Nuestro país y la región enfrentan nuevos desafíos y retos a los ya existentes en la lucha por alcanzar la igualdad de género. Desde la pandemia de la COVID-19, que hizo retroceder avances importantes, se entrelazaron diversas crisis emergentes como la alimentaria, la de cuidados, y de la inflación global derivada del conflicto ucraniano-ruso, aunado a un aumento de la fragilidad democrática de algunos países.
Estos aspectos han exacerbado las desigualdades de género, sobre todo y en mayor proporción a las mujeres que son migrantes, con nivel socioeconómico bajo, pertenecientes a etnias, afrodescendientes, orientación sexual, entre otros.
Según el Índice Global de Brecha de Género de 2023, ningún país ha alcanzado todavía la paridad de género total, aunque los nueve países principales (Islandia, Noruega, Finlandia, Nueva Zelanda, Suecia, Alemania, Nicaragua, Namibia y Lituania) han cerrado al menos el 80% de su brecha.
América Latina y el Caribe ha superado el 74,3% de su brecha de género general. Después de Europa y América del Norte, nuestra región tiene el tercer nivel más alto de paridad. Países como Nicaragua, Costa Rica y Jamaica registran los puntajes de paridad más altos en esta región y Belice, Paraguay y Guatemala los más bajos.
Por otro lado, la paridad de género en el mercado laboral sigue siendo un reto importante, las mujeres siguen enfrentando tasas de desempleo más altas que los hombres. Una parte importante de la recuperación del empleo desde 2020 puede atribuirse al empleo informal, según el cual, de cada cinco puestos de trabajo creados para mujeres, cuatro se encuentran en la economía informal; para los hombres, la proporción es de dos de cada tres puestos de trabajo.
Pese a los avances logrados en términos de igualdad de género en los entornos laborales peruanos, aún persisten desafíos significativos en cuanto a la representación femenina en posiciones de liderazgo. Según datos recopilados por Aequales en su informe de 2023, solo el 20% de las juntas directivas en Perú están compuestas por mujeres, una cifra que queda rezagada respecto al promedio latinoamericano del 31%.
Aunque la brecha salarial en Perú es menor que en otros países de América Latina, esta disparidad aumenta significativamente a medida que las mujeres ascienden en la jerarquía organizacional. Dicho fenómeno pone de relieve la urgente necesidad de abordar las barreras estructurales que obstaculizan el progreso profesional de las mujeres en el contexto laboral peruano.