugar porque me sentía muy bien, pero Dios sabe por qué hace las cosas y en sus planes estaba que me retire a esa edad. Hoy, miro atrás y tengo lindos recuerdos, contento con la carrera que hice, cumplí mi sueño.
- ¿Por qué decides emigrar a Estados Unidos y no buscar prolongar tu estadía en Perú?
Mi esposa ya vivía acá, cuando la conocí ya tenía la vida hecha en Estados Unidos y siempre las vacaciones las venía a pasar aquí. Cuando me retiré empecé otra vida, ya no estoy más ligado al fútbol, no me preparé para seguir ligado, veo poco y nada, quizás cuando juega la selección. Acá estuve jugando con Carlos Zegarra, Renzo Sheput, Fernando ‘Flaco’ Masías que tenían un equipo de peruanos en un torneo de fines de semana, pero como uno no entrena seguido, el cuerpo ya no es el mismo y aparecen los dolores, por eso no juego más. Aprovecho el tiempo para disfrutar al máximo a la familia.
- ¿A qué te dedicas actualmente?
Yo trabajo ahora en bienes raíces, mi esposa trabajaba en eso, así que me condujo para entrar en ese rubro. Me dedico a la venta y renta de propiedades en Miami, Florida. Estamos trabajando en eso y felizmente nos va bien. Se trabaja bastante, pero no tengo jefe, manejo mis tiempos, así que puedo laborar tranquilo.
- Un último mensaje a los lectores peruanos que te recuerdan con aprecio...
Muchísimas gracias a la gente que pudo disfrutar mi paso por allá. De pronto, dentro de la cancha, era un poco molestoso, peleón, pero nada más. Era por defender a mi equipo, pero fuera del campo soy una persona tranquila, muy humilde y ese personaje era durante el partido nada más. Solo puedo agradecer a la gente por el cariño que me brinda hasta hoy.