La atresia esofágica es una malformación congénita que afecta a uno de cada 5 mil recién nacidos. Esto provoca que el bebé no pueda pasar alimentos de la boca al estómago y, a veces, le causa dificultad para respirar. Lamentablemente, Laurita, una niña chiclayana, llegó al mundo con esta anomalía.
Ella nació hace ocho años en el norte del Perú. A lo largo de todo este tiempo, su familia la pasaba mal al ver que su pequeña no podía sentarse en la mesa con ellos para gozar de un almuerzo o una cena.
Sin embargo, todo esto cambió gracias a la intervención de los médicos del Seguro Social de Salud (EsSalud), quienes, tras estudiar su caso y examinar todos los escenarios, vieron factible realizarle una cirugía para brindar una mejor calidad de vida tanto a ella como a sus seres queridos.
¿Qué procedimiento médico realizaron?
El procedimiento médico fue llevado a cabo en el hospital de EsSalud Guillermo Almenara, ubicado en el distrito de La Victoria. Allí, Laurita conoció un nuevo lado de la vida gracias a la cirugía de reemplazo de esófago, la cual le permitió ingerir alimentos, sin asistencia, por primera vez.
“Estoy muy agradecida con mi Dios por utilizar a los doctores, especialmente al doctor Gallegos, porque la operación ha sido un éxito. Después de 7 años ella ya se puede sentar con nosotros en la mesa a compartir en familia”, contó muy emocionada la madre de la menor al noticiero de Tv Perú.
“Ella ya puede alimentarse por su cuenta, porque en estos 7 años, ella lo hacía solo por sondas y todo licuado. Cada 3 horas tenía que estar yo alimentándole. (En este tiempo) le hicieron una esofagostomía para que pueda hacer movimientos con la mandíbula y pueda botar su saliva por acá (un lado del cuello). Pero eso era complicado, porque cuando tomaba mucho líquido, la bolsita (en donde caía la saliva) se despegaba”, continuó su progenitora.
Por su parte, el doctor Ronald Gallegos explicó que en esta operación “utilizaron el estómago para generar un nuevo tubo esofágico” a Laurita. “Es una cirugía de complejidad que se realiza con abordaje mínimamente invasivo, que es la laparoscopia. Esto significa cortes pequeños y cicatrices mínimas, para que en el postoperatorio tenga una mejor recuperación a comparación de las cirugías comunes”, señaló al mismo medio.
“Los controles, como todo postoperatorio, se cumplen hasta que termine la edad pediátrica, es decir, cuando cumpla 15 años. Ella anualmente va a pasar evaluaciones para ver su grado de crecimiento, nutrición, alguna endoscopia de control para certificar que el nuevo tubo esofágico que le hemos construido está cumpliendo su función”, agregó.
Según manifestó el galeno del Guillermo Almenara, hay cirugías que se pueden realizar al momento de nacer, pero el caso de esta niña era complejo. “Había, prácticamente, una ausencia de esófago lo cual imposibilitaba una cirugía de inicio y, obviamente, necesitaba un reemplazo de esófago”, expresó.
“En el hospital Guillermo Almenara venimos realizando esta cirugía desde hace 3 años. Ya son seis los pacientes a los que se le ha intervenido de la misma forma. Hasta ahora, todo con buenos resultados”, acotó.
La mamá de Laura aprovechó la exposición del caso de su pequeña para abogar por otra mujer que tiene un hijo con el mismo problema.
“Ella es de Bagua, son de bajos recursos. Al niño lo atienden en el Minsa. Ojalá se pueda realizar un convenio con EsSalud para que sea tratado por el doctor Gallegos. Sé que es un tema administrativo, pero me gustaría que le apoyen. La señora sufre mucho por su hijito”, indicó.