Los Obispos de la Amazonía peruana han manifestado su profunda inquietud frente a la creciente proliferación de la minería ilegal en la región, incitando a las autoridades gubernamentales a implementar acciones concretas para frenar esta actividad y sus delitos asociados, tales como la trata de personas, el narcotráfico, entre otros.
Esta problemática no solo amenaza la soberanía del Estado sobre sus territorios, sino que compromete seriamente la seguridad y el bienestar de las comunidades indígenas y amazónicas, expresaron a través de un pronunciamiento publicado el lunes, 4 de marzo de 2024.
La declaración pública, firmada por los obispos de ocho vicariatos apostólicos incluyendo Iquitos, Jaén, Puerto Maldonado, Pucallpa, San Ramón, Yurimaguas y San José del Amazonas, evidencia una expansión alarmante de la minería ilícita en cuencas de ríos fundamentales como el Marañón, Nanay, Putumayo y Madre de Dios, afectando al menos 32 distritos de la región amazónica.
También poblaciones nativas residentes cerca a las cuencas de los ríos Huallaga, Santiago, Napo, Mazán, Curaray, Tapiche, Cenepa, Pachitea, Pozuzo, Yuyapichis, Inambar, Malinowski, Punkiri, Pariamanu, entre otros, se encuentran en grave estado de vulnerabilidad frente a los escenarios de violencia y los daños ambientales, que atentan contra su salud.
“La falta de alternativas y la desatención del Estado provocan que cada vez más familias y comunidades se sumen a la minería ilegal como única forma posible de supervivencia”, se lee en el pronunciamiento.
Los líderes eclesiales están solicitando la creación de un sistema de monitoreo permanente y un plan de desarrollo sostenible para la Amazonía que involucre activamente a las comunidades locales en su implementación. Además, reiteran la urgencia de combatir los crímenes vinculados a esta práctica ilegal, enfatizando la necesidad de garantizar la protección y el respeto de los derechos territoriales y medioambientales de las poblaciones afectadas.
Entre los firmantes del pronunciamiento, se encuentran reconocidas figuras eclesiásticas como Mons. Miguel Ángel Cadenas Cardo, Mons. Alejandro Wiesse León, Mons. Augusto Martín Quijano Rodríguez, Mons. David Martínez de Aguirre Guinea, Mons. Gerardo Zerdín Bukovec, Mons. Gilberto Alfredo Vizcarra Mori, Mons. Jesús María Aristín Seco, y Mons. José Javier Travieso Martín.
A través de esta acción colectiva, los obispos buscan evidenciar los graves impactos ambientales y sociales que la minería ilegal está causando en la Amazonía y sus habitantes, al tiempo que presionan por un compromiso efectivo y acciones concretas por parte del Estado para revertir esta situación.
Obispos condenan inacción del Estado
Asimismo, los obispos de la Amazonía peruana emitieron una fuerte llamada de atención hacia las autoridades estatales por su falta de acciones concretas para proteger y conservar la Amazonía, poniendo especial énfasis en la defensa de los territorios indígenas.
Esta declaración busca instar al gobierno a cumplir con su deber de salvaguardar este ecosistema vital, enfatizando la importancia crítica de una ecología integral para el bienestar de las comunidades locales y el futuro del planeta.
La preocupación de los líderes religiosos surge ante la creciente degradación ambiental y social en la región amazónica, la cual alberga una vasta biodiversidad y numerosas culturas indígenas. Estos defensores del medio ambiente y los derechos humanos recalcan la urgencia de escuchar “el clamor de la tierra y el grito de los pobres”, reflejando una profunda conexión espiritual y moral con la causa.
Su mensaje no solo es un recordatorio de la responsabilidad gubernamental, sino también un compromiso firme con la promoción de prácticas sustentables que aseguren la salud del planeta para las generaciones presentes y futuras.