La industria fintech es una de las industrias con mayor rapidez de crecimiento en Latinoamérica y en general, a nivel mundial. Según datos de Statista; América Latina es la región con mayor número de startups de fintech en 2022, 482 empresas de este tipo en Latinoamérica se encuentran en el segmento de pagos y remesas.
A pesar de la importancia de este sector y su rápido crecimiento, la industria sigue siendo altamente dominada por hombres en todo el mundo, incluyendo a Latinoamérica. En este sentido, la brecha de género sigue siendo un problema importante, lo que significa que la participación de las mujeres sigue estando desequilibrada.
La innovación es clave en estas industrias y para eso la participación de la mujer tiene un papel protagónico, al brindar perspectivas y enfoques diferentes al resolver problemas y en el desarrollo de soluciones. Así mismo, permite crear roles de liderazgo y ejemplo a otras mujeres para el crecimiento en sus carreras, lo que contribuye a la inclusión.
La inclusión financiera es un elemento clave para achicar la brecha de género. Sin embargo, y en general como en otras industrias, las mujeres se enfrentan a obstáculos como la dificultad en la conciliación laboral con la responsabilidad del hogar, diferencias salariales de género y escasos puestos de liderazgo ocupados por otras mujeres que les permita buscar apoyo y mentoría entre otras líderes.
Es necesario desarrollar iniciativas y programas que fomenten la inclusión financiera de las mujeres, como la educación financiera, la alfabetización digital y la oferta de productos financieros adaptados a las necesidades de las mujeres. Los países de Latinoamérica presentan mayores problemas de inclusión de la mujer en cuanto a roles de liderazgo y emprendimiento.
Se necesita visibilizar los problemas de brecha de género que existen y a la vez trabajar en mejorar las oportunidades de educación y formación de las mujeres, así como brindar programas de financiamiento para mujeres emprendedoras.
Contribuir a la diversidad de género dentro de las empresas, promoviendo una cultura de igualdad e inclusión en la toma de decisiones, apoyando a otras mujeres para su crecimiento profesional y asegurándose de que exista oportunidades de desarrollo dentro de las compañías del sector, son las principales oportunidades que tienen las mujeres en puestos de trabajo de liderazgo.