El polémico Parque de las Aguas, en Piura, ha iniciado su construcción bajo la gestión de la empresa Fuerte Robles, a pesar de la oposición de la ciudadanía por la eliminación más de 20 árboles, incluyendo valiosos algarrobos —especie en peligro de extinción— y señalamientos de irregularidades en el proyecto.
Hasta ahora, los trabajos, que comenzaron el 5 de marzo, han provocado la tala de un árbol neem —extremadamente resistente y con muchas propiedades útiles para la salud y el medioambiente— y la muerte de dos ardillas, en una gestión que ha sido respaldada por el alcalde provincial de Piura, Gabriel Madrid.
De acuerdo con un informe del portal Norte Sostenible, el proyecto no posee la licencia social necesaria y, además, fue aprobado contraviniendo las directrices de inversión pública, lo que ha encendido las alertas entre grupos ambientalistas y sectores de la población preocupados por el bienestar de la zona.
Hoy, a pesar de las promesas del alcalde, quien frente a residentes aseguró que escucharía y resolvería las preocupaciones presentadas por las juntas vecinales comunitarias, este compromiso parece haberse quedado solo en palabras, según los ciudadanos.
Alto precio a pagar por el desarrollo urbano
El controvertido proyecto de construcción —valorado en más de 14 millones de soles— será construido en la Urbanización Santa Ana, ubicada dentro del parque Néstor Martos, en el distrito de Piura, provincia y región homónimas.
Según han reportado, Wayka y Norte Sostenible, el parque obtuvo viabilidad en 2020. A lo largo de ese camino, las metas y el presupuesto asignado para la obra experimentaron modificaciones, aumentando su costo hasta cuadriplicar la cifra inicial.
Esta modificación generó preocupaciones en los ciudadanos, especialmente debido a que la región enfrenta temperaturas que alcanzan los 38 grados, lo que agudiza los efectos del cambio climático y pone en tela de juicio la priorización de proyectos urbanísticos sobre la conservación de la naturaleza.
Escasez de agua persiste mientras avanza crisis climática
Además de los hechos mencionados, el parque conocido por sus algarrobos también se encuentra en el centro de la problemática.
Esto debido a que estos árboles, característicos por su baja demanda de agua y su capacidad para proporcionar sombra y liberar vapor de agua, contribuyen directamente a la reducción de las altas temperaturas en el entorno.
Por ello, las demandas se enmarcan en un contexto más complejo en la región norteña, que, desde hace años, enfrenta problemas recurrentes de desabastecimiento de agua, así como la ausencia de infraestructuras de drenaje y alcantarillado. En la actualidad, esta realidad afecta sobre todo a El Chilcal, un área propensa a inundaciones que suele colapsar con las lluvias.
Sin embargo, a pesar de las promesas de las autoridades, a la fecha, persiste la preocupación por el manejo deficiente del agua en zonas propensas a la sequía. Y, por otro lado, la implementación de proyectos —tales como el Parque de las Aguas— que podrían representar un uso inadecuado de este recurso vital.
En tanto, hay otros reclamos urgentes: pistas rotas, desagües colapsados, falta de drenaje pluvial e inseguridad ciudadana. Dichos problemas consideran deberían ser atendidos con prioridad.