Sesgo de género en la salud mental: Mujeres mal diagnosticadas e invisibilizadas

En Perú, un gran grupo de mujeres autistas corre el riesgo de no recibir el resultado clínico adecuado porque suelen ocultar sus síntomas por prejuicios de género. A nivel internacional, un 80% son mal diagnosticadas, señala el IEP

Sesgo de género en el diagnóstico de autismo. Mujeres de la Coalición Divergente en Perú presentes en la marcha por el 8M. (Foto: Twitter Carolina Díaz)

En Perú, el sesgo de género en el diagnóstico del trastorno del espectro autista (TEA) afecta negativamente a las mujeres, pues son infradiagnosticadas y reciben un tratamiento tardío de esta condición. La Coalición Neurodivergente Peruana, una organización conformada por mujeres activistas neurodivergentes fundada en 2022, pone el tema sobre la mesa, y busca impulsar la concienciación y desestigmatización de la salud mental.

Según una columna del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), el 81% de los diagnósticos a personas con autismo se proporcionan a varones, mientras se estima que más del 97% de las personas autistas, incluyendo una gran proporción de mujeres, permanecen sin diagnóstico.

La problemática del sesgo de género en la salud mental, especialmente en el diagnóstico del TEA, tiene consecuencias perjudiciales para las mujeres. Esto se debe a la exclusión y omisión en la investigación médica, y diferencia en el tratamiento y diagnóstico ofrecido a hombres y mujeres.

“A escala internacional, se ha señalado que aproximadamente 80% de las mujeres autistas son mal diagnosticadas”, según el estudio ¿Qué diagnósticos erróneos reciben las mujeres con trastorno del espectro autista en el DSM-5? (2023)
Mujeres autistas y neurodivergentes presentes en la movilización por el 8M en Lima. (Foto: Carolina Diaz)

La problemática resalta la necesidad de abordar el sesgo de género en la práctica clínica y en la investigación médica. Las estadísticas proporcionadas subrayan la urgencia de implementar estrategias inclusivas de diagnóstico y tratamiento que reconocen las diferencias de género en el espectro autista. Este enfoque no solo beneficiaría a mujeres autistas al proporcionarles un acceso más temprano y preciso a intervenciones adecuadas, sino también contribuiría a cerrar la brecha de género en la salud mental en Perú.

Esto dicen las investigaciones

Las investigaciones actuales revelan un marcado retraso y complicaciones en el diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista (TEA) en mujeres, debido mayormente a sesgos de género y a estrategias compensatorias como el camuflaje de síntomas.

A pesar de que el TEA se diagnostica tres a cuatro veces más en hombres, el incremento de diagnósticos en mujeres adultas pone de manifiesto esta problemática. Los estudios sugieren que los criterios diagnósticos del TEA, centrados tradicionalmente en hombres, omiten características específicas de las mujeres, contribuyendo así a un diagnóstico tardío.

Se ha encontrado que las niñas y mujeres con TEA desarrollan estrategias de camuflaje, como emular comportamientos sociales típicos, para ocultar sus síntomas, lo que dificulta su diagnóstico. Estas técnicas, aunque efectivas temporalmente, pueden tener un coste emocional y físico significativo, llevando a trastornos como la ansiedad y la depresión.

(Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, las expectativas culturales de género sobre la comunicación y el comportamiento social aumentan la presión sobre las mujeres con TEA para adaptarse y “encajar”, exacerbando los desafíos que enfrentan. Otro factor crítico es la presencia de comorbilidades como la anorexia o el trastorno límite de la personalidad, que pueden ocultar o eclipsar los síntomas del TEA, complicando aún más el diagnóstico.

Este fenómeno se observa tanto en niñas que utilizan estas estrategias de camuflaje como en mujeres que logran un alto funcionamiento mediante la compensación de sus dificultades.

Frente a esta realidad, se subraya la urgencia de integrar una perspectiva de género en todo el espectro del tratamiento y diagnóstico del TEA para asegurar un enfoque equitativo e inclusivo. Reconocer y corregir los sesgos de género en el ámbito médico es crucial para desarrollar herramientas y protocolos que reflejen de manera acertada la diversidad de experiencias de las personas con TEA.